VII

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Otro turno nocturno le tocó cubrir, y al llegar a casa se sintió hambriento, por lo que comenzó a prepararse algo que comer antes de irse a la cama. Eran curiosas las noches fuera de casa desde que había aparecido la criatura en su vida. Principalmente porque está aparecía durante la noche, pero cuando cambiaba de turno, como en esta ocasión, la criatura ya lo esperaba en casa cuando llegaba a las 8 am. Al menos ahora sabía que la criatura no era una especie de vampiro que se deshacía con la luz, y era aún más curioso verla calentándose en el sol que golpeaba su ventana.

También había descubierto que cuando no dormía en el departamento, la criatura y Mika parecían más apegadas a él que nunca, persiguiéndolo a donde quiera que fuera, además debía ponerle un nombre a aquello para así, tal vez, comunicarse de forma más fácil con ella.

Rió al ver de reojo a la criatura y a Mika sentadas en sus cuatro patas junto a la isla de la cocina, observándolo con atención. Aunque esto hizo que, al voltear hacia la estufa, se golpeara en la zona derecha de su cabeza con la puerta de uno de los muebles que se le había quedado abierta.

Gritó de dolor, pero se detuvo al escuchar un chillido y el bufido de Mika. Al voltear, vio que Mika se había marchado y la criatura frotaba adolorida su frente, en el mismo lugar donde Volkov se había golpeado.

Viktor apagó el fuego preocupado por lo que había sucedido. Se acercó a la criatura, notando la expresión de incomodidad en su rostro mientras seguía frotando la zona donde había recibido el golpe. Aunque no comprendía completamente cómo funcionaban las sensaciones de la criatura, estaba claro que había sentido el dolor que él había experimentado al golpearse con el mueble.

—¿Estás bien? —preguntó con cuidado, sin saber si la criatura podía entender sus palabras o no.

La criatura dejó de frotarse la frente y asintió lentamente, mirándolo con sus ojos insondables. Viktor sintió un nudo en la garganta ante la situación. Era sorprendente y conmovedor darse cuenta de que la criatura podía sentir su dolor y reaccionar de esa manera. Extendió su mano con cautela y tocó suavemente la frente de la criatura, donde se había golpeado. Aunque no había ninguna marca visible, podía sentir el calor de su piel bajo su tacto, la criatura cerró los ojos por un momento, como si disfrutara del contacto. Fue un gesto tan humano que dejó a Volkov sin palabras.

A medida que el tiempo pasaba, Viktor comenzó a darse cuenta de que su relación con la criatura iba más allá de lo que había imaginado. Mientras la criatura recuperaba su compostura, Volkov se alejó un poco, sintiéndose abrumado por las emociones y pensamientos que lo inundaban. Tomó un momento para respirar profundamente y luego regresó a la preparación de su comida. Mientras lo hacía no podía dejar de pensar en su nuevo descubrimiento, en todas las veces que había recibido una bala en el hombro o las veces que perdió la conciencia por una bala en el chaleco.

Durmió toda la tarde con la compañía de Mika y el peso de la criatura sobre él, al despertar en la madrugada, aquello ya no se encontraba en el departamento y así fue por tres días.

Se encontraba en su habitación, perdido en pensamientos mientras observaba la lluvia caer suavemente fuera de la ventana. La imagen de la criatura y sus acciones pasadas rondaba su mente, creando un torbellino de emociones en su interior. Ha habido dos muertes... y no puede ignorar esa verdad. La criatura es capaz de causar daño, de eso no hay duda, pero también ha sentido su presencia, su conexión, y esos momentos de tranquilidad que ambos han compartido y eso lo atormenta.

Su mirada se desvió hacia Mika quien duerme sobre la alfombra de la sala, recordándole su compromiso de protegerla a toda costa. El temor se mezclaba con una extraña sensación de lealtad hacia la criatura, una necesidad de comprender lo que había sucedido y si había alguna manera de evitar que ocurriera de nuevo. ¿Debería temerle? Sí, quizás en cierto nivel debía temerle, pero también siento que hay más en la criatura, lo sabe cuando la mira a los ojos.

AQUELLO (Volkacio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora