Con una pequeña sonrisa recoge la taza del mueble.
Ayer Jonathan también llegó a su departamento ,y aunque, el concepto que un adolescente aparezca de la nada casi a diario sonara escalofriante, en realidad, solo era eso. Ambos tomaban tazas de té , manzanilla o café, intercambiaban algunas palabras o encendían la televisión para apaciguar lo introvertido de sus personalidades, de una manera u otra, eso le estaba haciendo la vida más llevadera. No mentiría si alguien lo acusara de dejar que el chico venga como si nada solo porque era lo más cercano a un "tiempo en familia" en estos últimos meses.
Mira discretamente a su reloj del comedor:
07:00 pm
No faltaba menos de media hora para que el chico tocase su puerta, así que, con una pizca de nostalgia pide a delivery de alitas bbq junto con papas fritas y ensalada, después de todo, era un plato conocido entre los chicos de ahora, ¿no? Bueno, a Joshua, le encantaba cenar eso después de apostar mientras veían luchas por la televisión. Capaz era algo trillado y nada original, pero lo extrañaba, tanto como las burlas de el chico por cómo podía ser tan malo al apostar como se daban "pequeñas llaves" de modo de juego y al final tenían una partida de uno.
Sintiendo más ánimo de lo usual, decide hervir agua, al mismo tiempo, que enciende todas las luces de alrededor. Puede que aún hiciera frío en esta época del año ;sin embargo, no deseaba que el Jonathan se enfermase, no teniendo aquel rostro. ¿Sería o no familia de Yoon Jeonghan? Realmente, no se había tomado la molestia de si quiera indagar más profundo en el asunto, ya que, vivía con el miedo constante de que tan solo era su paranoia que veía el reflejo de él en el chico... incluso llegó a preguntarse: ¿Realmente lució así Jeonghan? Ya habían pasado más de treinta años por defecto podría ser que idealizo una imagen pasada que cada vez le era más lejana y borrosa. Tal vez, todo esto se debiera a la terrible soledad en la que se estaba embriagando que evocó memorias de su juventud.
Tocó la tapa de aquel piano.
¿Jonathan lo habría notado?
Como en un intento desesperado de pretender desinterés dijo que solo lo tenía de decoración y que no aportaba más allá de eso; sin embargo, cada tarde o mañana lo tallaba delicadamente, tocaba los pocos acordes que aprendió y volvía a dejarlo con culpa.
"¿Seungcheol, desearías ser mi acompañante en el escenario con ese piano forte?"
Vaya... era tan tonto haber gastado tanto dinero en aquel instrumento cuando esa presentación nunca sucedió. ¿Por qué lo habría hecho? Probablemente tuvo sentido hace algunos años, pero ahora, no era más que un recuerdo borroso inherente en su pecho y mente.
El timbre lo desconcertó que casi da un salto, mira el reloj de nuevo: 07:20 pm. ¿Sería Jonathan?
Con una pequeña sonrisa sale hacia su puerta ,y efectivamente, era el chic... ¿Qué mierda?
— Buenas noches, Seungcheol, perdón si suena inesperado, pero... ¿Me dejarías dormir hoy aquí?—
El rubio tenía dos maletas a su costado, seguía llevando su uniforme escolar, estaba hecho un desastre y sonreía nervioso al igual que un niño que comete una travesura. Su análisis de la situación para tras ver como este empezó a temblar y lo hace pasar. Suspira tratando de no sonar "duro" o como un reverendo PAPÁ ,así que, con Jonathan dentro y unos grados más a la calefacción, lo interroga en la sala.
— Jonathan, niño, explícate. ¿Qué ha pasado como para que vengas aquí así? — Su entrecejo inconscientemente se le había arrugado y sus brazos estaban cruzados.
Definitivamente era un completo papá.
— Bueno... ¿Cómo podría comenzar? — El rubio juguetea con sus dedos, evita la mirada del mayor e incluso busca que cosa fuera del tema podría hablar para así distraerlo. — Yo...yo realmente no vivo con mis padres. —
Era ahora o nunca.
