XIII

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Al dejar a la peliblanca en la Fīnca Ubuyāshiki, el muchacho volvió a prometer que se cuidaría y que llegaría cuanto antes y le llevaría algo. A pesar de la negación de la joven, Tōkito no iba a desistir de su idea.

— Solo quiero que te cuides ¿Si? — Pidió con preocupación — No me gustaría verte lastimado.

— Lo prometo ____-sama. . . — Murmuró sin dejar de ver a la chica. Su rostro jamás lo olvidaría pero se aseguraría de grabar cada facción de ella — Me debo ir.

— Está bien, nos vemos — Se despidió con una leve sonrisa. El muchacho se dió la vuelta y comenzó a correr y arriba de él su cuervo — Vaya. . . ¿Que fue lo que sucedió?, debería preguntarle a Amanē.

La joven muchacha, caminó a su consultorio y dejó allí la prueba con la sangre de la pequeña demonio. Ayudaría con eso, se lo prometió al Kāmado.

Pero antes de todo eso, fue en búsqueda de su hermana para consultar qué fue lo que pasó hace algunos minutos. Y aunque tenía una ligera sospecha, quería asegurarse.

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Ambas hermanas se encontraban conversando un poco en presencia del pelinegro que también quería escuchar la platica. Los tres estaban en la habitación de este último para poder estar más cómodos.

— Y eso fue lo que pasó. . . — Dijo la menor mirando a sus familiares — Creo tener una idea de lo que es, pero. . . ¿No es momento de pensar en eso verdad?

— Parece que te diste la oportunidad de conocer bien ese sentimiento — Habló la peliblanca mayor tomando la mano de su esposo y luego la de su hermana — Nosotros no decidimos cuando querer ni amar, solo llega. Y en cuanto si es o no el momento, recuerda siempre que nosotros vivimos una vida corta, por eso es que debemos ser felices con el presente.

— Asi es ____-chan. . . — Habló el ojilila con una sonrisa apretando un poco las manos de las chicas — Si sientes algo por Mūichiro debes hablarlo ahora, puede que en otros momentos ya no sea igual. Además, estoy completamente seguro que los sentimientos son recíprocos, no te cierres esta puerta.

La muchacha veía a ambos, estos sonreían levemente en su dirección, una de las imágenes más bonitas que veía fue como su hermana recargaba su cabeza con suavidad en el hombro del pelinegro. Este sonrió y apretó un poco más la mano de su esposa.

— ¿Entonces. . . debo hablar de esto con Mūichiro-san? — Preguntó con las mejillas algo rojas — ¿Y si no siente lo mismo?

— Dudo mucho esa posibilidad, pero si llegara a suceder la vida sigue. Y lo que menos queremos es que te estanques sin poder salir — Habló la mayor tomando las manos de la joven — Pase lo que pase, nosotros estaremos aquí para ayudarte y apoyarte como tu lo has hecho. Están las niñas también.

— Gracias, Amanē. . . — Dijo más aliviada, realmente hablar con ella y Kagayā eran de las mejores cosas — Y a ti también, Kagayā-san, me han ayudado bastante.

— Descuida ____-chan, para eso estamos — Dijo el pelinegro sonriendo con los ojos cerrados — Por cierto, ¿Has hablado con Kāmado Tānjiro cierto?

— Si, hace algunas horas — Respondió la muchacha con un leve asentimiento — Quisiera ayudarlo un poco.

— Me gusta que quieras ayudar pero no tenemos idea de lo que le sucede a la hermana menor — Dijo el pelinegro pensativo — ¿Estás segura de querer involucrarte en esta misión?.

— Si, lo estoy — Dijo segura de si, a lo que el mayor dió una leve sonrisa — Empezaré dentro de poco, me gustaría tener algo de información escrita e investigada.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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«Tú Calida Voz» || Tokitō Mūichiro Y Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora