Intentando lo imposible

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A Mardröm no le hacía falta ser un todopoderoso demonio para notar que algo iba mal cuando toda la gente salió del hospital gritando.

-¡Vamos! -ordenó a su amiga sin girarse a ver si ésta le obedecía.

En una vida con miles de siglos pasados en el infierno, aquella era la primera vez que tenía miedo de verdad. Allí dentro, sin ocultar siquiera, estaba Tiffany; y si algo le pasaba a esa mocosa ¿qué sería de él?

Sería humano. Pasaría el resto de su existencia como un miserable y nauseabundo mortal con tan solo unos pocos años más de vida antes de desaparecer para siempre.

-¿Te encuentras bien? -le preguntó Geisar cuando por fin le alcanzó en la entrada del hospital-. Estás temblando.

Y era verdad. El miedo al futuro que se abría ante él le tenía horrorizado y con el semblante pálido. Nunca, en toda su existencia, había sentido esa presión en el pecho que ahora le atenazaba y le espoleaba para que se moviese más rápido de lo que era capaz.

-Estoy bien -mintió.

-¿Por dónde es? -preguntó la chica.

No la respondió.

Apretó la mano izquierda con la derecha como si estuviese rezando y canalizó sus emociones en un intento de transformarlas.

Si tuviese sus poderes...

Pero no los tenía. Ahora, debía dejar de perder el tiempo en cosas que no podía hacer y centrarse en lo que sí podía.

Podía quedarse quieto y esperar que no encontrasen a la chica por ejemplo, ir en su busca sería una declaración de cuál era su punto débil.

Podía coger el hacha que había a su derecha, junto a una manguera, e ir en busca de algo a lo que matar.

Podía salir de allí y pasar su vida como humano.

Podía...

Las posibilidades eran tantas que por un instante se sintió confuso. Cómo demonio simplemente sabía lo que tenía que hacer; era tan sencillo que la mayor parte de las veces todo se limitaba a hacer una simple elección entre si debía matar a alguien de manera rápida o lenta... Ahora, como humano, su mente parecía negarse a darle las respuestas que necesitaba. En su cerebro había posibilidades y consecuencias cada vez más devastadoras.

Puede que a una persona normal eso la hubiese paralizado, pero él no era normal; ni siquiera una persona. Todo el pánico que antes le dominaba estaba desapareciendo absorbido por algo más antiguo y poderoso que el miedo o la incertidumbre; el caos. Puede que aquel estúpido pacto le hiciese creer que era una persona más entre los miles de humanos que poblaban la tierra, pero eso no era cierto. Él no era una de esas almas en pena que no sabía cuál era su lugar en el mundo. Él era caos, caos puro. Era más que un hombre, era un demonio, y abrazó la esencia misma de su existencia degustándola con placer.

Dejó de luchar contra los pensamientos que poblaban su mente y los rechazó a la par que sonreía mientras disfrutaba del terror en los humanos que pasaban a su lado corriendo como si pudiese paladearlo.

El cambio no pasó desapercibido a Geisar mientras le seguía. A medida que la sangre y los cadáveres iban en aumento, distorsionaron al hombre que había estado esperando junto a ella en la calle y lo transformaron en un monstruo del que cada vez tenía más miedo.

-¿Se puede saber qué te pasa? -le preguntó Mardröm cuando vio cómo la chica se detenía en mitad del pasillo.

-¿Esto no te afecta?

Al darse la vuelta y examinar aquel espectáculo lo único que hizo el demonio fue encogerse de hombros.

-¿Debería?

Por la forma en que Geisar le miraba sí, sí que debería.

-¡Son personas! -alegó como si eso fuese motivo suficiente-. Lo que ves aquí descuartizado son personas.

-No, no lo son. Son cadáveres que antes fueron personas -impregnó su voz con un toque de humor en un intento de suavizar la situación sin éxito.

-Pero toda esta gente estuvo viva. ¡Míralas a ahora!

El demonio se volvió hacia ellos buscando algo que obviamente se le escapaba.

-Ya los he visto.

-¿Y?

No sabía lo que aquella chica esperaba de él.

-Pues antes estaban vivos y ahora no. ¿No sé qué más quieres de mí?

En la mirada de Geisar pudo ver que la había decepcionado.

-Entonces ¿no sientes nada?

-Si te refieres a culpabilidad te diré que yo no los he matado.

-No me refiero a eso. ¿No te hace sentir mal su muerte?

El demonio negó con la cabeza y ella suspiró con tristeza. Por primera vez se arrepentía de su elección de seguirle. Algo en su pecho le había dicho que lo hiciese y, en aquel momento, había pensado que un poder superior la estaba guiando para que saliese viva de aquella situación; pero ahora, viendo el hombre transformado en monstruo, estaba segura de haberse equivocado al hacerlo.

-No te detendré -contestó Mardröm a una pregunta no formulada como si hubiese leído sus pensamientos.

-¿A qué te refieres?

-Puedes irte, no te haré nada. Te agradezco que me hayas ayudado.

Aquel hombre le dirigió algo parecido a una sonrisa antes de darse la vuelta y empezar a caminar permitiéndola desaparecer de aquel lugar si lo deseaba. Geisar se giró a su espalda, hacia la salida, y se preguntó si en el trayecto se encontraría con el asesino si optaba por esa opción y luego se volvió a mirar a aquel hombre que se alejaba de ella mientras algo en su interior gritaba porque le detuviese.

Razón e instintos tenían una lucha a muerte en su interior y no sabía a cuál hacer caso en ese momento. Sentía que si tomaba la decisión equivocada se arrepentiría y eso era mucha presión para poder pensar con claridad. Cerró los ojos, volvió a suspirar y empezó a caminar con pasos lentos, pero no era capaz de saber si la decisión que acababa de tomar era la acertada.


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Cómo ya avisé estoy mudándome así que me costó un poco volver a escribir mientras ordeno un montón de cajas nuevas... pero aquí estoy, siempre a la espera de haceros vivir pequeñas aventuras.

Prometo que cuando tenga mi oficina montada de nuevo volveré a ser más constante... hasta entonces, estaré luchando con mis cajas para que cada cosa encuentre su lugar :P

Cómo siempre, aprovecho la oportunidad de este espacio para agradecer a todos los que siempre tenéis un segundo para votar después de leer (sube el ego eso de aumentar en el ranking) y a los que os tomáis la iniciativa de comentar (así no parece que estoy solo en un mundo de fantasmas, demonios y dragones). Me hace mucha ilusión saber lo que pensáis y me ayuda a la hora de seguir adelante.

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Hasta la próxima.

Mardröm, el guardián del infierno:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora