𝟎𝟎𝟔. 𝐌𝐈𝐋𝐋𝐒

270 35 25
                                    

•°•
Regina

—¿Pero qué hiciste? —pregunto mirando todo el desastre a través vez del espejo en donde sigo atrapada.

—Te advertí, que el ciclo de iba a repetir. —camino hacia mi sin dejar de sonreír, simplemente no le importaba y yo estaba odiando mi pasado cada vez más.

—Es mi hija… ¡nuestra hija! —golpeé el espejo, no sabía exactamente que estaba sintiendo, pero el vacío en mi pecho, era tan igual que aquel que sentí el día en el que Daniel murió por culpa de mi madre.

—No te confundas Regina… tú y yo, no somos iguales. Tu darías la vida por ellos, si fuera por ti, preferirías ser quien esté en su lugar. Yo por otro lado, estoy dispuesta a sacrificar lo que sea, para obtener lo que quiero.

Me quedé en silencio, estaba bastante claro, que, aunque era una parte de mí, no podría cambiar el hecho de que estaba siendo una copia de mi madre.

—El karma existe, que no se te olvide eso y si no soy yo, estoy segura, de que alguien más te detendrá y tomará tu corazón, tal cual has hecho con Harry. —no estaba en posición de decir mucho, en especial cuando ella, venía de mí.

—Hasta que eso pase… veremos a tu mocosa retorcerse y sufrir, cual mosca siendo aplastada. —empuño su mano.

Ahora, estaba segura de que, de no ser por la sangre que compartimos las tres, la reina malvada ya hubiese matado a Evie, porque es justo lo que busca, ella sabe que, si Evie llega a la corona, será su final y ambos reinos serán unidos.

Al tomar la corona, solo pasará una cosa, y es que todo depende de quien… o, mejor dicho, de cuál de los Mills la tome. Evie, está destinada por ley, a ser dueña de la corona y su poder, porque así lo decidió la madre de Nieves antes de morir.

Muchos creen, que la madre de Nieves, no era más que la reina bondadosa de todo y la cara bonita que representaba el bien, pero no era así, ella también podría poseer magia, mediante la educación de posiciones, era una bruja, así tal cual, pero jamás uso su magia para el mal.

Ella sabía que su destino, era morir en manos de mi madre, de alguna manera u otra, no podría escapar de él, así que, con seguridad, formó un lazo con el destino, que le daría la total libertad, de escoger a su futura heredera, a la real reina de todo. Pudo haber escogido a Blanca Nieves, después de todo era su hija, pero eso sería condenar muy pronto su vida y no habría tiempo de que lo demás en la historia se desarrollará.

Entendió, que, si Nieves llegaba a la corona, Cora, no tendría el final que le di, al contrario, podría ser peor y entonces, nada podría salvar al poder y a los reinos.

Entonces, viajó más allá que solo su descendencia y encontró a Evie, con el corazón más puro que podría haber existido, ni siquiera Blanca Nieves era tan pura como ella, a pesar de venir de una familia regida y perseguida de la maldad, codicia y oscuridad, ella sería tan clara como una gota de lluvia.

Es por eso, que la tomó con seguridad, como su siguiente, como aquella que se encargará de vencer a la oscuridad que busca el poder de la corona, aunque eso signifique detener a la peor versión de su propia madre.


***


Evie


—Evie… —la voz de Ben, me hizo mirar por la ventana del auto, ya habíamos llegado al lugar.

—Los alcanzó luego. —dije sin poder quitar mi mirada de la puerta.

Cada vez que cerraba los ojos, las imágenes se repetían en mi mente, me reclamaban una y otra vez, por qué lo deje morir. Incluso ahora, que era su funeral, yo no podía estar tranquila.

Mirror, mirror: Corona Regente || Libro 2 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora