Te convertí en gay

Enfrentando verdades

—Entonces no irás a la graduación, Dorian y yo cenambamos después de recogerlo del trabajo.
Ahora que vivíamos juntos, yo le ayudaba en el quehacer y con el gasto aunque mi cisne comía como un pajarito.
Yo seguía trabajando en el bufete de arquitectos, no era mucho lo que ganaba, pero nos alcanzaba bastante para vivir sin lujos, pero bien.
—Nope, no voy a gastar en renta de un traje y pago de boletos y esas cosas, la realidad era que no quería gastar dinero que no teníamos.
Dorian sacó un sobrecito de su bandolera.
—Ten, yo miré el sobre que dejó en la mesa.
—¿qué es eso?, Dorian sonrió, tu boleto para la graduación y tu tiket de renta del traje, yo lo miré asombrado, negando con la cabeza.
—Yo quisiera ir, pero contigo, le dije a mi bello cisne, Dorian sonrió.
—Mis papás también andan cortos y solo pudieron pagar el boleto de ellos y Wendy y tu sabes que Wen, no es nada sencilla, la risa de Dorian era contagiosa.
Pero de inmediato se puso serio.
—Por favor anda, tómalo. Yo suspire, y tomé su mano.
—Esta será la única puta vez que voy a una fiesta o evento sin ti. Dorian asintió sonriendo.
Creo que en mi vida nunca había sido tan feliz. Nunca me sentí unido a alguien y menos creí yo haría de una persona el centro de mi universo. Pero así era ahora y me sentía pleno.

El salón donde se llevaba a cabo el baile de graduación era bonito y muy bien decorado.
Las chicas con luminosos trajes, mis compañeros con elegantes trajes de tres piezas.
Algunos se acercaron a saludarme y la familia de Wendy me dio un asiento con ellos.
Como cualquier graduado bailé con algunas compañeras, bebí y mis suegros eso sí me vigilaban con ojos de halcón.
Pero yo me sentía sólo, nunca me había sentido de esa forma, sin Dorian me sentía triste, sólo quería irme de ahí y estar con él sentados en nuestro sofá viendo alguna serie y cenando sopa instantánea, vestidos en andrajos que nos hicieran sentir cómodos.
Dejé la pista de baile cuando las canciones lentas empezaron a sonar y no faltó la chica que animada al verme sólo, pensó que tendría una oportunidad.
Estaba considerando la opción de retirarme ya a casa cuando entonces vi al ser mas hermoso, vestido con un traje de tres piezas en color malva, sus uñas brillosas como siempre, sus labios gruesos solo con brillo labial. Dorian era el ser mas hermoso de toda la fiesta.
Como un idiota con imán me sentí atraído hasta él, llenándome de su radiante sonrisa.
Aún hasta los alfas lo devoraban con la mirada yo posesivo me acerqué a marcar mí territorio.
Y con un apasionado beso lo llevé hasta la pista de baile, provocando las rechiflas y los aplausos.
Decir que la noche fue perfecta sería un eufemismo, pues estaba acompañado de amigos que permanecieron, de amigos que se añadieron y de familia que me adoptó.
—Te ves precioso, mis labios de inmediato besaron el delgado cuello arrancando un gemido en Dorian, —me has sorprendido, ¿ cómo es qué?.
Dorian sonrió y apoyó su mandíbula en mi hombro.
—Es un regalo de tus tías Blanca y Cristina.
Yo sonreí, aquellas tías a las qué mi padre no quería eran ahora nuestras aliadas y defensoras.
—Recuérdame agradecerles porque estás simplemente hermoso como sólo tú puedes estarlo.
Dorian sonrió, su mirada mostraba un fuerte deseo... Me deseaba y eso me hacía sentir el más puto amo y el más humilde de sus servidores.
—Dos bailes más y nos vamos. El bulto en sus pantalones era una prueba de lo mucho que me necesitaba.
Dos bailes después nos despedíamos de todos mientras nuestros amigos y familiares nos preguntaban la razón de nuestra pronta partida, yo casi casi respondía, "nos vamos porque ya me bajó la regla", para no responder con un: ¡Nos vamos porque queremos coger!.
Ya en nuestra pequeña casa, Dorian besaba mi pecho, mi cisne estaba salvaje y yo de pronto empecé a fruncir el asterisco al ver que mis horas estaban contadas pues la mano de Dorian exploraba el terreno virgen de mi culo.
—¿Qué pasa?, Dorian sospechaba mi temor.
—Nada... Respondí sabiendo que no podía engañar a mi cisne, así que no le vi el caso de darle vueltas al asunto, —bueno en realidad nunca he dado la cola, Dorian me miró con ternura.
¡Las cosas que puedo lograr con mi vil cara de pendejo!.
—Te prometo que seré cuidadoso y si no te gusta, pues así es como será, yo tomé la mano de Dorian, yo quería una relación equitativa, una de igualdad y entendí que este era un paso gigante en una relación homosexual hasta llegar a un conveniente acuerdo para los dos.
—Dorian, soy tuyo, lo supe desde la primera vez que te vi en casa de tus papás y lo confirmo hoy.
Mi cisne marcó mi cuerpo con dulces chupadas. Me llevó al mismo cielo y salimos de la estratosfera.
Sus manos hábiles me atormentaron y yo fui consciente de como mi voz cambiaba al ser yo el pasivo, pero me gustó.
Su polla entró en mí suave al principio y luego yo rogaba por que Dorian me cogiera con saña, con fuerza.
En algún momento mi pequeño amor me sometió totalmente y mi mano se dirigía hasta mi dolorida polla, pero de inmediato fue alejada por un fuerte manazo.
—Vas a llegar solo por mi polla quiero que siéntas esa experiencia, Teo, yo casi me corrí cuando escuche esa orden posesiva.
El empuje fue brutal y Dorian pegaba exactamente donde debía, haciéndome explotar tal como el dijo, con su verga enterrada dentro de mí.
La danza que marcaba Dorian, era experta y deliciosa. Una vez más no sentí el trauma de haber sido follado por un hombre, por el contrario me sentí más unido y pude entender algunas cosas que necesitaría cuando a mí me tocara estar arriba.
—Gracias por esta noche, le agradecí a Dorian quien me lavaba ahora en el baño.
El sonrió feliz, —gracias a ti por esta noche, sus labios me besaron con entrega, con amor.
—Bien señor arquitecto estas listo.
Una toalla fue envuelta en mi cuerpo y fuimos a la cama.
Mi cuerpo estaba dolorido, en especial el asterisco que ahora era una "o", pero repito, yo era feliz.

Mis prácticas y mi proyecto terminaron unos meses después de graduarme. Dorian ahora estaba en quinto semestre, la mitad de la carrera. Ambos seguíamos trabajando hasta que optamos que con el dinero que mis abuelos nos habían dado, compraríamos una casita, tal como habían sufrido ellos. Con nuestros conocimientos pudimos conseguir algo muy bueno por un buen precio y Dorian la decoró.
Mi padre fiel a su palabra no me llamó, no me buscó. Algunas veces nos lo encontrabamos en las calles y él nos ignoraba.
No me iba a poner a llorar por lo que sucedía, pues las cosas eran como eran y punto. Solamente me restaba ser fuerte y asegurarme de que mis elecciones y riesgos, valieran la pena.