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Era un completo perdedor.


A sus 47 años estaba pasando su cumpleaños de la peor forma posible: Sin familia, ni amigos y divorciado. Seungcheol llevaba recién ocho meses en un departamento de soltero y no aguantaba la soledad y lugubridad en la que se embriagaba. Las voces de sus hijos antes de partir a la escuela y los ladridos del perro del vecino en las mañanas, hacían eco cada vez con menos intensidad. Extrañaba la sensación de ser amado y obtener un abrazo ;sin embargo, después de las restricciones que dio la pareja de su ex-mujer para visitar a sus propios hijos se le hacía imposible verlos más de 3 veces al mes.


Mirándose al espejo termina de peinarse, sabía que era deprimente verse, así que, le daba un punto a sus amigos por alejarse. Toma la pequeña caja de pastel entre sus manos, revisa estar a tiempo con su reloj de mano y se coloca un poco de perfume antes de salir.


Siempre creyó que era una maldición que su cumpleaños sea en agosto porque el verano y primavera ya desaparecían y empezaban a derrumbarse al paso de las hojas naranjas cafés. Incluso a una persona sensible al frío como él, tenía que abrigarse demás para no resfriarse, además que prefería tomar bebidas heladas e ir a la playa, que pasarselas de café y té lo suficiente tibios para quemar su lengua.


El sonido de notificación resonando en su bolsillo lo alerta.


Han: Ya estoy en el café. No tardes! 


Vaya mierda.


Su cumpleaños lo iba a pasar con una completa desconocida de una app de nombre extraño. Se suponía que ayudaba a que las personas dejaran de guiarse de apariencias y salieran prácticamente a ciegas. Incluso era tan "íntima" que los usuarios solo debían colocar su apodo y color favorito.


Respondiendo a la chica da una última mirada a la ventana de su costado y trata de darse aliento y no verse tan miserable como se sentía.


Fingiendo una sonrisa, sale de su coche y camina hacia el dichoso café de la cita. A pesar de que había escuchado experiencias exitosas sobre las citas a ciegas, él no se sentía tan seguro , sobre todo, porque a su época esas cosas no existían y se le hacía peligroso no saber cómo lucirá tu cita. De todas formas, no había marcha atrás, recordando que "Han" le remarcó que llevaba el pelo por encima de los hombros y rubio, solo buscó con su mirada a dicha declaración, se acercó un toque tímido por las mesas hasta dar de espaldas con una cabellera corta y rubia.
Se aclaró la garganta e hizo voltear a su cita.


— Oh. ¿Eres "Cheol"? —


Mierda.


¿Por qué mierda se le ocurrió usar una app de procedencia tan turbio?


Su sangre heló y sus latidos parecieron parar por segundos. Su respiración trató de regularse rápido, su rostro empezaba a inmutarse y sus manos casi fallecen al casi dejar caer el pastel.


— ¡Cuidado! — Por su propia culpa, el tal "Han", se le acerca y toma el pastel con sus manos.
El chico de facciones dulces, se ve avergonzado y lo invita a sentarse.


Ambos estaban en shock, pero tratan de olvidarlo, o bueno, el rubio trató de formar una sonrisa reconfortante y volvió a iniciar la conversación.


— Hola, disculpa si no soy quién esperabas, pero mi nombre es Jeonghan, Jeonghan Jhonson. —


Esto tiene que ser una broma.


Su mente corría a mil por hora, realmente, nadie lo había dejado tan callado y aturdido hasta este momento. No sabía qué decir, qué hacer e incluso si mirarlo.


Aquel joven que no pasaría de los veinte años era idéntico tanto físicamente como en nombre a alguien de su pasado. ¿Sería su hijo? ¿Qué había pasado con el Jeonghan que conoció en todos esos años? ¿Había cambiado de parecer tan rápido?

App para corazones heridos en busca de ternura (BL/ SEVENTEEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora