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Había pasado una semana desde lo ocurrido en la casa de Minho. Los dos adolescentes avanzaban su trabajo la mayoría de la semana. Y con eso me refiero a; avanzar su trabajo y terminar acostados en la cama del Minho comiéndose la boca.

Pero en fin, fuera de eso, en el liceo su grupo se expandió y ahora eran los 8 contra el mundo. Se volvieron inseparables en menos de una semana, hubo una confianza y conexión automática que hizo que todo fuera muchísimo más fácil y ahora eran uña y mugre, toda una familia. Y los que tuvieron la idea no podían estar más felices al darse cuenta que todo resultó como querían.

Obviamente a los profesores esta wea no les favoreció mucho. Lo que menos querían era que el Minho y el Han se volvieran amigos, sabían que esos weones juntos serían su cáncer en lo que restaba del año y mucho más con sus amigos. Los dos eran una combinación que te podian dar un dolor de cabeza o ser los kuliaos más participativos en clases y motivarla.

Como dije antes, en menos de una semana ocurrieron todos estos sucesos. Y en eso nadie del liceo se podía creer que los kuliaos que se detestaban a muerte ahora parecian los mejores amigos de la vida. Sus amigos no se quedaron atrás, al principio quedaron como "y estos qué wea?" y el par les dio la explicación saltándose la parte en la que se comían como rutina diaria.

Ninguno de sus amigos sabían lo qué pasaba entre aquellos personajes, había uno que otro que tenía una ligera sospecha pero no tenían como afirmar sus teorías. De igual forma, les valía callampa las weas que hicieran, lo único más sorprendente que pudo pasar, ya pasó, ahora nada podía tomarlos desprevenidos.

...

El Jisung estaba llevando por primera vez al Minho pa su casa, toda la semana anterior él había estado yendo, pero hoy no se pudo por weas familiares, le dijo el Minhito.

Su mamá iba a llevar a toda esa manada de warenes llamados primos y más familiares a su casa para celebrar una wea que pasó. Y Minho no quería llevar al Han a un lugar tan ruidoso ni con tantas personas.

Jisung no tuvo ningún problema y le dijo que hacían el trabajo en su casa y era. Tenía casa sola la mayoría del tiempo, bueno, prácticamente siempre. Sus papás viajaban por temas de trabajo, por lo que a veces demoraban días en llegar.

─ ¿De verdad te quedai solo en tu casa? ─ Minho tenía curiosidad, ¿no se sentiría solo en su casa?

─ Sep, es fome porque mis papás nunca están conmigo, pero nada que hacerle.
Hacen lo posible para que esté en las mejores condiciones. Igual tener casa sola todo el día también tiene sus beneficios. ─ Dijo guiñandole un ojo.

─ Mira el kuliao indecente. ─ Se rió el Minho causando la risa del menor también.

─ Ya estamos que llegamos, ven. ─ Le tomó la mano y empezó a correr a su casa que quedaba a la vuelta.

Corrieron agarrados de la mano hasta que llegaron a la casa del jisung, ambos agitados por el pequeño pero repentino maratón. Jisung separó sus manos mientras se agachaba para buscar sus llaves en su mochila, una vez las encontró abrió la puerta y entraron.

─ Oye, Jisung. ─

─ ¿Qué queri? ─ Preguntó mientras dejaba sus cosas en la mesa.

─ ¿Tú haci ejercicio? Teni la mea raja weon. ─ Jisung quedó así: 🧍

─ ¿Alo? Tengo mi potito normal, deja de mirarlo cochino. Y sí, sí hago ejercicio, no tan seguido pero lo hago. ─ Jisung se dio media vuelta y fue a buscar algo para comer.

─ ¿Te vai a quedar a dormir? ─ Preguntó Jisung yendo hacía la cocina.

─ ¿Puedo? No quiero ir a mi casa, parece que van a estar como una semana allá, y no puedo, los detesto. Son como 5 pero son insoportables, te lo juro. ─ Minho lo miraba mostrandole su frustración.

¿Él y yo? Ni cagando || Minsung AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora