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— ¿Qué quisieras para la cena? —

Seguía siendo extraño.

Se sentía como un intruso en aquella sala amplia y ordenada. Su tío estaba terminando de servirse el café, mientras miraba agitado su reloj de mano, Jonathan ya estaba listo para partir a su colegio.

— ¿Jonathan? —

Como era usual en estos días, solía quedarse callado más de lo correcto.

— Mmm capaz una ensalada con pollo. — Dijo casi en un tono de desinterés.

Realmente  las cenas dejaron de ser algo apetecible cuando su tío llegaría tarde, su plato estaría frío o simplemente, Jonathan, solo iría a dormir sin probar algún bocado. Nunca le gustó comer solo. Ni antes, ni ahora. Fácilmente podía poner una película o serie en el televisor o celular para pasar el rato, pero en un punto, estaba harto de tener a aquel aparato entre sus manos como si aquella pantalla negra le diese una verdadera solución.

Jeonghan solo asintió suspirando por la actitud del chico.

Él tampoco sabía cómo adaptarse a Jonathan, era difícil crear un ambiente cuando ni siquiera estuvo en su vida por más de diez años, no conoció al esposo de su hermana en realidad, ni se comunicó con Jonnah después de huir de casa. Era complicado. No conocía nada del chico que irónicamente, se parecía tanto a él.

Se relamió los labios antes de salir por la puerta, quería hablar.

— Jonatha- —

— Hasta luego, tío. —

Y fallando estrepitosamente, el adolescente partió antes de siquiera prometerle que esta vez, realmente, estaría en la cena junto con él.

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— ¿No quisieras salir con alguien? —  Fue la pregunta de Jihoon después de su clase de gimnasia.

Ambos estaban en la azotea de su escuela almorzando y en un punto, encontraron una declaración de una chica al costado de su "lugar".  Para el deleite de ambos chicos, la pelinegra fue aceptada y con una sonrisa de oreja a oreja, salió de la mano con el afortunado en cuestión.

— Sí, supongo. ¿No es algo que desean todos? — 

A pesar de que en estos últimos tiempos su mayor enemigo fueran sus sentimientos y mente, en algún punto, creía que todos sus problemas serían más ligeros si estuviese con alguien. 

—  ¿Y con quién sería? — Sonrió de forma pícara el menor. 

— Jihoon...— 

— Oh, vamos, Jonathan. Llevamos más de seis años siendo amigos, deberías decirme quién te gusta de una vez, no somos niños. — 

Lo sabía.

Siempre de alguna u otra forma siempre salía ese tema en cualquier conversación. Como es usual suele mentir con ello, daba vueltas a sus respuestas o optaba por nombrar a alguna actriz o modelo del momento. Pero ahora, estaba tan cansado de todo e incluso de mentir que simplemente salió de sí como si así de fácil hubiese sido aceptarse así mismo.

— Joshua Choi. — Soltó.

Como si ese nombre no hubiese ahorcado su garganta y aprisionado su pecho tantas noches. 

Existió un pequeño silencio.

Podría retractarse, podría fingir que fue una broma para acallar a su amigo o podría hacer un comentario fuera de lugar como "si es que él fuese mujer" ;sin embargo, no pudo. Sus labios se secaron y en consecuencia bebió de la lata de refresco y soltó un sonido refrescante. 

Ya había llorado por ello en frente de un adulto de más de 40 años, podría con el rechazo de un adolescente... o eso quería convencerse a sí mismo.

— Lo sabía. — Dijo Jihoon también tomando su refresco.

Quiso burlarse o dar un sonido de platillos al final de su comentario, pero sus labios temblaron y sonrieron, incluso mordió sus mejillas para que las lágrimas en sus ojos no bajaran.

— Jonathan tienes un buen gusto. — Fue el segundo comentario que soltó el más pequeño que hizo al chico llorar con una risa. — Ahora tiene sentido que te quedaras a ver por completo un partido de baseball en las olimpiadas. — El rubio se empezó a reír. 

Jihoon también dio unas pequeñas carcajadas.

— ¿Tan evidente fui? — 

— Lo suficiente como para que llegase más tarde y te sentases a su lado. Mmm, sí. —

Se limpió las mejillas.

A pesar de todo, decir la verdad se sentía mejor.

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Seungcheol estaba ansiando pronto que terminara de hervir su sopa para cenar viendo la transmisión del partido de su hijo. 

Después de meses de no tener contacto, su ex-esposa, decidió darle migajas de conexión con sus hijos y le envió los nuevos números que tenían Joshua y Yeri.  Sin esperar menos de un minuto se puso en contacto con ellos y con cierta ilusión escuchó a su hijo hablar acerca de los cuartos de final del campeonato interescolar, que incluso, tuvieron la suerte de ser transmitidos por un canal de televisión local. Por otro lado, su hija le habló de las nuevas modas que seguían sus amigas de la escuela y sobre el nuevo conejo que adoptaron.

Los extrañaba...

Con sus platos listos y servidos, va a la sala con el mejor humor... o fue así hasta que tocaron el timbre.

Tratando de adivinar quién estaría tras la puerta, se detiene un segundo: ¿Sería Jonathan?

A pesar de lo que se podría pensar, Seungcheol, le había agarrado cariño al adolescente. Si bien fue una impresión casi traumática encontrarse con él. No era un mal chico. En todas las cenas que lo acompañó, no evitaba echarle una mirada a la sala y específicamente al sofá redondo en el que solía sentarse. Incluso, llegaba a cocinar de más solo "por si a caso", pero después del encuentro y revelación de Jeonghan, cada día esperaba menos su llegada. Seguía teniendo dudas sobre cómo se encontraba ;sin embargo, no podía fallar ante las últimas palabras de Jeonghan.

Tomando con duda el manojo de la puerta, abre.

— Hola, Choi. —

Mierda.

...

— ¿Puedo pasar? —

Era Jeonghan.





App para corazones heridos en busca de ternura (BL/ SEVENTEEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora