Gregory veía su ventanal mientras leía un libro en la mesa de media luna con una frazada en la espalda, no estaba consciente que hora era, pero aproximadamente serían las cinco de la tarde, cuando el timbre sonó.
Honestamente, no esperaba visitas. Es una persona usualmente extrovertida; sin embargo, entiende muy bien lo importante que es el espacio para sí mismo, momento que estaba satisfaciendo en ese instante en la biblioteca de su casa. Incluso había dejado salir a la servidumbre para realmente estar solo, disfrutando el tiempo a su manera; la única persona que podría ser bienvenida en ese momento era Tweek, especialmente porque era respetuoso con la voluntad de Gregory.
Fue a la puerta principal, un poco extrañado e irritado en el camino, ¿quién podría ser?.
Abrió la puerta para encontrarse con nada menos que Eric Cartman.
— Saludos, señor Fields, permítame unos minutos de su atención —. El rubio no pudo evitar apretar un poco el puño y posar una mirada cautelosa en el recién llegado; aun así, no dio ningún indicio de nerviosismo, al contrario, mostraría un lado apacible.
— Claro señor Cartman. Un placer, ¿A qué debo el honor de su visita? — Dijo Gregory con una voz impecablemente hospitalaria, de su expresión se podía decir lo mismo. Hizo un gesto con la mano y una pequeña reverencia para que Cartman pasará, aunque poco era el deseo de que eso sucediera. — ¿Quiere alguna bebida o bocadillo? — Preguntó Gregory.
— No, en realidad aguardo mi apetito para más adelante. Vine de una forma rápida, sin algún precedente, me disculpo; pero, necesito hablar brevemente con usted —. Dijo Cartman de la forma altiva y condescendiente que solía decir las cosas, ese era Cartman a ojos de Gregory.
El rubio le prestó suma atención con contacto visual. — Le escucho, señor Cartman —.
Cartman hizo un pequeño silencio, parecía que planeaba lo que diría. — Usted sabe que su padre mantenía en función ciertas operaciones encubiertas y gracias a su lamentable pérdida hay problemas que aún no cesan. Necesitan ser intervenidas y quisiera que usted tomara el control de dichas funciones lo más pronto posible, ya sabe, usted podría salir muy afectado de no hacerlo —. Gregory sabía que esto pasaría tarde o temprano. Solamente movió la cabeza y parpadeó lentamente expresando aceptación a lo dicho, e iba a decir algo en el momento que Cartman interfiere.
— Tenemos un cazo peculiarmente importante en la costa más próxima de Francia. Hay una organización muy hostil de la que necesito deshacerme y usted tiene la mejor ubicación. Me temo que una opción no es negarse y tampoco fallar —. Las palabras, al igual que la expresión en Cartman, no vacilaban y no cambiaron desde el momento en el que entró. Por suerte, Gregory también era una persona bastante fuerte, por lo que no mostraba debilidad de ningún tipo, aunque fuese Cartman quien ahora estubiese frente a él.
— Doy mi palabra de que no habrá ningún inconveniente con esta situación, todo saldrá impecable. — Dijo Gregory, de una forma en la que nadie se pondría a su defensiva, esa fue la impresión que le dio a Cartman, quien aún no pasaba de la entrada de la puerta.
— Así lo espero, señor Gregory. Toda la información con la que contamos se la haré llegar con alguno de mis empleados — Cartman parecía haber dado por terminada la charla en el momento que dio un paso corto hacia la salida.
Paro en seco, dando la espalda a Gregory.
— Por cierto, no encontramos ningún indicio de la señora Walton, ya sabe, alguna prueba de que no está viva... pareciera que tenía un escape planeado, ¿no lo cree? Podría ser un inconveniente, pero dudo de su inteligencia para hacer algo que realmente nos afecte. Tal vez investigue un poco más acerca. En fin, nos vemos luego, señor Fields — Así, finalmente Eric se fue de su hogar, ¿Podría reanudar su día con la tranquilidad con la que lo inició?. No, absolutamente.
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WE BLEED THE SAME
FanfictionLa vida, después de un tiempo, le dejó varios problemas en los que nunca pensó verse envuelto, que ni siquiera provocó. Solo problemas de un legado con los que ahora debía lidiar y no les daría la espalda, hasta lograr cumplir sus propios ideales...