XIII

104 10 0
                                    

Ya llevaban tres días viviendo juntos, Horacio estaba mejorando, aunque aún cojeaba, la herida de bala iba cerrando bastante bien. Ante la incapacidad de moverse del federal, Volkov subió a su vehículo con una lista de compras que había ordenado Horacio, comenzaba a arrepentirse de decirle al menor que entrara en confianza, ya que ahora debía acudir a comprar los distintos antojos del menor.

Condujo hasta una cafetería en específica, Horacio había dado énfasis en que quería comer los muffins de ese lugar o no comería de ninguna otra cafetería, por lo que estaciono frente a la tienda y camino a esta con la lista en mano. Pidió los distintos postres que tenía en la lista y una vez pago, se marchó del lugar. Dejó todo en los asientos traseros y releyó la lista, haciendo un mapa mental de los siguientes lugares que debía visitar. La bocina de un vehículo lo hizo saltar en su lugar, al voltear, vio a la pequeña rubia bajar de un lujoso y elegante coche.

Antes de poder subir y alejarse del lugar, ya tenía a la mujer tomándolo del brazo. —Volkov! —gritó la mujer, haciéndole rodar los ojos en molestia —¿dónde está mi hermano?

—no lo sé. —contestó con brusquedad el ruso, sin apartarla. —¿Qué estás haciendo aquí, Maia? —preguntó Volkov, frunciendo el ceño mientras intentaba mantener la calma.

—He estado buscando a Horacio por todas partes. Desapareció de la sede del FBI y no ha dado señales de vida en días. Sé que estás involucrado en esto de alguna manera, así que no trates de ocultármelo. —La mirada de Maia era intensa y llena de determinación.

Volkov suspiró. Sabía que no podía mantener a Maia en la oscuridad por mucho tiempo, y era mejor que ella supiera la verdad antes de que las cosas se complicaran aún más. Aunque le preocupaba cómo reaccionaría, decidió contarle la verdad sobre la situación de Horacio.

—Está herido, Maia. hace unos días tuvo un encuentro peligroso en el bosque y terminó con una herida de bala. Está en mi departamento recuperándome. No quería preocuparte, pero necesitas saberlo.

Maia lo miró con sorpresa y preocupación. —¿Herido? ¿Un tiroteo en el bosque? ¿Qué demonios está pasando, Viktor?

—contestare tus preguntas si tu contestas las mías, es un trato?

Maia lo miró fijamente antes de asentir —Está bien, trato hecho. —ambos subieron al vehículo del ruso, hablando mientras el comisario continuaba con sus compras

—Primero que nada —comenzó Volkov —Horacio está herido. Hubo un tiroteo en el bosque, y él resultó herido en el proceso. Está en mi departamento descansando y recuperándose.

Maia parecía preocupada al escuchar la noticia sobre su hermano. —¿Está bien? ¿Qué pasó exactamente?

—¿conoces a Phillips de la DEA?

Maia suspiró — Ag, es un fastidio, fue el anterior director del FBI, siempre a tenido algo con Horacio, hasta diría que está enamorado de mi hermano o algo y no es de extrañar, Horacio esta guapísimo

—¿enamorado? —pregunto Volkov con curiosidad

—si, bueno, discuten mucho desde que Horacio se quedó con su puesto y él fue transferido al equipo de control de drogas, nunca se llevaron especialmente bien pero Phillips siempre quería trabajar con Horacio, y aún busca acercarse a mi hermano, se lo e dicho a Horacio pero este se niega a trabajar con él, tampoco me gusta como cuñado así que no me quejo

—Horacio no me dijo que había sido parte del FBI

—bueno, lo fue por poco tiempo antes de que lo trasladaron, es un poco complicado, no debes preocuparte, Horacio jamas se fijaría en alguien como Phillips

AQUELLO (Volkacio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora