𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐈- 𝐌𝐞𝐭𝐭𝐫𝐞 𝐥𝐞 𝐟𝐞𝐮 𝐚𝐮𝐱 𝐲𝐞𝐮𝐱 𝐟𝐫𝐨𝐢𝐝𝐬

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El momento que habían esperado desde su llegada a Irlanda había llegado. Ahora todos se encontraban fuera de aquella residencia, en los callejones oscuros de los alrededores, esperando que ningún civil se encontrara ahí.

Todos tenían un respectivo puesto. Kenny era quien iniciaría.

Gregory estaba preparando su arma predilecta, un sable; Mole, a su lado, con la pala de la que al parecer no prescindía. Ambos llevaban explosivos que colocarían estratégicamente.

Kenny estaba saboteando la luz y a las personas más cercanas a las entradas del punto. Pronto se vio una pequeña señal roja de Kenny y todos corrieron la voz. Gregory dio la orden para que todos entraran al sitio, hasta este punto solo habían acabado con seis personas.

[...]

Dark Thief no encontraba su tarea como un desafío, era algo que había hecho desde hace un par de años sin fallas. Pero había un par de factores de los cuales no le advirtieron. En ese barco no había solo tres personas, eran siete; segundo factor: Estaban alertados, custodiaban el pequeño barco con armas. Empezaban a zarpar.

Estaba en un lugar poco amplío, el canal era estrecho, quedaría expuesto rápidamente. Sacó un silenciador para un arma pequeña que evidentemente no era de largo alcance, esperaba que fuese suficiente para ganar un poco de ventaja.

Su reloj indicaba que se terminaría su tiempo para ir a ayudar a Token como francotirador y no faltaría.

En un segundo sus pensamientos se apagaron como tantas veces había hecho y empezó su labor. Un tiro calló al ojo de uno lejano y casi de inmediato a tres más. Corrió hacia el barco y saltó rápido para atacar a las restantes tres personas dentro de la borda.

La cuchilla atravesó una yugular, tejidos blandos, los ojos y la caja torácica en cortes impecables que acostumbraba. Solo sintió el leve ardor que recorría su brazo derecho. No sabía de donde había salido una bala que rozara su piel. Había alguien fuera de su rango de vista.

Se escondió rápidamente y entró a la cabina del barco para buscar la mercancía.

Desacomodó todo a su vista tratando de buscar, partió tablas del piso en el momento que empezaban a llover más disparos. Por fin dio con la mercancía. Sacó aquel cajón del fondo de las tablas, pero la oportunidad de salir sin un disparo en el cráneo eran nulas y a juzgar por las direcciones de las balas había más de una persona fuera. Pronto cesaron los disparos de los tres sitios donde provenían.

Salió de la cabina, volteó sigilosamente hacia las direcciones de los disparos con el cajón entre sus manos. En una de las direcciones vio a un tipo rubio asfixiando a alguien y le dirigió una mirada rápidamente, decidió salir de ahí.

Pronto corrió hacia el sur entre algunas miradas curiosas, esperando que su capa no revelara su rostro bajo la oscuridad de la noche. Esperaba llegar antes de que su siguiente tarea comenzara.

Sin aliento logró llegar al lugar. Empezó a maniobrar entre bardas hasta llegar al punto alto donde colocaría su fusil. Había dos minutos de retraso, pero al llegar nada importaba, tenía que cumplir su tarea.

[...]

Stan iba entre habitaciones que Mole y Gregory habían despejado previamente. Trataba de encontrar al sujeto de aquel lugar. En ese momento se encontraba solo. Llegó a un salón considerablemente más glamuroso al resto del sitio y se dio a la tarea de buscar ahí.

Al cruzar con el leve destello de las velas, una bala pasó a centímetros de él. Miro hacia el frente con cautela. Pronto se abalanzó contra la persona que lo atacó, acorralándolo y cegando con la luz de su linterna. Vio aquel cabello rojo del que le ordenaron se percatara.

WE BLEED THE SAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora