Clara no paraba de sonreír, tenía la prueba en sus manos, perla la felicito, pero para Clara no sabía cómo sentirse, no dejo de ver la prueba en sus manos.
Ya no importaba más, después de tantas cosas malas situaciones su felicidad podría venir en camino en meses, además la sentencia de divorcio estaba casi a nada de ser oficial y tener en sus manos el acta de divorcio.
Solo era cuestión manejar la situación con Amador cuando se encuentre frecuentemente en la empresa, pero para eso quería Perla, quien se encargaría de manejarle todo asunto de la empresa.
— ¡Felicidades Clara! Te lo mereces, ese bebe será hermoso como su madre, y amado, la señora Bárbara sé que te quiere, será muy consentido, no tengas miedo Clara.
—No tengo miedo Perla es solo que no sé cómo decirle Enrique, tenemos poco de novios y...
—Nada de eso, vamos mujer disfruta tu dicha, me alegro amiga que la vida te recompense ese bebe será tu felicidad.
—Muchas gracias por tus palabras, dios no es como decirle a Ernesto, no si debo hacerlo hoy, mañana, dios que difícil, como nunca se me ocurrió cuidarme, sé que lo hacía cuando estaba con Amador, pero deje de hacerlo para embarazarme.
—Bueno amiga como no pensar, quien no amor a mi esposo, pero Enrique tiene lo suyo, y es más guapo que Amador.
— ¡perla!
—Es la verdad, además es lo mínimo amiga, Ernesto uff.
—Ese hombre es mío —Perla sonrió.
—Amiga claro que es tuyo, bien debes mejor darle la noticia, porque esperar, vas a decirle a ese hombre que te embarazo, y que lo disfrutaste, lo tomaras del rostro y lo vas a besar y ¡Zas! Le dices que pronto en unos meses tendrán un hermoso bebe.
Clara sonrió beso a su amiga en la mejilla y salió de su departamento donde era el único lugar que podrían hacerse esa prueba, la emoción le gano.
Para ella lo único que deseaba saber si Ernesto le agradaría la noticia, fueron los treinta minutos más largos para ella cuando llegó a la empresa, se entrelazo las manos mientras miraba los números avanzar de ese levador.
Su sonrisa de agrando cuando las puertas se abrieron, era todo o nada. Avanzo hasta la oficina de Ernesto.
—Clara—la voz de bárbara la hizo girar.
—Bárbara.
— ¿Cómo te fue? Ya sabes cualquier duda no dudes en decirme, vas con mi hijo.
—Sí, quiero decirle algo importante.
—Así, se puede saber—indago Bárbara.
—Puede saber pero me gustaría decirle primero a su hijo, espero que no lo tome a mal.
—Porque lo iba a tomar, si debe saberlo primero Ernesto entonces que lo sepa el primero. —dijo su suegra al verla con un rostro emocionado—Clara parece que son buenas.
—Un poco.
—Bien no te quito el tiempo, quiero saberlo cuando se lo hayas dicho a mi hijo, pero recuerda algo soy mujer y puedo notar la felicidad que desbordas Clara, me alegro.
—Yo...
—Nada, ve luego me cuentan todo.
Clara sonrió dio una larguísimo suspiro era inevitable ocultarlo, menos cuando ella siempre le gusta decirlo al momento, nervios, miedo, emociones después de todo, Ernesto le ha demostrado que la ama.
Se lo dice y se lo hace ver con detalles.
Giro la perilla y entro sin tocar pero sus ojos se agrandaron al ver como esa mujer intentaba abrazarlo.
Ernesto reacciono cuando vio aclara empujando a Gabriela.
Ella sintió que le picaban los ojos, pero Ernesto no iba a permitir ninguna confusión no cuando estaba en una relación con Clara.
—Espera Clara no te vayas—dijo Ernesto sabiendo las intenciones de su mujer.
—Si estas ocupado, puedo yo...
—No Clara quiero que conozcas a Gabriela la mujer que engaño, dejándome por uno de mis socios y por lo visto ahora la ha dejado por otra y viene a mí a pedirme una oportunidad cuando le hecho saber que no deseo nada con ella.
