➤ EN ESA TARDE, el silencio incómodo era latente entre ambos jóvenes. El tiempo pasaba al ritmo de una tortuga, y los libros parecían no tener un final.
— Si ese profesor no nos da una buena nota, me suicido.
— No seas exagerada.
Lea cerró los labios en sorpresa. Zhang Lurang no era de decirle una palabra siquiera, claro, a menos que fuera lo suficientemente necesario.
— ¿Y quién dice que estoy exagerando?
Otra vez, el silencio se hizo presente, mucho más incómodo que antes. Pero algo era diferente.
Había algo en Rang que Lea no podía dejar de observar. A través de pequeñas miradas, veía detalladamente cómo él se concentraba en leer, en conseguir información relevante para el ensayo.
"Lea concéntrate por Dios, ¿Por qué él te distrae tanto?"
"Quizá sea por el arrepentimiento de haber escri-"
“CALLATE CONCIENCIA”
— ¿Necesitas algo?
— Emm — Dijo Lea, disimulando un poco la vergüenza—. ¿Conseguiste algo?
— No.
Las horas iban pasando muy lentas, el simple hecho de estar atrapada bajo su voluntad, en el mismo lugar que Rang, pues, era desafiante.
— Xiang Lea-Ming.
— Dime.
— Conseguí un libro que nos puede ayudar, pero está en inglés.
— Te ayudo a traducirlo.
— No es necesario, encárgate de redactar y demás.
— tranquilo, ven, deja te ayudo.
En un momento a otro, ambos chicos, que antes mantenían una distancia precaria, ahora estaban sentados un poco más cerca, entablando una breve conversación. Pero eso no evitaba que la incomodidad estuviera presente.
Ahora, era manejable o hasta tolerable.
— Por suerte el trabajo es para la otra semana, buscaré algo adicional en la biblioteca de la ciudad, y te aviso si consigo algo —. Indicó ella.
— Vale.
Ella se quedó ahí, sentada, observando como Lurang empezaba a guardar lentamente sus cosas para irse. Después de agotadora tarde ambos se cansaron y acordaron reunirse otra vez, ya era suficiente por el día de hoy.
Mientras Lurang guardaba, veía como Lea, la cual seguía ahí, sacaba muchos más papeles con una determinación inexplicable.
— ¿Te quedarás ahí? — Preguntó él.
— ¿Oh? Si, sí, me quedaré acá, debo terminar esta tarea.
El muchacho simplemente asintió, viendo como la chica luchaba un poco con fórmulas complejas y números con letras. Aunque Lea era buena en todas las materias, justamente matemáticas le costaba.
No era simplemente porque le costaba y ya.
El hecho de venir de una pequeña escuela con un sistema educativo mediocre, a una de las academias más avanzadas, era un enorme desafío para ella.
Debía estar a la misma altura que los demás y cumplir las espectativas, eso le alteraba los nervios. Cada partícula de ella expresaba total estrés en ser la estudiante perfecta.
Y eso era notorio, era notorio ver cómo ella llegaba al límite, como lágrimas de estrés salían, como su desesperacion por ser brillante la atormentaban. Cómo dejaba de lado su vida con tal de estudiar y estudiar.
— ¿Necesitas ayuda? — Preguntó Rang.
¿Él? ¿Ofreciéndole ayuda?
Este muchacho puede ser una caja de sorpresas.
— Gracias, pero puedo sola.
"—¿Enserio doy tanta lastima estudiando?" Se preguntaba Lea, tanta era su dificultad en matemáticas que hasta Rang se ¿Compadeció? Que patético.
Ella definitivamente no iba a pedir ayuda o siquiera aceptarla, y mucho menos de alguien como él. Su orgullo era demasiado y creía que era totalmente capaz por su cuenta, ella siempre pudo y podrá hacer todo sola. ¿O no?
— Veo que te está costando un poco.
— ¿Costarme? Jaja, no.
El muchacho, que ya había terminado de empacar para irse, veía de reojo como aquella pelinegra luchaba con los números, como su ceño se fruncia levemente y maldecia en voz baja.
Aunque al principio el chico la miro con cierta extrañeza, después soltó una pequeña sonrisa, la cual rápidamente ocultó.
Esta chica era todo un caso.
Pero él no iba a dejar las cosas así. Por simple impulso, se sentó a su lado, arrebatándole su lápiz con rápida agilidad.
— ¡¿Qué diablos haces?! ¡Ya te dije que puedo sola!
— ¿Ah sí? Según mi punto de vista, tardarse media hora en el primer ejercicio no es muy buena señal — dijo sin importancia el chico — Así que cállate un rato y déjame explicarte.
Aunque al principio ella se negaba, no tuvo de otra que aceptar. Lurang quien la observaba y guiaba pacientemente, por fin estaba empezando a dejar de sentirse incómodo a su lado.
No podía terminar de asimilar la situación, por primera vez estaba aceptando ser ayudada. ¿Por qué? Lea siempre podía sola, ella creía que podía, pero no, está aceptando que el chico más inepto le enseñara. Definitivamente eso era un golpe a su ego.
Y por fin el silencio latente, ahora eran las pequeñas risas de Lea-Ming al ver cómo Zhang Lurang intentaba ocultar su estrés por no verla entender.
Tal vez el chico no era tan estúpido como ella pensaba.
Mientras esto sucedía, aquel profesor agradable de la tercera clase observaba.
Observaba como la estudiante, cual siempre negaba cualquier tipo de tutoría o guías, estaba por primera vez, cediendo ante la ayuda.
Y no solo eso, quién le daba tutoría era nada más, y nada menos que su sobrino, aquel muchacho que nunca se había dado la oportunidad de abrirse un poco, de tan siquiera dejar su frialdad por un momento.
Aquel reservado muchacho estaba ahí, ayudando a esa terca cerebrito.
Por primera vez, ambos estaban cediendo. Ella cedía ante su orgullo, y él cedía a socializar con Lea, la cual sorprendentemente no le parecía tan irritante como antes. Aunque eso tampoco aseguraba una amistad.
Por ahora.
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愛 | 𝐒𝐄𝐍𝐓𝐈𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐏𝐀𝐏𝐄𝐋 ━━ ❝When I Fly Towards You❞
Romance❛❛ 𝐒𝐄𝐍𝐓𝐈𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐏𝐀𝐏𝐄𝐋❜❜ | No sabía exactamente porqué sentía curiosidad sobre él, pero apenas se atrevió a escribirle esas notas, supo en ese instante que esas emociones quizá eran más fuertes de lo que pensaba. Y eso le aterra...