❛❛ 𝐒𝐄𝐍𝐓𝐈𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐏𝐀𝐏𝐄𝐋❜❜ | No sabía exactamente porqué sentía curiosidad sobre él, pero apenas se atrevió a escribirle esas notas, supo en ese instante que esas emociones quizá eran más fuertes de lo que pensaba.
Y eso le aterra...
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➤SU MENTE ESTABA HECHA UN DESASTRE.
Tantas cosas sucedían prácticamente al momento, que era imposible tomar un respiro para recopilarlo todo.
Muchos estaban a su alrededor agobiando su espacio personal, empujándola para ver el semejante espectáculo que a aquellos ojos curiosos les fascinaba presenciar. Algunos gritaban y alentaban con fuerza, dando pequeños saltos de emoción.
Era simplemente caótico para la chica.
Los gritos la aturdían, y la multitud le hacía entrar en un estado de consternación constante. Lo único que podía hacer era simplemente observar mientras los brazos de Jia la sujetaban en un abrazo fuerte, el cual servía como salvavidas para ambas con tal de así ya no sufrir demasiados empujones de tantos estudiantes.
Y todo este desastre había iniciado por una razón: Acoso.
No sabía en qué momento de la clase de deportes sucedió lo más repulsivo para ella en toda su vida. Un par de chicos empezaron a molestarlas e insistir en ayudarlas en el balón, a tal grado de que se acercaban demasiado, les tocaban e insinuaban sin importar si las incomodaran.
Insistían con tal magnitud que ya era simplemente terrorífico para las chicas, Zaizai respetuosamente les pedía que se marcharan, Jia se acercaba furiosa a exigir que les dejaran en paz. Pero como los chicos seguían, Lea no tuvo de otra que empujar a uno de ellos al suelo de forma impulsiva, algo que causó que ahora ellos se pusieran más agresivos con ellas.
Todos observaban disgustados o intrigados de lo que sucedía, algo repugnante para Lea, ¿Por qué nadie ayudaba? Ellos se quedaban estáticos, espectantes, ansiosos de ver qué cosas podrían pasar.
Ella buscó con la mirada a los chicos algo nerviosa con la esperanza de ver si podría obtener una escapatoria, en especial intentaba ver a su mejor amigo. Pero para su mala suerte, tanto Lurang como Fang estaban en el baño, así como no habia ningún rastro de Gu-ran.
Algunos murmuraban, otros se quedaban en un profundo silencio, y la chica entendió que solo la gente te podría ayudar si le beneficiaba en algo.
Y era obvio, la mayoría no se metía para no estar en problemas, y otros por simple ignorancia. Simplemente no las defendían porque no les convenía.
Al ver la situación en la que se había metido, en su mente recordó esas palabras que su padre, un ahora dedicado policía, le enseñaba en repetidas ocasiones.
Ya que desde el primer momento en el que el hombre se alejó de su maniática ex-esposa, se empeñó en explicarle a la menor lo cruel que podía ser la vida, de como las personas pueden actuar como santas pero por dentro tienen intenciones maliciosas.
Todo eso con el objetivo de que su hija no se metiera en cosas incorrectas. Pero aún así hubo algo en esas pequeñas conversaciones que logró que Lea se grabara en su cabeza:
