I Will Never

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Spreen iba a quemar esa guitarra. Estaba seguro de ello. 

Luego de su primera clase de Teatro, decidió que no iba a volver. Ridiculizarse a si mismo delante de tantas personas solo por haber reprobado algunas asignaturas no era lo suyo. Entonces lo habló con su queridísima profesora de Artes que le dió la excelente solución de reemplazarlo con el taller de Música.

Y Spreen pensó ¿Qué tan difícil sería aprender a tocar un instrumento desde cero?

Quizás tenia un don oculto y nunca lo sabría. Podía ser el siguiente Cerati.

Oh, pero estaba muy equivocado.
Su elección fue la guitarra porque le parecía lo más fácil (y obviamente cool) pero luego de tres clases aún seguía sacando sonidos estridentes de ella cada vez que acariciaba las cuerdas.

Ya le explicaron más de una vez como hacerlo pero no había manera. Era un completo desastre.

Lo peor de todo es que la nueva petición de su profesora fue aprender a tocar un instrumento en tres meses a cambio de un sobresaliente.

MIS BOLAS exclamó el "príncipe".

Porque era imposible que aprendiera a tocar perfectamente la guitarra en tan poco tiempo. Quizás tendría que haberse inclinado por el triángulo...

Pero sabía que de todas formas su profesora tendría una excusa nueva. Ella solo quería fastidiarlo para que regresara al taller de Teatro.

Pero eso no iba a pasar. Entonces estaba perdido.

— ¿Qué mierda te pasa ahora?

Preguntó Carre cuando su amigo dejó caer su cabeza sobre el escritorio en un ruido seco.

— Me voy a pegar un tiro.

— Bueno dale, pero hacelo del otro lado porque no quiero que la ropa se me manche de sangre. —Bromeó el más bajo esperando fastidiar al contrario pero al solo obtener un suspiro de su parte chasqueó la lengua.— Dale amigo, ¿Qué te pasa?

Spreen volvió a levantar su cabeza dejando ver la marca roja en su frente por el golpe que se había dado.

— Nada. Tengo que hacer unos trabajos para Arte.

Obviamente aún no le había dicho a su mejor amigo sobre el taller de Teatro. Y esperaba que eso se mantuviera en secreto por lo menos hasta que acabara el año.

— Que paja... Che, hablando de eso... —Spreen se puso tenso cuando su amigo relacionó lo que dijo con otra cosa. Esperaba que no fuera lo que pensaba.— ¿Por qué te quedaste el Viernes después de clases?

El más alto se relajó un poco, aunque de todas maneras esa era una pregunta difícil de responder.

¿Debía decirle que ahora participaba del taller de Música?... No.

— Tenía que hacer esos trabajos de Arte. Una poronga.

Sí, eso estaba bien. Bastante simple pero lo suficientemente honesto.

— Ah, ¿Y esos trabajos los tenés que hacer acompañado?

Spreen frunció el ceño confundido.

— No. ¿Por qué?

— Porque Conter dijo que te vio en el comedor con cierta persona...

Oh...

Mexicano chismoso de mierda.

— ¿Qué más te dijo el pelotudo ese?

— Uhh, disculpame... —Habló con sarcasmo.— ¿Acaso era una cita privada?

I Don't Dance | SpiderBearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora