Cornelia Street [Volkacio]

Capítulo 8: si fuera demasiado tarde

Sub Rosa (Julio, 1968) Viktor Volkov, en la cima.

"Tras dos fracasos amorosos y varios premios perdidos, el ruso vuelve a estar en su mejor momento. Ha sido el actor más nominado en los premios que se celebran este fin de semana, y se rumorea que vuelve a estar conociendo a alguien. Estamos seguros de que arrasará y se llevará varios premios a casa este sábado.
Además de él, también asistirán estrellas que han recibido muchas nominaciones, como Horacio Pérez o- -"

Volkov deja de leer cuando ve su nombre en el papel. Han pasado cinco meses desde la última vez que se han visto y que han hablado, pero sigue parándosele el mundo cada vez que piensa en él. Que Sub Rosa cite sus nombres juntos como si no hubiera pasado nada, como si no se hubieran amado y luego separado, es doloroso. No tienen ni idea de toda la historia que hay entre ellos dos.

El sábado 17 de julio se celebra la ceremonia de premios en la que Volkov ha recibido siete nominaciones. Y la realidad es que le dan exactamente igual todos esos premios, los gane o los pierda, porque va a ser la primera vez que vea a Horacio desde aquel día de febrero con el que aún sueña, el día en el que perdió todo lo que tenían.

Cuando pasaron tres días de la discusión, Volkov se atrevió a llamarlo por teléfono, pero no obtuvo respuesta. Lo intentó un par de veces más, todas ellas fallidas, y asumió que Horacio no quería hablar con él. También le escribió alguna carta, pero dejó de intentarlo al recibir solamente su silencio como respuesta. Se pasó todo el mes de febrero pensando qué hacer, qué decir, cómo convencer a Horacio de que había cometido un error y que debía volver con él, que le diera una oportunidad más.

Pero nunca pudo comunicarse con él, así que se dio por vencido. Abril pasó tan lento como marzo, y Volkov empleó todo su tiempo libre en cualquier cosa que le hiciera olvidar a Horacio. Pero era imposible. Su olor, su voz, sus gestos, su risa. Tenía memorizado cada detalle más mínimo de él, y salían a la luz todos esos recuerdos cuando menos lo necesitaba. Jamás fue capaz de volver a ver ninguna película en la que salieran ellos dos juntos, o simplemente Horacio. Le dolía demasiado. En mayo y junio ya no le quedaban más que llorar ni más que sufrir, así que se pasó casi todo el tiempo sintiéndose completamente vacío. Lo cual, de cierta forma, era igual de malo que pasarlo mal.

Jamás se había sentido así. A la única persona a la que había perdido en su vida había sido a su padre, y a él jamás lo había echado de menos. También añoró a su familia cuando se marchó de Rusia, pero era una sensación de nostalgia distinta, porque sabía que podía hablar con ellos y visitarlos, aunque estuvieran lejos. Jamás había sentido lo que es perder a alguien que amas de esa manera, borrarlo de tu vida de la noche a la mañana y tener que pasar los días tratando de olvidar el impacto que ha tenido en ti.

Lo único que supo de Horacio esos meses fue lo que Sub Rosa contaba de él: que se había mudado a Nueva York para grabar una película -Volkov sabía que la realidad de su marcha era otra- y que estaba saliendo con una actriz neoyorquina, detalle que le hizo sentirse celoso, dolido y reemplazado, a pesar de que Horacio tenía todo el derecho del mundo a rehacer su vida, y Volkov no lo culpaba por ello. Al fin y al cabo, con ella jamás tendría que esconderse. Hasta que salieron a la luz las primeras fotos de ellos juntos, y Volkov supo, sólo por su mirada y sonrisa, que Horacio no estaba enamorado de esa chica, que solamente eran amigos. O, por lo menos, eso quiso pensar.

Volkov pasó su segunda ruptura pública durante esos cinco meses. Alanna estuvo a su lado cada día, apoyándolo en todo, cuando Horacio se fue. Pero acabaron rompiendo su falsa relación porque ella se enamoró de Thomas -un actor joven que a Volkov le sonaba de algunos éxitos en películas de acción-, y buscaba ser libre con él. Tal y como Horacio quería serlo con él. Anunciaron públicamente su separación amistosa, y ella pudo empezar una relación con amor de verdad.