AQUELLO (Volkacio)

IV

A medida que la tarde avanzaba y la botella de vodka se iba vaciando, Volkov comenzó a sentirse más cómodo y alegre. La compañía de su amigo y la calidez del vodka le ayudaron a liberar tensiones y preocupaciones que había estado acumulando y al llegar la noche, Volkov se despidió de Greco con una sonrisa y un abrazo. Se sentía rejuvenecido y listo para enfrentar los desafíos que la vida le tenía reservados.

Al entrar en la casa, Volkov pudo ver salpicaduras de sangre en el suelo, muchas escenas catastróficas en donde su gatita era la protagonista pasaron por su cabeza. Corrió apresurado hacia la habitación, siguiendo las manchas de sangre. Al entrar, nada podría haberlo preparado para lo que vio. Sobre la alfombra del cuarto había una cabeza humana de una joven de cabellos rubios. Desvió la mirada del lugar, sus manos temblaban, de pronto se sentía mareado y sabía que no se debía a los vasos alcohol que había bebido hace unas horas. Intentó calmarse, respirar profundamente pero las náuseas le revolvían el estómago.

Lentamente dio la vuelta sobre su propio eje, mirando toda la imagen que se presentaba frente a el, para haber encontrado una cabeza cercenada en su alfombra negra, no había demasiada sangre en la escena, parecía más bien que quien hubiera traido aquella cosa lo había hecho con toda la intención de que él la viera. ¿Era una amenaza? ¿un trofeo? Volkov se encontraba en estado de shock mientras observaba la horripilante escena frente a él. La cabeza humana sobre la alfombra, la falta de sangre, la naturaleza macabra de la situación; todo ello lo llenaba de una mezcla de horror y desesperación. Su mente luchaba por procesar lo que estaba viendo, tratando de encontrar una explicación lógica o una razón detrás de tan espantoso hallazgo.

Después de un momento de pausa, Volkov se armó de valor, paso por sobre la cabeza, dirigiéndose al baño del cuarto. Dentro de la bañera pudo ver a Mika durmiendo sobre su cama. Sus pensamientos oscilaban entre el pánico y la necesidad de mantener la calma. A pesar de las náuseas que sentía, se obligó a respirar profundamente y tratar de controlar sus emociones. Sabía que debía actuar rápidamente y de manera eficiente para lidiar con la situación y garantizar su seguridad y la de Mika.

Con precaución, se acercó a la cama de Mika. La gatita yacía allí pacíficamente, ajena al horror que había ocurrido en la misma habitación, Volkov acarició su pelaje suavemente, tratando de encontrar consuelo en la serenidad de su mascota. Sin embargo, la conexión con la criatura que solía aparecer en su casa comenzó a oscurecer sus pensamientos. ¿Había alguna conexión entre las apariciones de la criatura y este macabro mensaje? Su mente se debatía entre las diferentes posibilidades: un acto de violencia dirigido hacia él, una amenaza hacia su vida, o una manifestación de la criatura que había estado viendo, un "estoy aquí" un ¿"eres mio"?.

Volvió a acercarse a la habitación, esta vez viendo la cabeza desde otra perspectiva: cabello rubio con destellos rosados. La conocía, era la doctora. ¿Era esta una escena de celos? Una risa se le escapó de los labios, sentía que se volvería loco. En la mañana creía que empezaba a entenderse con la criatura y ahora estaba aterrado en su propio cuarto. Si realmente había sido obra de "aquello", había protegido a Mika dejándola en el baño encerrada. De pronto, recordó la noche del accidente de Mika. ¿Había provocado la criatura el accidente o lo había despertado para que atendiera a la minina?

Si llamaba a la policía, ¿qué le dirían? No podía ni siquiera llamar a Greco; lo tomarían por loco. Aunque tenía una coartada, había pasado la tarde con el barbudo de su amigo. Aun así, no podía correr el riesgo. Fue hacia la cocina, sacó una bolsa de basura y se puso guantes de cocina. Luego regresó al cuarto y metió la cabeza en la bolsa. Limpió las salpicaduras de sangre del pasillo y metió todo en una segunda bolsa negra. Aprovechando que ya era de madrugada, salió del departamento y condujo hacia el norte, específicamente hacia el bosque cercano