Existen sucesos que la vida se encarga de repetir en bucle hasta que uno logre aprender del mismo, o en todo caso, cambiar de dirección para terminar con el ciclo.
El Rivière volvía a zarpar con menos tripulación, menos mercancía y un montón de dudas. El galeón de dudosa procedencia se introdujo en las aguas del océano que bordeaba las islas que conformaban la mitad de la dinastía Kim, régimen que había gobernado esa olvidada parte del mundo mucho antes de que Seokjin naciera, sin embargo, las consecuencias de su ingrato gobierno vieron la luz cuando el pirata aún no era un pirata, sino, solo un niño cuyos sueños apenas nacían.
Porque todos fueron niños alguna vez. Todos soñaron con un futuro impecable y prometedor al que se aferraron tan fuerte que, al no verlo cumplido, creyeron que no había más, pero el ahora capitán del Rivière encontró en las desconocidas aguas del océano la salida a su futuro deseado. Reunió hombres instruidos en todos los ámbitos posibles: doctores, pescadores, mineros, artesanos, profesores, cocineros y reos. Renunciaron a su lealtad por el rey y a sus familias, a sus hogares y a su tranquilidad, porque una vez que ese barco zarpó, nadie vio el camino de vuelta a casa. Se hicieron familia sin necesidad de un apellido, se cuidaron como una cuando las cosas se complicaban y celebraban a más no poder cuando la victoria llegaba.
Seokjin estaba orgulloso de lo que había hecho. No existió ni un solo problema ni percance que pusiera en riesgo a su tripulación.
Hasta ahora.
La presencia de Yoongi pudo no haber marcado diferencia alguna, pero Seokjin no lo veía así. El plan ya estaba trazado, todo tenía que calcularse al milímetro porque nada podía salir mal. No de nuevo. Y, sin embargo, cuando la oportunidad llegó a él, ese joven de rubios cabellos y sonrisa apagada lo hizo tropezar en el Cuartel.
El capitán lo había visto merodeando por los pasillos y ahora creía que lo mejor hubiera sido no hablarle, pero cuando sus hombres dieron señal para descargar parte del armamento militar, no tuvo otra opción que distraerlo. No sabía quién era ni a qué venía, pero cuando se detuvo ante el cuadro del Libertador, lo supo de inmediato. No necesitó más que ahuyentarlo con la verdad, pues a él también se le había frustrado esa parte del plan.
El isleño solo tenía una tarea y era la de lamentarse en una banca del primer puerto hasta que regresara por donde vino. Eso era todo, o por lo menos eso había creído Seokjin, hasta que lo vio a bordo de su barco.
Yoongi logró quedarse gracias a la insistencia del viejo Poe, aunque no supo el por qué de su gesto. Lo más probable es que haya sentido pena por él y para apiadarse de su miedo le cedió un lugar en ese barco que ahora lo volvía a arrastrar a un destino incierto.
Ya lejos, el joven Min podía jurar aún escuchar la estruendosa bulla del mercado. Repetía en su mente lo que había visto, pero no le encontraba sentido. Las personas ahí estaban acostumbradas a ese caos que para Yoongi no era normal. Él sabía que estaba mal, quizás era el único que lo señalaba, y no se pudo deshacer de ese pensamiento.
De ese y de lo que había dicho Taehyung. Nunca antes había pensado de dónde venía la comida que consumía ni las telas que usaba ni los animales que veía a otros cuidar. Solo asumía, como todos. O ni siquiera eso. Solo agradecía por las cosas que llegaban al Asilo, aunque se quejara por dentro. Otros tenían más que él y fue consciente de esa diferencia desde siempre, pero si entre lo que él recibía y lo que otros recibían había el mismo punto de partida, no comprendía por qué la gente se empeñaba tanto en forzar una distinción.
La noche volvía a caer y esta vez Yoongi pudo apreciarla. El atardecer terminó con una hermosa puesta de sol bajo la luz anaranjada de la tarde y los últimos tonos violetas que cambiaron a azul ante las primeras estrellas. El mar dejó de brillar y se convirtió en un manto de olas oscuras con destellos de luna. Unas cuántas nubes también hicieron acto de presencia tapando la mitad del cielo, pero eso no evitó que unas cuantas estrellas tintinearan llamando la atención del joven Min.
ESTÁS LEYENDO
The Story of Tonight ─ JinSu (pausada)
FanfictionSer un mártir es todo lo que un joven anhela en una revolución que no conoce el perdón. Yoongi lo sabe. No hubo ni habrá cosa alguna que lo aparte de ese sueño, tanto así que, tras un rechazo del ejército, se embarca hacia el sur donde la lucha por...