EL DESEO DE MAX

6

Se montó en el auto bus escolar y caminó con la cabeza gacha. Era la primera vez que usaba pañales en público, a parte de la noche anterior. Sentía la mirada de todos en su trasero y la respiración de las personas a las que solía caerle bien, pero ahora que necesitaba usar pañales tanto de día como de noche y ya que eran tan notorios, empezaba a creer que su fantasía tenía aristas que no consideró antes.

"Hey, ¿qué tal vas?"

"Bien."

"Hey Max, ¿qué cuentas hermano?"

"Todo cool."

"Hey, ¿vamos al cine después de clases?"

"Estaré ocupado."

La marejada de preguntas hizo al chico, primero sentirse bombardeado, tenía los nervios a flor de piel; segundo darse cuenta que aún era algo así como popular. No sabía si era porque la gente lo aceptaba tal cual era ahora o porque en realidad nadie sabia la realidad. Los del club de natación por otro lado seguro que sí sabían después de todo.

Se sentó al final, como lo hacen los chicos guays… los chicos guays son los últimos que el bus pasa buscando y se quedan sin asientos buenos. Billy entró entonces, llegaba tarde.

Max lo vio entrar, y aunque nadie lo saludó, él estaba de tan buen humor que Saludó a él mismo a todos los demás.

"Hola Sandra. Buenos días Rossel. Te ves  bien, Mary. ULISES, nunca cambies. Guapo."

Se lo veía feliz y eufórico. Se sentó junto a Max y lo abrazó de pronto. La gente que vio el gesto soltó resistas a lo lejos. Vio a unas chicas murmurar: ¿Crees que Billy y Max sean…?

"Tú también me caes bien, Hermano." Dijo Max de pronto, separándose de su abrazo y guardando distancia. "Pero controlate. Pareces quinceañera."

"Max, no te lo vas a creer." Susurró en confidencia Billy. "Pasé la noche seco. No me puse protección  ni nada. Apenas y tenía ganas de ir al baño. Estuve media hora en cama antes de necesitar ir de verdad."

"Qué bien por ti, bro…"

"Y mis padres no mencionaron nada de los pull ups. Es como si eso lo hubieran olvidado. Y cuando llegué mis cajones estaban llenos de boxers largos. Mira." El chico estiró  su ropa interior por encima de la camiceta y para que Max viera que era real. "Me siento tan genial. Casi siempre me mojaba y tenía ⁰el miedo constante a que se me escapara algo, pero ahora me siento todo un hombre."

"Eso esta muy bien, Billy…"

"Y eso no es todo." El chico bajó aun más la voz. "Anoche estaba viendo un comercial de cigarrillos y habia gente encuerada y mi pito…"

"Billy, ya lo entiendo. No tienes que contarme esa parte."

"Pero Max, se sintió TAAAAN bien. No lo habia sentido así antes." De la emoción lo volvió a abrazar. "Gracias por darme tus tallas. Y lo mejor de todo es que va a crecer más después.  Creo que debería meterme al equipo de futbol. Seguro que si hago ejercicio me hago modelo antes de los 17."

"Billy, eres muy chico aun para eso."

"Lo que tengo entre las piernas no es chico. Puedo llegar a ser modelo o actor famoso ahora. ¿Te imaginas? ¡Ymira!"

Billy mostró los dientes en una sonrisa. Eran blancos y estaban perfectamente alineados.

"Ya no tienes frenos…" dijo Max, casi sin aire.

"El pozo de los deseos sí que funciona. El próximo año podrás pedir algo."

Demonios, ahora tendría que esperar un año entero para tener su deseo… pero al menos ya sabía que sí funcionaba. Ay… aunque ahora que lo pensaba, si pudiera pedirle algo seria recuperar aunque fuera un par de pulgadas.

"Oye… ¿y no te arrepientes un poquito de todo esto? Quiero decir… la gente nos va a tratar diferente ahora." Le decía Max. "Ahora mi papá me pide que lo llame papito y mi hermana me… da baños."

Billy puso los ojos como platos.

"¿En serio? Qué locura. ¿A ti? Hahahaha"

"No te rías, no es gracioso… me… da mucha pena."

"Oye, oye. No te pongas en ese plan, amiguito. Tu querías esto."

"Sí pero…"

"Tú querías que todos te mimaran como lo hacían conmigo… no, peor que a mí. Todo es lo que querías."

"Pero se siente raro… yo no soy así."

"Pues ahora sí" Sentenció Billy. Acto seguido le agarró los dos cachetes y se los apretó. "¿Quién es mi amiguito bonito? ¿EH, quien? ¿Quién es el mejor amigo que he tenido? Que que bello es mi amigo, me lo comería entero. ¿Quieres que te haga mimos? Chi, tu queres, tu queres…"

Max se puso rojo de vergüenza. ¿Cómo se le ocurría hablarle así en el bus? Se apartó de él y le dio una zape en la cabeza. Pero eso no perturbó la sonrisa de Billy.

A lo lejos, las mismas chicas los miraron de reojo y susurraron aún más.

"¿¿Ves?? Te dije que sí eran. Mira como lo trata."