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-Ejem.

-Ya sabes que nada de lo que digas me hará sentir culpable.

-Ya lo sé.

-Pero vas a decir algo de todas formas, ¿verdad?

-No.

-¿No?

-Caray, Hoseok, uno de los dos tiene que comportarse como una persona madura en estos casos.

-No hablarás en serio. ¿Desde cuándo eres una persona madura?

-Desde que te perdoné tu traición.

-Tienes razón.

-¡Vaya! ¿En serio ha funcionado? ¿Tengo razón? ¿En algo? ¡Milagro!

-Te sientes muy orgulloso de ti mismo, ¿verdad?

-Bueno, es agradable tener razón por una vez.

-No te acostumbres.

-Tranquilo, no lo haré.

*******

Fue una tortura. La peor tortura del mundo.

No podía ni respirar la noche que Taehyung se marchó de mi casa para ir a ver a Jimin. Clavé la mirada en el teléfono, convencida de que estaba a punto de descubrir la versión de Taehyung que me quedaba por conocer: con el corazón partido.

Sonó el celular, pero era Jimin.

—Por favor —me suplicó—. Sé que cometí un error, pero si la verdad sale a la luz, Taehyung será el único perjudicado. Tú no quieres que sufra, ¿verdad?

No, no quería, pero no era yo el que le había puesto el cuerno.

—Te prometo que nunca volveré a hacer nada parecido y, si lo hago, te doy permiso para que no vuelvas a hablarme nunca en la vida. De todos modos, no lo harías —casi podía oír su pulso acelerado—. Me gusta mucho Taehyung y no quiero que corte conmigo. Por favor, Hoseok.

No me gusta guardar secretos. Los secretos acaban por lastimar a todos los implicados.

El siguió suplicando.

—Eres mi mejor amigo. Y si no puedo confiar en mi mejor amigo, ¿en quién voy a confiar? Apuesto a que Taehyung pensaba lo mismo.

—Te conozco de toda la vida y hemos pasado muchísimas cosas juntos. ¿Me perdonas, por favor, para que pueda perdonarme a mí mismo?

Aquello me tocó la fibra sensible. No había pensado en lo mal que la estaba pasando Jimin, en lo dura que debía de resultar la situación para el también. Por más que se lo hubiera buscado.

—Por favor, Hoseok. Te lo suplico. Si estuviera allí contigo, me arrastraría por el suelo. Si es lo que quieres, me planto allí en dos minutos y te lo pido de rodillas.

Me sentía dividido. ¿Podía aceptar su palabra de que aquello nunca volvería a suceder? Sabía que la verdad destrozaría a Taehyung. A lo mejor, pensé, es preferible fingir que no ha pasado nada.

—Está bien —repuse en voz baja.

Se hizo un silencio al otro lado.

—¿De verdad? Oh, Dios mío, Hoseok. ¡Gracias, gracias, gracias! Los compensaré por esto, lo juro. A los dos.

—Por favor, trata bien a Taehyung. Se lo merece.

—¡Lo haré! ¡Te lo prometo! ¡Te quiero!

Debería haber experimentado alivio cuando la llamada finalizó, pero solo sentía miedo. Por más que quisiera borrar aquella horrible noche de mi pensamiento, sabía que algunos recuerdos son más persistentes que otros. Sobre todo, los recuerdos dolorosos.

¿Simplemente amigos? (VHOPE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora