El entrenamiento estuvo bien, mas exigente que de costumbre. Las vueltas extras a la piscina propiciaron bajar la resistencia media del equipo. Al final Max estaba tan exhausto que apenas pudo darse una ducha con el equipo. Cayó sentado en una banca con la toalla a la cintura. Cada fibra de su ser deseaba recostarse y descansar. A su mente venían imágenes de Wendy y el tetero de esa misma mañana. ¿Estaria bien que le pidiera otro? Era muy rico y dulce.
"Max, apresúrate. El entrenador se quejará de nuevo." Dijo Klark antes de abandonar el vestuario.
"Está esperando que Sam lo vista, es tan consentido." Dijo Lucas caminando detrás.
"¿Es eso lo que quieres?" Dijo Sam, suspirando. Pues no queda de otra.
Sam empujó su pecho hasta dejarlo recostado en la banca.
"Hey, Samwel. No es eso. Sólo que estoy muy cansado."
"Más vale que te ayude entonces. No queremos que el invicto del equipo gaste sus fuerzas, debes descansar el fin de semana y dormir como un oso para el día especial." San le dio cosquillas en la barriga y Max río, dando un involuntario espasmo con los pies.
Luego se cubrió la boca con las manos y se sonrojó.
'¡NO HAGAS ESO! Yo no soy un niño."
"Claro que no eres un niño…"
"Exacto."
"Eres un bebé consentido."
"Hey, Max." Era Waldor quien hablaba. Su ojo ya pasó a tonalidades moradas y verdosas. "Estaba pensando lo que… hice el otro día. Supongo que sí fui un cretino. A veces olvido que eres… pues más joven."
"Tenemos las misma edad." Cortó Max
"Tú sabes a lo que me refiero…" Waldor saco de su mochila un elefante… de peluche, y se lo entregó a Max, quien lo recibió más por reflejo que porque lo quisiera "Vi esto en el chino. De niño tenía uno igual pero más pequeño. Pensé que te gustaría. Perdón por ser un cretino. Sabes que te admiro mucho."
"¿Tú me… admiras?" Max parpadeó. Le acababan de cerrar el pañal. La imagen que daba no coincidía con las palabras que escuchaba. "¿Por qué harías algo así?"
"Nadas muy bien y mejor que nadie…"
"Ah, ya veo."
Max miró el elefante en sus manos. Era suave y muy lindo.
"Además eres muy valiente."
"No me siento valiente."
"Y además eres simpático."
"Sí… sí … Y también soy muy maduro para mi edad."
"Ha, ha. Eso ya no." Waldor, Sam y Max rieron. "Creo que me gustas un poco, Max."
"Tu también me caes bien, Wal." Sonrió, abrazando el elefante mientras Sam le ponía los pantalones. Cuando estaba cansando, le importaba menos actuar como una persona madura, y tantas atenciones empujaban su comportamiento a un estado con el que no conectaba mucho con su madurez "No eres tan malo como pensé."
El chico dio un suspiro de cansancio, se le salió una lágrima de pesar.
"Sí… este… yo siento que eres muy especial."
"No me gusta que me digan retrasado." Max fruncio el señor y miró el suelo con el peluche en brazos. Estaba muy cansando para pelear.
"¡No! Me refiero a que eres lindo."
"Ja… sí, soy muy guapo ¿verdad? No seas envidioso."
Waldor miró al techo con exasperación y negó con la cabeza, sonriendo. Le dio dos palmadas en la cabeza a Max al tiempo que decía:
"Supongo que no funcionaría. Estas en otra onda. Nos vemos en la competición."
Cuando Waldor se fue Sam le dijo a Max:
"Elegante forma de rechazlo."
"¿Eh? De qué hablas?"
"Se te declaró y lo mandaste derecho a la friend zone. A la freidora zona, a tierra de nadie, a Silent Hill. Despiadado, Max. Muy despiadado."
"Ah… sí … No. Espera. ¿QUÉ?"
En casa Max entró tambaleándose. No tenia fuerzas. Mejor seria descandar como le habian sugerido. Por suerte no tendría que levantarse mucho para ir al baño.
"Ahí estás" su padre se entrometió en su camino antes de que pudiera llegar al cuarto. El hombetron lo agarró y se lo echó al hombro como un costal de papas. Max apenas podía protestar. "Mi niño ha estado muy ocupado y no ha tenido tiempo para papi. Vas a arreglar eso ahora mismo."
Max empezó a patalear sin ganas.
"Papi, espera" decirle papi y no papá aun le sabía raro en la boca "estoy muy cansado. No puedo ver nada en la tele." Era verdad, le costaba enfocar la vista.
"Vah, bebemos café y listo."
"Pero papito…" su padre se sentó en el sofá y puso Netflix, sentó a Max sobre los muslos.
"Yo es que… que es…"
"A ver, ¿que tienes ahora? ¿Es que no te gusta estar con papi?"
"No es eso… es que necesito dormir bien para la competencia."
El hombre puso cara compresiva.
"Ya veo…, está bien, mi nene cansado…, pero espera aquí un momento entonces." Su padre lo dejó bostezando en el sofá, cuando regresó traía un tetero. En sus manos parecía ridículamente pequeño. "Tú hermana comentó que estabas triste." Se lo volvió a sentar en el regazo y Max por instinto se metió la mamila en la boca. El chico se recostó en el pecho de su padre, estaba muy cansado para estar incomodo. "Cuéntame qué tienes."
"Estoy nervioso por la competencia…" Max solo pudo decir eso, pues era lo que más le importaba ahora.
"No le estés, te voy a seguir queriendo ganes o pierdas."
El calor de su padre lo hacía sentir más cómodo, protegido.
"Gracias."
"¿Pasó algo interesante hoy?"
"No mucho… la clase de geografía fue aburrida, mates también… entrené… Waldor dijo que le gusto y que soy como un super modelo."
'¿QUÉ?"
"Me dijo lindo… y me dijo soy genial…"
"Tú compañero de nado?"
"Y lo mandé a la friendzone… pero no quería, es que no entendí nada… Waldor es un cretino pero me regaló un peluche."
"¿Se te declaró con un peluche? Oye, Max. Despierta."
"Lo tiene torcido y chato"
"MAX"
El chico se quedó dormido en los brazos de su padre. El tetero quedo por la mitad y su padre se llenó de dudas.
Nota:
El próximo capítulo tardará más en salir. Estaré ocupado.
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EL DESEO DE MAX
De TodoMax y Billy son mejores amigos. Billy tiene problemas para mantenerse seco durando la noche y Max es todo lo contrario. Sin embargo, están en MiddleTwon. Y en MiddleTwon pasan cosas extrañas una vez al año. Max pedirá un deseo que llenará su vida...