— ¡Ernesto! cómo puedes decir eso ante esa extraña.
—No es ninguna extraña Clara es mi prometida Gabriela—la mujer negó era imposible.
—Mientes dijiste que no iba amar a nadie mas, Enrique.
—Sera mejor que te vayas, ahora mismo Gabriela, agradezco que reconozcas quien fallo fuiste tú, pero siendo sincero no me interesa, Clara es mi prometida.
—Esa mujer —espeto ella con desagrado que Clara se sintió ofendida. —No es tu tipo Ernesto, no lo es mírala no tiene ni clase.
— ¡Basta Gabriela! vete ahora—demando Ernesto abriendo más la puerta para que salga.
Gabriela apretó los labios, como era posible que no la amara más, cuando reconoció su error y darse cuenta que lo amaba, pero Ernesto no le importó cuando le hizo ver que su arrepentimiento llego tarde mientras se revolcaba con su ex socio, no iba a caer esta vez, no cuando le iba a dar su lugar a Clara.
—No puedo creerlo—dijo ella saliendo de ahí furiosa.
Clara miro la tensión de Ernesto y como él se llevaba las manos a su cabello, peor no iba amargarse el día por ver a Gabriela, menos cuando Clara espera una respuesta.
—Clara.
—No tienes nada que decir, supongo que ella se fue molesta, agradezco que me dieras mi lugar Ernesto, en verdad.
—Siempre te lo voy a dar, eres mi prometida, la mujer que alegra mis días, la mujer que pronto será mi esposa, no sabes cuánto deseo que eso pase—dijo el tomando sus manos y besarlas con amor—Te amo Clara Miranda, te amo y si me alegro que ese tipo te dejara libre para que puedas formar una vida conmigo.
—Ernesto, esta seguro de casarte conmigo.
—Lo estoy, nos casaremos te hare feliz y tendremos muchos hijos. —ella sonrió tocando su mejilla.
—Gracias, en verdad no quiero que pienses que soy insegura, pero no me gusto que te tocara, confió en ti porque eres la persona que quiero hacer mi vida contigo, y además tengo algo que decirte, y no sé cómo decirlo, tal vez esperarme, no lo sé dios, me esta dando algo.
—Clara...
—Ernesto Aldarte tengo algo que decirte, y sé que llevamos poco, pero debo ver tu cara para decirte esto.
—Me estas preocupando Clara—ella sonrió como tiene su rostro de preocupación, como no iba amar a ese hombre. —Clara...
—Estoy embarazada Ernesto, estoy esperando un hijo tuyo amor. —El parpadeo ante sus palabras. —Necesito que me digas algo. —dijo ahora más nerviosa. —Creo que nos adelantamos la parte de los hijos
—Estas...Estas embarazada Clara—dice sin creerlo. —Dime que es verdad.
—Si Ernesto seremos padre, sé que es muy pronto y que..... ¡HAAAA!—grito clara como el la cargaba entre sus brazos.
—Sabes lo que has dicho, Clara es que no lo vez, me has hecho el hombre más feliz del mundo, te amo mi amor, te amo—ella dejo besarse ante la emoción de Ernesto. —Te amo, seres padres valió la pena seducirte.
—Como que valió la pena seducirme señor Aldarte.
—Yo se mi cuento, pero ahora solo importas tú, y este bebe, Clara debemos casarnos.
—Enrique.
—Nada de Enrique, nos casaremos señora, nos casaremos y todo a mi hijo, dios estoy sudando de las manos.
—Debemos decirle a tu madre—dijo ella.
—Si pero primero, le daré atención a mi mujer antes de darle la noticia a mi madre, hay prioridades amor, prioridades de atención—dijo con malicia que Clara grito como la lleva al sofá.
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Amame, Antes de que me Vaya
Historia CortaClara seria el sueño de todo hombre, es linda y hermosa tiene un corazón grande para dar, podría decirse que no le falta nada, pero detrás de aquella sonrisa se esconde aquella depresión llena de soledad convertida en las mentiras de un matrimonio s...