Si quería tener la mínima posibilidad de que Choi lo acogiera por un día, debía su relato tener una pizca de verdad, pero solo una pizca...
La expresión del mayor cambia a una más comprensiva.
— Me están obligando a vivir con un familiar que no veo desde que soy un bebé, yo... solo no me siento listo para mudarme. — Se derrumba en el mueble. — No creo ser capaz de dejar esa casa.—
Seungcheol se sienta en frente suyo, mira por segunda vez sus maletas y como incluso parecían reventar de llenas, la camisa del chico con kétchup y sus zapatos sucios. Había huido era evidente.
¿No vivía con sus padres?¿Acaso vivía en un departamento de estudiantes?¿Vivía solo?
Tenía tantas preguntas pero por compasión y el timbre sonando a causa de un muy probable repartidor, lo dejan retardar la conversación y ayudar a aclimatar con todo.
— He ordenado comida, si quieres puedes ir al baño a cambiarte mientras sirvo la mesa. — Con una sonrisa leve, le ofrece una respuesta amable y va a recibir la comida.
Con solo ese mensaje es suficiente para el chico para ponerse a correr hacia el pasillo junto con su mochila de la escuela y encerrarse en el baño. ¿Qué se suponía que estaba haciendo? ¿Acaso tenía 9 años para no querer ver a su tío? ¿Su resentimiento era en vano? Mojándose la cara con un poco de desesperación se muerde las mejillas al momento de verse en el espejo. ¿Su vida se volvería miserable si dejaba lo último más cercano a lo que pudo llamar hogar? Capaz el hecho de manejar tan mal el luto como resistir frente a sus amigos, profesores y abuelos, ya era lo suficiente, como para añadir a la ecuación a su tío. Ni siquiera es que tuviese un mal recuerdo de él, mas bien, no tenía ningún recuerdo y eso era más alarmante para él.
"Eres su imagen, Jonathan."
Solía decir su madre al momento en que cumplía años.
— ¿Qué se supone que debo de hacer? — Se dijo en voz alta.
Cerrando el grifo, seca su rostro con suavidad y vuelve a ver su reflejo.
— Si tanto me parezco a ti. ¿Por qué nunca quisiste conocerme? —
¿Odio? ¿Amor? No sabía exactamente que sentía, pero indiferencia, sabía que no.
— ¡Niño, ya está servida la mesa!— Escuchó como el señor Choi lo llamó.
Se arregla como puede la camisa y como último acto de idiotez toma su celular y antes de apagarlo, envía un mensaje a su abuela:
"Estoy cenando y me encuentro bien, no se preocupen!"
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— ¿Qué? ¿Acabas de perder a tu sobrino y no llevas ni un día con él? — Seokmin casi suelta una carcajada con tan solo procesar lo que escuchó de su amigo.
— Mierda, no lo digas así. — Suspiró Jeonghan por el otro lado de la línea.
— ¿Le pediste ayuda a tus padres para saber su paradero?—
— No, sabes que no puedo hacerlo. Ellos me quitarían la custodia de inmediato. — Tocando con sus manos un suéter que dejo el chico en la litera, trata de no llorar. — ¿Y si también me odia al igual que mis padres? —
Ni siquiera sabía cómo era Jonathan pero ya temía por lo que este pensara de él.
— Jeonghan... Ya no son los 90's, los chicos de hoy en día son más abiertos a esos temas y si así lo fuera, aún tienen tiempo para conocerse, ¿okay? Solo trata de encontrarlo lo más pronto posible. —
— Bien. — Habla más tranquilo por las palabras de aliento. — Supongo que tendré que pedir ayuda a un hacker para que vea su ubicación.—
— ¿Sabes si Jonathan usa un iphone? —
— Sí creo que sí, ¿crees poder rastrearlo con solo eso? —
— Déjamelo a mí. —
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App para corazones heridos en busca de ternura (BL/ SEVENTEEN)
RomanceTenía cuarenta y siete años y se sentía lo suficientemente mayor como para recordar quien fue su primer amor... ¿O tal vez no?