IX

275 24 1
                                    

Ya han pasado tres años desde aquel trágico suceso, Kochō Shinōbu ahora era Pilar. Y su personalidad había cambiado bastante; dejo de ser aquella jovencita amargada que siempre traía el ceño fruncido, a ser una muchacha tranquila, amable y que tenía una sonrisa en el rostro. Aunque las personas que la conocen de verdad, saben cuál era su actitud.

De igual forma se sumaron más miembro a los cazadores de más alto rango, como: Rengōku Kyōjuro Pilar de la Llama, Kanrōji Mitsūri Pilar del Amor y alumna de Kyōjuro, Igūro Obānai Pilar de la Serpiente y también el más joven de todos ellos y lo hizo dos meses después de entrenar, Tokitō Mūichiro Pilar de la Niebla.

— ____-chan — Kagayā llamó a su cuñada para poder hablar con ella — ¿Que opinas sobre el ascenso de Mūichiro luego de dos meses de iniciar su entrenamiento?, Claro aunque ya hayan pasado tres años. . .

— Bueno, me parece sorprendente que siendo tan joven se haya convertido en pilar — Menciono la joven ____ de 16 años con una leve sonrisa — Hace tiempo que ya no necesita de mis cuidados.

— Veo que ambos tenían una buena amistad — El pelinegro le regaló una sonrisa — ¿O tal vez otra cosa?

— Kagayā-san — Chilló la muchacha con un leve sonrojo mientras se cubría la cara y el contrario reía — No se burle, además el es menor que yo.

— Amanē es mayor que yo — Dijo dejando de reír pero manteniendo aún su sonrisa — ¿Crees que eso sea un impedimento?

— N-no... — Por muy inteligente que fuera ____, Kagayā siempre tenía algo nuevo que mostrarle, jamás podría ganarle — No creo que lo sea, pero. . . ¿A qué quieres llegar eh?

— Nada nada — Repitió el pelinegro con su sonrisa un poco nerviosa — Debo entregar algunas misiones.

— De acuerdo, de acuerdo, me retiro — La joven se retiró mientras negaba con una sonrisa, pues la relación que tenía con su cuñado era simplemente divertida — Por cierto Kagayā-san, no se esfuerce mucho, descanse bien, y tome sus medicamentos.

— Lo haré ____-chan, pierde cuidado — Kagayā le volvió a obsequiar una sonrisa, mientras veía como la chica se retiraba de la habitación — Casi me descubre. . .

Mientras que el pelinegro mandaba las misiones, ____ se encontraba caminando a su habitación, mientras pensaba en todo lo acontecido durante los últimos tres años, como lo es: El ascenso de Shinōbu, la llegada de más pilares y en su relación con estos, se llevaba bien con todos, porque bueno ella se encarga de curarlos si llegan a tener un enfrentamiento que los deja en estado de gravedad. También se puso a pensar en Tokitō, desde que se convirtió en pilar tenía misiones seguidas y peligrosas, eso la preocupaba pero también la enorgullecía. Después de todo, ambos habían pasado muchas cosas juntos.

— Nuestra amistad aún sigue — Se dijo mientras suspiraba — Kagayā-san insinuaba otra cosa.

La muchacha solo pensaba, realmente Mūichiro era bastante atractivo, fuerte y era un buen chico. Pero en esos momentos no era tiempo de pensar en chicos ni parejas, lo importante era atrapar a Muzān Kibūtsuji, pues escuchó que estaba liberando a más demonios, de igual forma oyó algo sobre una misión que tuvo Tomiōka en una montaña hace algún tiempo.

— ¿Que habrá sucedido? — Preguntó la muchacha a la vez que se detenía — Muzan Kibutsuji, ¿Qué tramas?

La joven iba a pasar por un pasillo que la llevaba hasta su habitación, pero un pequeño ruido la hizo voltear, encontrándose con un muchacho de ojos verdes y cabellera azabache al cual la luz de la hermosa luna, iluminaba.

