Es ilegal que seas inalcanzable

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—¿A qué te dedicas Dorian?, el muchacho tuvo la decencia de mirarme para responder y solo ese segundo me sentí poderoso, como si una celebridad se hubiera dignado a mirarme.
—Estudio el cuarto semestre de diseño de interiores.
Asombrado ahora comprendía el porque la casa de sus papás me pareció muy bonita, de nuit bien gusto y bien diseñada en la decoración.
—¿Estas en el mismo campus que nosotros?,  mentalmente trato de recordar su rostro en medio de tantos estudiantes, pero no logro ubicarlo.
—No, yo estudio becado en el instituto de moda y artes, la mandíbula casi se me desprende y cae al suelo.
O sea que el delicado cisne es en realidad un chico bastante estudioso. Porque dejenme decirles que ese instituto, encima de ser muy caro y exclusivo, es también muy elitista con su alumnado, dando becas sólo a los mejores promedios.
—Imagino que la decoración de casa de tus padres tú la hiciste.
Por fin veo una chispa de interés en aquellos hermosos ojos.
—Sí, práctico cuando vengo de visita, los labios hermosos de Dorian se trazan en una fina línea, el gesto incómodo para nada le resta belleza al muchacho.
Yo levanto una ceja ante esa información.
—¿No vives con tus padres?, justo me iba a responder cuando aparece Wendy la inoportuna diosa sensual.
—¿Ordenamos?, Dorian baja la mirada y observa con calma el menú, por ratos frunce ligeramente los labios.
¡¡Y ahí estoy!!, una vez más siendo un pendejo que anda devorándose con los ojos a otro cabrón.

Minutos después los tres cenamos y somos torturados por los comentarios inapropiados de Wendy, por sus chismes y por su risa escandalosa.
Ver el contraste entre los hermanos es interesante, son bellos, Dorian en realidad es muy hermoso, con un rostro y cuerpo que cualquier agencia de modelos desearía trabajar. Wendy es más bien un constructo producto de todas las capas de cosméticos que lleva encima.
—Gracias por la cena, la suave voz afeminada de Dorian suena como chispitas en mis oídos, y eso me causa una extraña felicidad y me deja un necesario anhelo.
—Yo sonrío, de verdad sonrío, sin utilizar alguna de mis matadoras sonrisas, —de nada Dorian y espero algún día verte para que me platiques de tu carrera.
Dorian ni se inmuta, solo sonríe de lado.
Esto en otros chicos gays hubiera sonado como el premio mayor de la lotería, pero no para Dorian que solo asiente da un beso a su hermana la cual lo mira con amor, y se mete a su casa.
Wendy quiere coger, ahora solo tengo un problema...¡en mi cabeza solo aparece esa hermosa mirada gris-verdosa!, Y sé que voy a tener problemas en concentrarme en Wendy quien es una persona demandante, casi a un grado infantil.
—Tu hermano es genial, Wendy suspira orgullosa.
—Dori es más listo que yo, él estudia en una de las escuelas mas exclusivas del país y creo también es mas afortunado porque hay un tipo súper adinerado que esta detrás de él.
La imprudente información que Wendy deja salir, solo despierta mis celos.
¿Un tipo adinerado?. Sería Dorian igual que Wendy en cuanto a que son unos trepadores sociales?  
Pronto la decepción se apodera de mí.
—Sabes Wen, hoy no estoy de humor, sin dar oportunidad doy vuelta en la glorieta, tomando el carril de retorno para casa de Wendy quien me mira asombrada.
Su mano se introduce en mi pecho, acariciandome los finos vellos.
—Estoy ansiosa bebé, el pucherito que hace con sus labios y la voz de niña me impacientan.
De manera delicada retiro su mano de mi pecho y suspiro, —estoy cansado Wendy.
Ella me mira intensamente, como si buscara la verdadera razón de mi cambio abrupto.
No sé si lo encontró o no, pero queda conforme.
—Esta bien, pero me tendrás que compensar.
En este momento soy capas de empeñar mis córneas si con ello logro que me deje en paz.
—Lo que sea nena, Wendy sonríe feliz.
Esta bien, solo espero que descanses.
Al llegar a casa por fin libre del intento de violación de Wendy aviso a mi padre que he llegado, me doy un baño y me dirijo a mí recámara. Parece que mi cerebro quedó atrapado por haber comido algo embrujado, pues solo tengo cabeza para pensar en Dorían.
Si me preguntaran qué ropa llevaba Wendy ese día, mi cara de idiota me delataría porque no podría dar una respuesta, pero en cambio podría describir perfectamente cada gesto de Dorian y podría muy fácilmente describir el color de sus ojos y labios.
—Buen día, mi padre esta parado en la barra de la cocina tomando un café.
—Buen día señor, mi papá continúa con su periódico.
—Es domingo muchacho, ¿qué haces levantado tan temprano?.
Distraídamente miró a mi padre.
—No he dormido muy bien, mi padre ríe entre dientes.
—¿No tuviste algún desgaste en la noche?, mi mano se pasea por mi rostro.
—Nope, fui un niño bueno, me sirvo cereal y leche, mi padre se sienta frente a mí.
—Bueno podemos ir a correr hoy y a hacer un poco de ejercicio en el gimnacio al aire libre.
—Me parece genial, deja término de hacer unas tareas y nos vamos.
Mi padre asiente, —desgasta esa energía muchacho y tu cabeza no tendrá tiempo de vagar. Ahora, si es algún problema con un par de tetas, solo dejalo ir.
Yo trague casi en seco mi cereal, si mi padre supiera que mi mente esta puesta en un par de pelotas, a demás mi padre no es el más sabio aconsejando, así que por la paz mundial solo sonreí.

El parque deportivo era bastante grande y muy bien equipado.
Corrí hasta que los músculos dolieron, mi padre hacía algo de pesas.
Ya cansados y sudados mi padre y yo nos dirigiamos al jeep.
—Vamos a comer algo con mucha carne, el rostro rojo y jovial de mi papá dejaba ver su satisfacción por el desgaste físico.
—Vamos, la verdad tengo bastante hambre, mi padre sonrió orgulloso.
—Hubieras sido un buen soldado, yo sonreí y negué con la cabeza de forma negativa, este comentario lo había escuchado otras tantas veces.
—Señor, no hubiera sido un buen soldado, mi padre toma un sorbo de agua.
—Tú hubieras sido un jodido buen soldado.
Yo sonreí sin ganas de rebatir como siempre.
De pronto la cara dura e inexpresiva de mi padre llamó mi atención de imendiato mi mirada sigue la de él sólo para descubrir a un grupo de muchachitas y muchachitos, los chicos eran obviamente gays, y mi padre era un hombre muy poco tolerante.
—Esos jodidos maricas necesitan entrar en la milicia, ahí se haría de ellos unos verdaderos hombres.
Al ajustar bien mi vista distingo a Dorian, tomado de la mano con otro chico afeminado como él, por desgracia nuestro camino debe de cruzar el de el nutrido grupo.
Ellos ríen tan escandalosos.
Mi padre frunce el ceño con evidente molestia al pasar junto a ellos.
—Es lo que te digo muchacho, de ninguna manera un puto maricón debería quedarse sin educación militar.
Mi padre dice aquello tan fuerte, que el grupo lo escucha volteando a vernos.
Dorian frunce el ceño al verme pero ambos nos ignoramos, no así su séquito que nos rechifla e insulta.
¡Bravo padre, ahora las hadas me maldeciran!

Te convertí en gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora