Los tres se quedaron atónitos por la petición del muchacho, a lo que intercambiaron miradas. Los mayores no sé esperaron eso, pero comprendieron su petición por lo que _____ les había comentado: de que probablemente él y su hermano que lamentable falleció, habian sido atacados por un demonio. La peliblanca menor también les había comentado de su perdida de memoria.
— Ya veo — El patrón hablo después de un rato en silencio y luego de ver a ambas peliblancas — ¿Estás seguro de tu decisión?
— Hai — Respondio decidido, recordó nuevamente la escena del cuarto de los heridos, su sangre nuevamente hirvio y aún no sabe porque — Si no es molestia.
— Tranquilo hijo mío — Kagayā había aceptado, aunque le causará cierta pena su situación — Empezarás con tu entrenamiento, que será supervisado por ____. Ella se ocupará de ver qué no tengas complicaciones por tu estado.
— Entendido, Oyakata-Sama — Acotó la joven mientras hacia una reverencia, luego levantó su vista y lo miro — Entonces nos retiramos, lo dejamos descansar.
— Gracias por tu preocupación ____ — El pelinegro les sonrió para que luego se retiraran giró y vió a su esposa — ¿Piensas en algo?
— ¿Crees que este bien, mi señor? — Preguntó la peliblanca ciertamente preocupada, después de todo era un niño el cual pedía ser cazador — Tōkito-san solo es un niño. ¿Crees que este bien que sea cazador?
— Lo se, es un niño, pero también a sufrido la desgracia de perder a alguien — Explicó brevemente mientras acariciaba el rostro de su esposa — Alguien muy querido. Por eso está tan decidido, a pesar de no recordar lo que le pasó.
— Su mente olvidó pero su cuerpo no... — Dijo sonriendo levemente — A veces es sorprendente.
— Lo es — Apoyó mientras le regalaba una sonrisa y la abrazaba — Ahora debemos esperar lo que pasará, debemos acabar con Muzan Kibutsuji.
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El entrenamiento para volverse cazador había comenzado, pero como ____ no sabía nada de esas cosas, le había pedido a Himējima Gyōmei que la ayudará en ese momento.
— Tōkito-san — Llamó la chica al pelinegro que la vio fijamente — Himējima-san es el Pilar de la Roca y te estará ayudando con tu entrenamiento. ¿Te parece bien?
El muchacho no respondió y solo asíntio, ya tenía listo el traje de entrenamiento, estaba listo para acabar con esas horripilantes cosas llamadas demonios.
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Un par de meses después, Tokitō se encontraba entrenando solo, bajo la mirada de tres peliblancas, ____ y las gemelas mayores, Hināki y Nichikā. Ya se sentía cansado, además de que estaba comenzando a llover.
— Tokitō-dono — Llamó una de las menores al ver que empezaba a llover — Pase porfavor, se puede enfermar.
— Le puede ocurrir algo malo — Agregó la otra gemela mientras veía al joven ya cansado — No queremos que le suceda algo.
Que le suceda algo... Que le suceda algo... Esa sola frase lo lleno de irá, por su mente pasó solo una borrosa imagen y supo que algo había sucedido. No la veía con claridad pero su cuerpo le dictaba que había sucedido algo que lo enojó mucho, tanto que empezó a golpear con fuerza la estaca de madera. Sentía su cuerpo y sus manos adoloridas pero no le importo y siguió golpeando.
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