El más alto se quedó tieso en su lugar por lo que acaba de escuchar, pensando que eso seguramente era un chiste del castaño. Rodrigo era un poco de joder con esas cosas, pero esta vez se había escuchado tan en serio. Dejó la taza de café que estaba a punto de tomar y se giró para ver al más bajito mirarlo desde el umbral de la puerta.
— ¿Qué decís, wacho? — No pudo evitar el tono brusco en su voz.
— Lo que te pregunté. Dale amigo, no es tan difícil tampoco — Carre había sonreído de una forma que pareció más una mueca que otra cosa.
— Es qué, medio random la pregunta. ¿Por qué preguntas eso? —
Lo vió bajar un poco su cabeza, su pie se movía frenéticamente de arriba a abajo en una muestra de inquietud. Conocía tan bien a Carre que sabía que hacía eso cuando estaba nervioso o cuando se sentía incómodo.
— Na, dejá. Pelotudeces mías nomás — mostró una sonrisa más animada que antes. Aún se veía que algo le molestaba, Spreen lo sabía.
Y por supuesto, tenía razón.
Carrera estuvo todo el día igual que siempre, reía, hacía bromas y estaba animado, básicamente Carre siendo Carre. A los ojos de los demás podría parecer que sí, pero a los ojos de Spreen no era así. No lo veía bien, no lo sentía bien. Puede que suene exagerado, pero conocía a Rodrigo más que nadie, no por nada eran mejores amigos.
Cuando se quedaban a dormir en la casa del otro, Spreen notaba que Carre se esforzaba por actuar despreocupado, pero lo había visto mirar su celular y ver como su mirada decaía, pero aún no sabía el por qué. Tenía ganas de preguntarle, pero le costaba, no era de mostrarse abiertamente así ante nadie. Que Carre supiera que estaba preocupado por él lo avergonzaba un poco.
Pero esa vergüenza se fue a la mierda cuando lo escuchó llorar en el baño, estaba llendo hacia su habitación y justo había pasado por ahí. Spreen se había quedado a dormir en la casa de su amigo, planearon comer algo y después ver una película. No sabía que le pudo haber pasado a Carre para que estuviera en ese momento encerrado en el baño tratando de callar los sollozos que se le escapaban sin control.
Sin pensarlo tocó la puerta suavemente, no quería asustarlo. Los sollozos callaron, sólo se escuchó el sonido de el pico siendo abierto.
— ¿Si? — su voz sonó algo temblorosa, eso hizo sentir mal al pelinegro.
— Eu, ¿Estás bien? — se acercó más a la puerta, intentando escuchar que hacía el castaño.
— Sí, sí, ya salgo, aguantáme un toque — dijo a las apuradas, no podía ver lo que estaba haciendo pero se escuchaba como acomodaba cosas del baño.
Cuando el más bajito sacó la traba y abrió la puerta, este salió de lo más normal, sonriéndole tal y como el lo hacía, sólo que para Spreen ahora mismo esa sonrisa le parecía tan falsa, que no sabía por qué, pero le dolía.
— ¿Qué pasó, amigo? ¿Tanto me extrañaste? — quiso bromear, pero ninguno se había reído como lo hubieran hecho.
— Che Carre ¿Podemos hablar? — hizo la pregunta que quería hacer hace días, pero que no había podido soltar por su orgullo.
Carrera lo miró a los ojos, y vió esos ojos verdes, medio hinchados, rojos, y cansados. Por como relajó su rostro y bajó un poco su cabeza parecía que ya sabía de lo que iban a hablar.
Ambos sentados en el sillón de la sala, mirándose en silencio (bueno, sólo Iván lo miraba, Carre estaba con la cabeza agachada) ninguno sabía muy bien cómo empezar la conversación. Spreen suspiró y pensó en como preguntarle sin querer hacer de esta situación más incómoda.
ESTÁS LEYENDO
𝐎𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 - ʀᴏᴅʀɪᴠᴀɴ
Romance𝚆𝚎𝚕𝚌𝚘𝚖𝚎 ⚠️ 𝗥𝗼𝗱𝗿𝗶𝘃𝗮𝗻 ⚠️ ➹ ᴄᴀʀʀᴇ! ʙᴏᴛᴛᴏᴍ ➹ ➹ sᴘʀᴇᴇɴ! ᴛᴏᴘ ➹ --> 𝕳𝖎𝖘𝖙𝖔𝖗𝖎𝖆𝖘 𝖈𝖔𝖗𝖙𝖆𝖘 (𝖆𝖑𝖌𝖚𝖓𝖆𝖘 𝖑𝖆𝖗𝖌𝖆𝖘) 𝖊𝖓𝖙𝖗𝖊 𝕾𝖕𝖗𝖊𝖊𝖓 𝖞 𝕮𝖆𝖗𝖗𝖊 ~ ᴘᴜᴇᴅᴇ ǫᴜᴇ ʜᴀʏᴀ ᴀʟɢᴜɴᴏs +18 ➪ 𝘐𝘙𝘓 || ᶜᵒˢᵃˢ ˢᵃᶜᵃᵈᵃˢ ᵈᵉ ᵃˡᵍᵘⁿᵒˢ ᵈⁱʳᵉᶜᵗ...