VIII

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Seokjin estaba harto. Cada vez que parecía encontrar una salida, las puertas se cerraban. O velas. El viento dejaba de soplar y las velas caían arrugadas sin llevarlo a donde quería. Estaba estancado, plantado, con la presión de Taehyung apretándole la garganta cada vez que sus palabras lo devolvían a la tierra.

Sin embargo, no podía mentir. Había estado planeando tanto el reciente ataque que, al ver lo poco que llevaban, sufrió una decepción enorme. La joyería, las municiones y la ropa eran mínimas, baratas e incluso falsas. Quizás derribó a un buen número de soldados, pero el motín no valía nada. Cuando el aprendiz inspeccionó el barco enemigo, no dijo nada, pero Seokjin sabía lo que estaba pensando.

Mandó a la tripulación a revisar caja por caja, saco por saco. Nada. Las joyas estaban sucias, la plata parecía de metal viejo y los jarrones no eran lujosos. A Taehyung le faltaba aprender de estrategia, pero decirle que lo obtenido no iba a asegurarles nada era romper esa burbuja en la que se estaba protegiendo. No iba a derrumbar sus esperanzas por algo que había dependido de él. Debió de haber sabido que los barcos eran señuelos, cortinas de humo, falsas embarcaciones. Así, de lo que pensó que sería un atentado táctico, terminó siendo un fracaso para el Rivière.

Tardó más de lo usual en el trastero. Sus dedos estaban pálidos y arrugados, sus uñas se podían quebrar en cualquier momento y el frío de la noche ya no se sentía sobre su piel. Siempre aprovechaba cuando todos dormían para despejarse, aunque sea por pocos minutos, hasta que alguien, casi siempre Taehyung, aparecía para cuestionarlo.

En el salón, no tuvo valor para decirle la verdad al aprendiz. En su lugar, permitió que le levantara la voz, que le reclamara por todas las veces en que dejó de lado sus ideales por proteger causas ajenas, que le recordara su verdadera y única misión. Y lo dejó irse. No lo detuvo. No podría sostenerlo más si lo único que le podía ofrecer era una mentira. Mas cuando Taehyung cruzó la puerta, encontró a Yoongi de pie muy atento a la conversación.

─ Venga ya, que el polizón ha parado la oreja.

─ No escuché ─el joven soltó de golpe, repitiendo con mejor tono al carraspear un poco─, no escuché... casi nada.

─ Cuidado ─su tono sarcástico y grueso hacía sonar sus palabras como una amenaza, pero a la vez, como burla ante la sonrisa que se dibujó en su rostro─, casi nada te puede costar.

Cuando se alejó, los ojos del pirata se encontraron con los del isleño. Ambos se miraron por varios segundos, uno por tener fuerzas nulas para retarlo, otro por haber sido pillado. Descubrió entonces un notorio cansancio en el capitán. Sus labios se apretaban ligeramente entre sí apagando más su expresión. No, no era cansancio, era agobio.

─ De verdad, no fue mi intención. No sabía que ustedes dos...

─ Si dices que no escuchaste nada, está bien. No hables más.

Yoongi no esperaba esa respuesta. Se sorprendió de cómo, en medio de la silenciosa y fría noche, la voz de Seokjin mostraba calidez con pena, suavidad de agotamiento, como si de verdad no le importara la falta que había cometido. No se burló de él ni buscó sacarlo de ahí, simplemente ignoró su presencia.

Tal cual, vio al azabache levantarse y avanzar hacia la puerta. A cada paso, parecía que dudaba, pero terminó saliendo también del salón con algo en la mano. Una botella. El capitán arrastraba sus pasos y el licor dentro del cristal se balanceaba como pequeñas olas al son de la marea. Lo vio llegar al borde y levantar su rostro. Yoongi creyó que lo mejor sería irse si sus disculpas no daban efecto, hasta que lo imitó. Las estrellas del cielo dibujaban un arco perfecto en medio del manto azul tan embriagador que hasta parecía que su brillo era mayor al sol. De pronto, más estrellas aparecían y continuaban la figura con una línea a la derecha. Y otra a la izquierda. Y otra en vertical. No había otra cosa más hermosa que el joven Min haya visto en su vida. Necesitaba elevarse y tocar esos puntos que titilaban como fuego destellante.

The Story of Tonight ─ JinSu (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora