XI

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Los pilares veían atónitos como la joven peliblanca iba a cargar al Kāmado para levantarlo, a lo cuál se alarmaron en un instante, por lo que rápidamente comenzaron a ofrecerse.

— ____-sama, por favor no haga eso, déjelo en mis manos — Dijo la ojimorada alerta, pues no permitiría algo así. Aplaudió un par de veces a lo cuál dos Kakushi llegaron, hicieron reverencia a todos los presentes y tomaron a los hermanos Kāmado — Llevenlos a la finca mariposa, porfavor.

— ¡Hai! — Dijeron al unisono para luego retirarse — ¡Con su permiso!

Así los uniformados salieron corriendo bajo la mirada de la peliblanca mayor. Luego de que los ayudantes se retiraran, la muchacha subió nuevamente a dónde estaba hace unos momentos, sin embargo un gritó captó su atención justo cuando el Patrón quería decir algo.

— ¡Déjeme tirarle tres cabezazos al chico de las cicatrices! — Exclamó el pelirrojo llegando hasta ellos con cierto enojo — ¡Porfavor, es por lo que le hizo a Nēzuko! ¡Solo serán tres!

Sin embargo un fuerte golpe, había dejado inconsciente al peliburdo, quien cayó nuevamente al duro suelo, siendo visto por todos.

— Nadie interrumpe a Oyakata-Sama — Murmuró Tokitō nuevamente tirándole una piedra, lo que provocó que volviera a caer — Cuando está hablando.

— ¡Lo sentimos mucho! — Exclamaron ambos Kakushi mientras levantaban al peliburdo y haciendo una gran reverencia — ¡Oyakata-Sama, ____-sama, pilares!

— Retírense porfavor — Pidió el mismo pilar sin verlos pero con autoridad en su voz.

—  ¡H-hai! — Los uniformados salieron corriendo bajo la fuerte mirada de todos los pilares — ¡Lo sentimos mucho!

(•••)

La reunión habia ya culminado, con todos despidiendose de Kagayā y ____, quienes se despidieron de igual forma deseándoles lo mejor. Las tres peliblancas, ayudaron entonces al pelinegro para poder caminar y movilizarse hacia su habitación.

— Trate de no hacer ningún esfuerzo — Recomendó la mayor mientras tomaba la mano de su cuñado para guiarlo — De igual forma, tome sus medicinas porfavor Oyakata-Sama.

— De acuerdo — El pelinegro sonrió levemente a la preocupación de la menor — Gracias por preocuparte ____-chan.

— No agradezca porfavor — Dijo también sonriendo levemente — Cuido a la persona que me aceptó como un miembro más de su familia.

— Tu eres de la familia ____ - Le recordó el pelinegro sonriendo gentilmente — Hināki, Nichikā. . .

— Oyakata-Sama tiene razón ____-Nee-san — Agregaron ambas niñas a las palabras de su padre — No diga algo como eso.

— De acuerdo, de acuerdo — Dijo la peliblanca mientras sonreía — Llevemos a Oyakata-Sama a descansar.

(•••)

Luego de dejar a Kagayā en su habitación y culminar con sus deberes, ____ había decidido ir a la Finca Mariposa para ver a los hermanos Kāmado. Le resultaba interesante y curioso como la pequeña demonio había sido capaz de soportar la sangre del pilar del viento.

Shinazūgawa-san tiene una sangre especial. . . — Pensó recordando el momento — Hipnotiza y embriaga a cualquier demonio. Me sorprende que la haya ignorado.

Aún concentrada en eso, sintió unos pasos detrás suyo a lo que volteó encontrandose con cierto pelinegro observandola.

— Tōkito-san. . . — Murmuró luego de unos segundos mientras se acercaba a él — ¿Que te trae por aquí?

«Tú Calida Voz» || Tokitō Mūichiro Y Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora