Había pasado algún tiempo desde aquella noche, ____ se encontraba en su habitación de trabajo investigando algunas cosas enviadas por Tamāyo, una demonio que habia logrado dimitir las órdenes de Muzan Kibutsuji.
- ¡Caw caw, ____-sama! - Exclamó un cuervo posándose en el marco de la ventana - ¡Se solicita su presencia en la reunión anual de los pilares!
- ¿Eh? - La muchacha confundida se acercó al animal que solo la veía - ¿Porque me solicitarían en la reunión?
- Para que esté informada de primera mano - Explicó el cuervo aleteando - Su presencia es de importancia, vera el juicio del cazador que viaja con un demonio.
- ¿Que? - Preguntó confundía, algo había oído de aquella situación, pero no pensó que era real - No es eso posible...
- Parece que no - Negó el ave a lo que se dio la vuelta y giró su rostro hasta las joven - ¿Contamos con su presencia?
- Ahí estaré - Aseguró a lo que el ave asíntio y emprendió vuelo siendo vista por ____.
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La reunión estaba por dar inicio, los pilares ya estaban reunidos en la finca de Kagayā, solo faltaba un peliblanco.
- ____-sama está ingresando - Una de las gemelas ingresó al lugar anunciando la llegada de la peliblanca mayor, que entraba por uno de los lados de la mansión.
Todos rápidamente se arrodillaron en señal de respeto por la muchacha, le tenían un gran aprecio, sobre todo por su increíble ayuda cada vez que tenían heridas muy graves y no podían ser tratadas por cualquier otra persona.
Las miradas se posaron en la joven, sorprendiendose una vez más por la belleza de la peliblanca.
- ¡Kyaa, ___-sama es realmente hermosa! - Pensó emocionada una pelirrosa viendo a la nombrada - ¡Sin duda alguna lo es!
- ____-sama, me alegro que se encuentre bien, hace algún tiempo no la veíamos - Saludó una muchacha de mechas moradas - Nos alegramos de que haya podido venir.
La muchacha observó con detenimiento a cada pilar e hizo una reverencia, como muestra del aprecio que les tiene a cada uno.
Cuando levantó la vista está se dirigió a un Kakushi que llegaba corriendo a la mansión y dejaba a un muchacho peliburdo en el piso. Hizo una gran reverencia y comenzó a levantar al chico.
- ¡Oye, despierta! - Exclamó el otro tratando de levantarlo - ¡Levántate! ¡Deja de dormir! ¡Oye!
- ¿Uh? - El muchacho abrió lentamente los ojos, se notaba muy herido y débil cosa que no pasó desapercibido para la peliblanca. Sus ganas de ayudarlo estaban aumentando, observó como este abría más los ojos y observaba para todos lados buscando algo - ¡Nēzuko!
- ¡Oi, no grites! - Exclamó como regaño el uniformado con bastantes nervios por las penetrantes miradas de todos los presentes - ¡E-estas en presencia de ____-sama y los pilares! ¡Ten más respeto!
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