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-No creas que me encanta eso de que estuvieras desesperado por tener amigotes.

-Bro, ya sabes que no me refería a eso.

-Bro. Tal como lo cuentas, cualquiera diría que te obligaba a tomar el té con mis muñecas y a trenzarme el pelo.

-Pasabas mucho rato en la cocina.

-Qué raro. No recuerdo haber oído ni una queja cuando te tragabas mi comida.

-Porque eres el mejor cocinero del estado de Wisconsin. De todo el mundo gastronómico, en realidad.

-Los halagos te llevarán muy lejos.

-No me digas.


*******


Ver en pareja a tus dos mejores amigos no es tan raro como yo pensaba.

Es peor, muchísimo peor.

El primer mes resultó bastante incómodo. Tenía que ser cuidadoso con lo que decía de uno en presencia del otro. Ellos, por su parte, intentaban sonsacarme todo el rato. A veces tenía que hacer de mensajera. Incluso me tocó ir de chambelán varias veces en sus primeras citas.

Una vez, en el cine, fui a buscar palomitas antes de que empezara la película y cuando volví me los encontré besándose (o, más bien, besuqueándose como locos). Me quedé helado, sin saber qué hacer. Durante unas milésimas de segundo, consideré la idea de dar media vuelta y golpearme la cabeza contra la pared con la esperanza de sufrir amnesia. En cambio, carraspeé con fuerza y ellos se separaron despacio. Gracias a Dios, las luces se atenuaron mientras me sentaba, así que no tuve que establecer contacto visual con ninguno de los dos.

No tenía claro quién se habría sentido más incómodo, si ellos o yo.

Hacia el mes de noviembre, Taehyung y Jimin eran inseparables. Siempre estaban agarraditos de la mano y juro que una vez los vi frotarse las narices entre clases.

Yo me esforzaba al máximo por llevarlo bien. No digo que me apeteciera tener alfa, pero sentía una punzada de celos cuando me insinuaban que querían estar solos; no podía evitarlo. En vez de ser una necesidad, me había convertido en un estorbo.

Cada vez que les proponía hacer algo a alguno de los dos, ellos ya tenían planes... Que

no me incluían.

A veces, casi tenía ganas de que cortaran, pero luego me decía que eso solo serviría para empeorar las cosas. ¿Y si me obligaban a tomar partido? Jamás conseguiría que las cosas volvieran a la normalidad.

Así que opté por pasar más tiempo con Jin.

—Van muy en serio, ¿eh? —comentó Jin mientras hacíamos cola en el cine, los dos solos, la semana anterior a las vacaciones de Navidad.

—Sí.

También me estaba hartando de ser la portavoz de la parejita feliz.

Jin titubeó un momento.

—¿No crees que...? —miró a su alrededor para asegurarse de que no hubiera por allí ningún conocido—. ¿No crees que Jimin nos evita? O sea, ya sé que quiere estar a solas con su alfa. Obvio. Pero nunca se había alejado tanto de nosotros. Se está pasando un poco, ¿no?

Sí, se estaba pasando un poco. Y por partida doble en mi caso. Si aún seguía viendo a Taehyung los miércoles, era porque Jimin tenía práctica con las animadoras.

¿Simplemente amigos? (VHOPE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora