My Only Drug •Luzuplay•

Capítulo 14

☆ Dulces mentiras ☆

Narra Auron:

Un ataque de pánico nunca era fácil de procesar y mucho menos de controlar, la mayoría de personas acuden a los psiquiatras cuando esto sucede, muchos llegan con un problema y salen con medicamentos que básicamente eran drogas para mantener a raya la ansiedad, benditos eran estos medicamentos que hacían que te sintieras en el cielo y olvidarás que estabas en la total mierda.

Por lo general estos medicamentos, solo se venden con receta, lo cuál era obvio pues era ilegal vender y recetar así como así medicamentos que te mantenían drogado y que podían causar una adicción, pero a pesar de tener esta restricción, estos medicamentos aún podías conseguirlos de una manera sencilla, podías conseguirlos si es que tenías dinero suficiente como para sobornar al tipo de la farmacia.

Lo cual lamentablemente no era mi caso, la manera en la que yo los conseguía era obviamente la única que podía ofrecer, con mi cuerpo.

– Toma, tus medicamentos – Dijo el de la farmacia sonriéndome.

Le devolví la sonrisa y tome la bolsa de plástico para después salir de ahí, suspiré tras ver la bolsa blanca, por muy increíble que parezca había dejado esta medicina hace mucho, cuando me enteré que prácticamente eran químicos que hacían aún más estúpido a mi cerebro, incapaz de crear su propia felicidad y no solo eso, si no que si por alguna razón se me ocurría abusar de ellos y dejarlos de golpe podría tener una muerte bastante dolorosa por el shock causado a mi cerebro.

Tras entender que esto podría matarme, lo deje antes de que fuera tarde ¿Entonces por qué volvía a ellos? Fácil, si ese tipo había vuelto a la ciudad y a buscarme no quería estar lidiando con ataques de pánico por su maldita culpa y tampoco era como que quisiera ir con un psiquiatra que llegara a la conclusión de internarme.

Al llegar a casa y servirme un vaso con agua, destape la primera caja, dejando salir un gotero, lo mire por un rato y comencé a recordar cuántas gotas dijo la vieja bruja de la psiquiatra que debía tomar.

– Está es tu receta – Dijo la señora

Mi hermana tomo la receta por mi – ¿Ansiedad Generalizada? ¿Ataques de pánico? –

En esos momentos lo que menos quería era provocar problemas, por lo que terminé bajando la mirada – Lo siento – Murmuré.

Biyin chasqueo la lengua y me miro con pena – No es tu culpa, no lo es – Repitió mientras apretaba la receta con fuerza.

Ese no fue el único consultorio que visitamos, Biyin se empeñó en llevarme con varios psiquiatras, esperando que uno cambiará el diagnóstico, ella no quería que tomara el medicamento, pues ya había escuchado de los riesgos que conllevaba tomarlos, por más que trate de explicarle que eso solo sucedía si tomabas más de lo que un doctor te mandara, ella nunca escucho.

Volví a la realidad tras recordar lo que la receta, solo un par de gotas y estaría bien, pronto deje caer esas dos gotas y las diluí bien en el agua, tras dejar el pequeño frasco a un lado mire el vaso con atención, cuando deje esto aún estaba "sano" no consumía ningún tipo de droga o alcohol por lo que fue fácil ¿Y si ahora no puedo hacerlo?

Mordí mis labios y sacudí la cabeza, me importa una mierda si me volvía adicto a hora a este medicamento, lo único que quería era no tener más ataques de pánico en cuanto viera el hermoso y asqueroso rostro de ese tipo, podía sentir como mi corazón palpitaba con rapidez, acerque el vaso a mis labios y antes de dar el primer sorbo, sonó el timbre.

Un mensaje llegó "Auroncito, vine por ti para ir a la escuela como prometí"

Un nudo en la garganta se me formó al instante ¿Qué estaba haciendo? Había dejado esto por qué no quería abusar de él y terminar en tragedia, sacudí la cabeza, guarde todo en la bolsa de plástico de nuevo, dejando aquella bolsa en el estante más alto, donde no pudiera verlo, después tire el agua por el fregadero, tenía que ser positivo por una vez en mi vida y pensar que no tenía por qué encontrarme con ese tipo de voz grave de nuevo, la ciudad era grande ¿Por qué tendría que toparmelo?