No esperó respuesta y solo entró por el espacio vacío en la entrada, era más que evidente la sorpresa "enorme" que tenía Seungcheol en la cara. Estaba escrito y palpable frente a sus ojos, eso en cierta parte, causaba gracia para sí. Sin perder más su tiempo en detalles superfluos, da un pequeño análisis a su departamento en menos de treinta segundos para solamente concluir que estaba solo, tan solo, que se escuchaba eco cuando caminaban.
"¿Y tu familia?"
Fue la pregunta que rondó por su mente.
— ¿Jeonghan, podría saber qué haces aquí? —
El sonido de la puerta cerrándose tras suyo lo hizo voltearse para sí.
— Necesito saber si tienes alguna idea o contacto para comunicarme con Jonathan. — Dijo con pena. — Como me dijo que eres el padre de uno de sus amigos, pensé que podrías pedirle a tu hijo, si sabe dónde está. —
Trata de justificar terriblemente la incomunicación que estuvo viviendo los últimos días con su sobrino escondiéndose en el único dato que obtuvo por parte del chico y suspira. Realmente sonaba terrible.
— ¿Quieres que te diga dónde está tu sobrino? —
Se frustro al ver la cara de Seungcheol, lo estaba juzgando, increíble.
— ¿Sabes qué? No debí venir aquí, disculpa por la interrupción. — Volteó de manera brusca para regresar consigo mismo y su dignidad.
¿Por qué en primer lugar vino aquí?
— Probablemente esté con Jihoon. — Fue lo que dijo el mayor y paró de caminar. — Es su mejor amigo. —
Retrocedió sus pasos y le dio la cara.
— ¿Tienes su número de Jihoon? El número de Jonathan suena apagado, así que...—
En menos de un parpadeo ve como el mayor va hacia la cocina apaga una olla y luego se asoma, específicamente, hacia el refrigerador.
— Primero, deberías calmarte. — Y así como si no fuese nada, Seungcheol, tenía un vaso de agua en su cara. — No tengo el número de Jihoon pero sí puedo tener una idea de dónde podría estar. —
— ¿Estás seguro de que se podría encontrar allí? — El vaso de agua helada estaba esperando a que lo tome de sus manos, sus ojos negros del mayor, prácticamente, le estaban indicando una orden.
Él no hablaría hasta que le acepte el vaso, así que, lo hizo sin chistar como si no le importase como si no hubiese evitado tocarle la punta de sus dedos. Y lo tomó mientras lo miraba a los ojos. No se dejaría intimidar o reprochar, si eso era lo que esperaba.
— Bien. Ahora vamos. — Fue su último contacto antes de tomar las llaves de su comedor y esperarlo en la entrada.
— Vamos. —
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Entre todas las idas y venidas de Jonathan, Seungcheol, había aprendido que fuera de lo lastimado que pudiese encontrarse el chico, no llegaría a realmente escaparse sin motivos. No cuestionó a Jeonghan cuando lo tuvo en frente. Ni siquiera sabía cómo era ahora. Había pasado mucho más que una década no era un detalle a ignorar, aunque, su cortocircuito creía reconocer esos labios tensos y entrecejo levemente fruncido: Se estaba estresando por el silencio.
Tosió.
— ¿Quisieras música? No estamos tan lejos del lugar. — Su voz sonó más baja de lo quiso.
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App para corazones heridos en busca de ternura (BL/ SEVENTEEN)
RomanceTenía cuarenta y siete años y se sentía lo suficientemente mayor como para recordar quien fue su primer amor... ¿O tal vez no?