— ¿Tōkito-san? — Preguntó la peliblanca, a lo que se acercó a él curiosa — ¿Terminaste con tu misión?

El pelinegro solo asíntio a la pregunta, como solía hacer; últimamente el hablaba menos y era conciente de que se le olvidaban las cosas con frecuencia, pero a pesar de eso y de ahora ser un pilar que lo obligaban a cumplir con muchas misiones, jamás se olvidaría de ____, pues para el era muy importante.

— Me alegro — Le dijo la joven sonriendo cerrando los ojos, a lo que el muchacho se quedó hipnotizado por sus delicadas facciones, y cada vez que se quedaba así un brillo curioso aparecía en sus ojos. — Deberías ir a descansar, debes cuidarte.

— Si. . . — Le dijo mientras sacaba un pequeño cofre de su ropa de cazador — Quería traerle esto.

La muchacha tomó el cofre con cuidado y curiosidad, al abrirlo se asombró del hermoso adorno para cabello que este albergaba en su interior. Era una orquilla, de un suave color morado y algunos toquecitos dorados que lo hacían ver perfecto.

— Tōkito-san... — Murmuró la joven con sorpresa, levantó la vista para poder verlo, observó con detenimiento su rostro, y se quedó enganchada en sus ojos, le regaló una sonrisa — Muchas gracias, enserio no te hubieras molestado.

El pelinegro negó y se acercó a ella, era un poco más alto que la peliblanca, y colocó una mano en su cabello. Siempre le gustó su color, hasta ahora le parece de lo más curioso y hermoso. Al igual que ella, para sus ojos, ella era la chica más linda del mundo.

— Le quedará bien — Le dijo para luego alejarse, ya se iba a retirar para que la muchacha pueda descansar — Nos vemos.

— Descansa, Tōkito-san — Le dijo la joven con una sonrisa que nuevamente lo dejo cautivado, y con un asentimiento se fue de ahí — Y muchas gracias, otra vez...

____ contemplaba fascinada el adorno, era simplemente hermoso, como todos los que le había obsequiado Mūichiro, a pesar de no tener tanto tiempo como antes por sus misiones, siempre iba a verla y cada vez que no podía visitarla, le llevaba un regalo para según él, compensarlo.

Me parece algo lindo de su parte, aunque no es necesario que lo haga... — Pensó la muchacha con una sonrisa admirando los detalles de la orquilla — Para mi, su sola presencia me es suficiente.

La ojimorada observó por dónde se fue Mūichiro unos minutos, antes de retirarse a su habitación. Siendo observada por Amanē y Kagayā, aunque este último solo podía esperar que su esposa le comentará lo que vió.

— Tōkito-san, le dió un regalo a ___... — Le susurró Amanē con un brillito en los ojos a su esposo — Se veían tan lindos.

— Parece que alguien más se unirá a la familia — El pelinegro mantenía una sonrisa tranquila en su rostro — ____ a crecido bastante.

— Si. . . y pensar que hace algún tiempo solo tenía 4 años y hablaba mucho — Amanē tenía una sonrisa nostalgica mientras recordaba muchas cosas — Me alegra la muchacha que es ahora, además a inculcado muchas cosas en nuestros hijos.

— Estaremos agradecidos con ella eternamente — Oyakata-Sama sonreía feliz ante los recuerdos que le venían a la mente, tal vez estén en un momento crítico, pero esos pequeños detalles lo hacían único — Si queremos conservar algo así, debemos terminar con Kibutsuji.

— Debemos reunir a más cazadores y entrenarlos — Le sugirió la peliblanca acariciando su rostro — Le ganaremos, tranquilo, no es bueno que te alteres.

— Gracias. . . — Le dijo abrazándola con una sonrisa — Por estar aquí. . .

— Estaré contigo siempre — Le recordó la ojimorada abrazándolo de igual manera — Siempre, Kagayā. . .

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
«Tú Calida Voz» || Tokitō Mūichiro Y Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora