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"Bueeeeno. Dado que Billy y tu ya son amigos ¿por qué no lo llevas a tu habitación y lo vistes para la ocasión? Apuesto que tienes algo que le quede." Dijo Wendy, sonriendo con malicia.

Max, animado por la situación tomó a Billy de la muñeca y se lo llevó directo al cuarto. Era divertido pensar que deseó darle completo control y aun así acabara regresando a los pañales para estar con él. Eso decía mucho de Billy, demostraba que realmente lo quería de vuelta. Además... tener un amigo en pañales lo hacía sentir mucho mejor. No tan solo en su gusto.

Lo primero que hizo fue empujar a Billy sobre el colchón. Cayó como muñeca de trapo. Aunque apenas se fijó, porque corrió al armario a traer los conjuntos más infantiles que pudo encontrar.

Como en su nueva realidad disponía de una historia de haber sido siempre como era ahora tenía almacenados uno que otro pijama que le quedaba corto; perfectos para Billy.

EL DESEO DE MAX Donde viven las historias. Descúbrelo ahora