𝐎𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 - ʀᴏᴅʀɪᴠᴀɴ

Prestame atención

“¡Spreen! ¡Mira esto!” Carre entró a la habitación queriendo mostrarle algo pero cuando vio que su novio no le prestaba atención, se acercó a dónde estaba y se asomó a la pantalla de la computadora.

“Che, ¿Qué hacés?” El pelinegro ni se molestó en mirarlo, siguió con la vista fija en el juego, pero sin dejar de ver le respondió.

“Acá, jugando Minecraft” lo único que dijo.

“Mmm, ¿querés que salgamos a tomar algo, amor?”hacía tiempo que no salían juntos y le encantaba cuando lo hacían.

Para intentar llamar un poco más su atención se deslizó detrás de él, dejando un suave beso en su cuello.

Spreen iba a contestar que hoy no se sentía con muchas ganas de salir pero en cuanto su novio besó su cuello, se estremeció y giró la cabeza, mirando a Carre con una mezcla de sorpresa y diversión. “¿Qué estás haciendo?”

“Intentando llamar tu atención,” respondió Carre con una sonrisa pícara. “Parece que ese jueguito te tiene re embobado.”

“Estoy en una cueva, me puede aparecer algún mob,” replicó Spreen, intentando no distraerse demasiado. Pero Carre no se iba a rendir tan fácilmente.

Con un movimiento ágil, Carre se subió a su regazo, encajando sus piernas a cada lado. “¿Y si hacemos una pausa? Te va a hacer mal jugar tanto” Besó suavemente su cuello nuevamente, esta vez un poco más cerca de su oreja.

Spreen, aunque todavía con la mirada fija en la pantalla, sintió el calor de Carre a su lado. “Carre... pará...”

“Deberías estar conmigo mejor, te aseguro que te vas a entretener más que con ese jueguito,” interrumpió Carre, riendo mientras le daba un suave mordisco en el lóbulo de la oreja. “Dale, no te hagas el difícil, vos y yo sabemos que te gusta que haga este tipo de cosas”

Finalmente, la presión se volvió insoportable. Spreen dejó el control y se volvió hacia él, atrapando a Carre por la cintura. “Está bien, está bien. Ya tenés mi atención, ¿Contento?

“Obvio” dijo Carre con una sonrisa traviesa.  “¿Ahora, ¿qué podríamos hacer ya que tengo toda tu atención para mí?

“Creo que podemos empezar con un beso,” respondió Spreen, acercándose.

Carre se iluminó, sintiendo que había ganado. Se inclinó hacia adelante, fusionando sus labios en un suave beso que pronto se volvió más apasionado, haciendo que el ambiente se calentara rápidamente.

Y así, entre risas, besos y seducción, Carre había logrado lo que quería: toda la atención de Spreen, justo donde debía estar.