XXVIII/Especial 5-La feria

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Seis meses. Medio año de relación y el ángel llevaba 2 días sin aparecer.

Crowley era desconfiado de naturaleza pero que sentido tenía que en un día tan especial para ellos como su mitad de año juntos llevara "tanto" (desde el punto de Crowley, claro) sin aparecer?

Se había pasado toda la mañana buscándolo como un loco por todas partes, incluso le tenía un regalo (del cual merece la pena comentar que se sentía muy muy orgulloso). Después de buscar por todo Londres sin encontrarlo, se fue a la librería al borde de una crisis existencial (así lo llama el. Cosas de enamorados, no pregunten). Entró alzando la voz esperando que Muriel estuviera cerca para escucharle.

- ¡¿Dónde está el ángel?! –se sentó en el sillón de golpe-

Muriel salió de detrás de una estantería y se quedó mirándole fijamente sin entender ni una palabra.

-Crowley, le viste hace apenas dos días...seguro está ocupado –le dijo sonriente mirándole-

-Hoy es un día especial. ¿Cómo demonios se olvidaría de ello? –le miró con el ceño fruncido-

-Que ocurre hoy? –le preguntó con un interés muy notable-

-Mmmh –cruzó los brazos- No puedes rastrearle o algo? No sé porque a mí no me deja saber dónde está –dijo mientras apoyaba la cabeza hacia atrás en el sillón y se replanteaba las mil posibles (negativas) posibilidades de la ausencia del ángel-

-No somos perros –le miró juzgándole- o eso creo... -aclaró la voz- Siento defraudarte, pero a mí tampoco me sale

Un suspiro fuerte salió del demonio.

-Y si está en peligro o...

Una voz salió de la puerta

-Mira que eres dramas, querido –soltó riendo el desaparecido-

Crowley abrió los ojos mirando a la puerta y se levantó rápido, yendo hacía el.

-Donde demonios estabas, pensé que los de tu secta te habían vuelto a raptar –le abrazó como si llevara una eternidad sin hacerlo-

-He estado preparando unas cosas, tonto –le abrazó de vuelta como si fuera un niño-

Muriel miraba sonriente el momento en una esquina, procurando no hacer ruido para que no la echaran de ahí.

-Sabes qué día es hoy, ¿no? –preguntó Crowley mirándole-

Azi le dedicó una cálida sonrisa y asintió.

-Claro que lo sé, por eso he estado estos dos días fuera. Te tengo una sorpresa

-Una sorpresa? ¿Qué sorpresa?

-Déjame conducir el Bentley y lo sabrás –sonrió este-

-No puedes decirme donde es y ya está...?

Azi negó y Crowley soltó un suspiro dándole las llaves.

-Espero que te guste...estoy seguro de que nunca has ido a un sitio como el que te voy a llevar

-Ahora tengo curiosidad, vamos –caminó hasta la salida-

Azi soltó una risa y se despidió de Muriel. Ambos se subieron a coche, sentándose en sitios invertidos y se pusieron en marcha hacia donde quisiese que fueran.

-Vamos ángel, o aceleras o pisaré por ti el pedal –le miró intimidándole-

-Vamos rápido ya. No seas impaciente –le miró de reojo-

Old times- Aziraphale x CrowleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora