𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕- 𝐏𝐨𝐮𝐫 𝐥𝐞𝐬 𝐠𝐞𝐧𝐬 𝐜𝐨𝐦𝐦𝐞 𝐭𝐨𝐢

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Tweek no había dormido y su noche se hizo dolorosamente larga, pero eso no detendría el curso del día. El peso de su cansancio era mucho sin duda, pero no era comparable con su agobio.

El médico le dijo que el Thief estaba en un mal estado a comparación del resto de mercenarios, y que dependería de cuidados especiales en los siguientes días; sabía que estaba en manos de una persona profesional, pero eso no le daba más calma.

Quería disculparse por haber sido tan descuidado, por dejarlo completamente a merced de los maleantes; obviamente las probabilidades de que alguien estuviera al acecho era gigante. Se castigaba mentalmente por eso, parecía una gran tontería pensándolo ahora.

En realidad, no sabía qué hacer para sentirse tranquilo, lo que más se acercaba a eso era cuidar lo mejor posible del mercenario buscando liberarse de su culpa.

Desde muy temprano empezó a estar pendiente de su estado. Ahora tomaba su tercera taza de café antes del medio día y esperaba no tener más problemas en el transcurso de este... Específicamente, quería que Gregory no le ordenara hacer algo más importante; ya tenía suficiente cuidando a los enfermos hoy.

Ver a Gregory siempre sería algo bueno para él, después de todo era su amigo. Pero no podía alegrarse completamente de las decisiones que estaba tomando. El hecho de que le hablara sobre como tendrían que ser las cosas, no le daba tranquilidad en lo absoluto.

Sin embargo, ese problema no era de su incumbencia por ahora. Iría a ver a Dark Thief, pues tenía que suministrarle los medicamentos y el suero, probablemente aún estaría inconsciente.

Tomó su taza de café y caminó hacia el otro apartado de la casa.

[...]

Mole había estado en la ducha más tiempo de lo que le gustaría admitir. El agua había resultado ser el alivio de sus pensamientos y no podía dejar de sentirse invadido de paz sabiendo que comerá algo que no haya sido cortezas, raíces, ardillas y bayas tiernas de árboles de un bosque de mala muerte. También esperaba la ropa que prometió aquel rubio, pues realmente no quería ponerse lo que traía, el olor de esas prendas era nauseabundo; la sangre seca, sudor y lodo de una semana no era para menos.

Repentinamente, alguien tocó la puerta de aquella ducha de la casa. Supuso que Gregory había llegado por fin con ropa nueva; abrió la puerta lo suficiente para dejar pasar la mano con la ropa y después el calzado.

— Fue lo mejor que encontré, no hay muchas opciones aquí— Gregory habló con cierto tono de resignación desde el otro lado de la puerta.

Mole cerró la puerta lentamente. Efectivamente, no era lo que esperaba. Examinó la ropa; un pantalón verde olivo oscuro de Breeches, una camisa de botones negra y el calzado, eran botas marrón oscuro con un diseño más estilizado a diferencia de lo que usaría normalmente y la ropa interior que no faltaría.

No escatimó demasiado; vistió las prendas y al terminar de poner su camisa notó que las mangas eran algo cortas, por lo que las arremango a la altura de su codo. Era por un pelo de su talla... tal vez demasiado, pues prefería utilizar algo un poco más holgado; sin embargo, no tenía mínimas ganas de quejarse.

Salió y vio a ese rubio esbelto vagar por el pasillo y se acercó a él. Gregory volteo y posó la mirada en el contrario un momento, pensando en que decir.

— Imagino que quieres tus cosas de vuelta — El mercenario asintió sin dejar de mirarlo.

— Comeré antes — Gregory lanzó una sonrisa generosa y volteó haciendo una seña para ser seguido.

— Supongo que no has comido desde que llegamos — Gregory dijo lo que podría ser obvio, pero supuso que quería crear confianza o comodidad que aún no era palpable.

WE BLEED THE SAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora