☠︎︎𝐁𝐚𝐛𝐲𝐬𝐢𝐭𝐭𝐞𝐫☠︎︎

¿Será él?

Me quedé un muy buen rato observando mi habitación, estaba realmente hermosa, la madre de Bill me había puesto un peluche de un gatito negro sobre mi cama, sus ojos eran verdes esmeralda, lo observé de reojo y me di la vuelta para irme, pero apareció alguien que me tapó el paso.

-Lindo cuarto.- dijo él, con un tono serio y observando atentamente las cosas a su alrededor. -Gracias, lo hizo tu madre.- dije con una sonrisa leve, el derrepente me agarró de la muñeca fuertemente, su vista direccionó hacia el pequeño gatito negro, de un momento a otro su mirada se suavizó, caminó junto a mi hacia el peluche y lo agarró con una mano, la otra todavía agarraba mi muñeca. -¿Quien te lo dió?- dijo haciendo una pausa, el parecía frágil, no parecía el Bill psicópata que junto a su mano sostenía el conejo muerto y destripado.

Miré el peluche, pero el ya estaba mirando hacia mí, esa mirada penetrarte me asustó un poco. -Te estoy haciendo una pregunta, ¿Quien te lo dió?-
Yo dejé de mirar el peluche y lo miré a el.
-Nadie, tu madre lo colocó en mi cama- dije con un poco de miedo, el se me quedó mirando fijamente, luego soltó mi muñeca y volvió a colocar el peluche en la cama, se levantó de ella y salió de la habitación, yo me quedé muy confusa por sus acciones tan repentinas.

Se estaba haciendo un poco tarde, era ya hora de comer, asi que salí de la habitación, bajé las escaleras y empezé a cocinar, cociné carne que había en la heladera.
Yo coloqué la carne en el horno y mientras esperaba a que se cocinara, me fuí a mi cuarto, pasé por la habitación de Bill, me asomé y el estaba anotando cosas en su cuaderno, seguí mi camino hacia mi cuarto y cerré la puerta, me saqué la ropa y me coloqué el pijama, me acosté un rato a ver mi teléfono.

Pasó un rato desde que puse la carne en el horno, me levanté de la cama y salí de la habitación, antes de bajar las escaleras noté que la puerta de la habitación de Bill tenía una nota: "Estoy ocupado, no me molestes."
Leí la nota y nuevamente baje las escaleras
Hacia la cocina, saqué la carne del horno y empecé a ponerlo en dos platos, cortando por la mitad la carne. Subí las escaleras y dejé en el piso el plato de comida, toqué la puerta y me fuí para mi habitación, quería ver que hacía Bill con el plato de comida, me asomé despacio y la puerta de su habitación se abrió, el se puso de cuclillas y examinó la comida, rápidamente puso una cara de enojo, se levantó y rápidamente caminó hacia mi cuarto, yo cerré la puerta por miedo, en cuestión de segundos el ya estaba en mi puerta, golpeando bruscamente -¡Abreme la puerta ahora mismo! Pequeña perra, ¡Te mataré!- dijo el con mucha rabia en su tono. No abriría la puerta ni aunque me pagaran, ese tipo realmente quiere matarme.

Seguí resistiendome en la puerta, para que el no la rompa. -Abreme la puerta, por favor.- dijo con suavidad tan repentinamente.
-Te lo ruego, abreme la puerta.- toda confiada abrí la puerta, el se me abalanzó y agarró mi cuello fuertemente con sus dos manos, dejándome casi sin respirar. Los dos caímos al suelo, el estaba encima mío apretando fuertemente mi cuello, el me aclaró. -No toques mis cosas, tienes que pedirme permiso la próxima vez, tienes suerte de que no te haya matado, por que si tocas las cosas mías, te mataré realmente.- dijo el seriamente, lo único que hice fue asentir a lo que dijo, el me soltó, se levantó, salió de la habitación y entró a la suya cerrando la puerta, me levanté y froté mi cuello con delicadeza, tiré a la basura la comida y me fui a mi habitación, quería dormir un poco.

Desperté, era casi de madrugada, se me pasó la hora, me levanté y me fijé en el reloj que estaba en la mesita de luz junto a la cama, marcaban las 3:00 AM. Seguí recostada en la cama, hasta que en el rincón de la habitación una sombra se movió, me asusté un poco, pero mi adrenalina subió, seguí en mi cama tapada hasta los hombros, hasta que una respiración sonaba espaldas mío, alguien estaba en mi habitación, me imaginé lo peor, empecé a desesperarme y me quedé inmóvil.

sentí como tocaban y acariciaban mi pelo, de una forma un poco enferma, me hubiera gustado que el psicópata se despertara y me ayudara en esta situación. Me quedé inmóvil hasta que la persona se fué, me tapé toda con la sábana y volví a dormirme.