Steve Rogers x Anthony Stark

Señor Ruffus

Bucky y Sam encontraron a Steve en un rincón del gimnasio llorando a mares. Preocupados se acercaron, jurándose que acabarían con el bastardo novio del chico

—¡Steve!— Bucky fue el primero en acercarse a su amigo para abrazarlo contra su pecho. —¿Qué pasó? ¿Tony hizo algo?

—¿Ese bastardo volvió a sus andabas de playboy?— Sam se  colocó del otro lado para consolar a su amigo.

—No.— con la voz tomada por el llanto Steve trató de hablar.

—¿Rompiste algunos de sus experimentos?

—No.

—¿Noqueaste de nuevo a Strange?

—No.

—¿Le diste tan duro que no puede caminar y se enojó?

—¡SAM! Stark no se molestaría por eso.

—Cierto.

—¡Chicos! No hablen así de mi novio.

—Entonces dinos que paso.— Sam murmuró molesto por el drama que estaba haciendo su amigo. Y cómo si abriera una llave el llanto de Steve volvió pero más fuerte.

—Perdí al señor Ruffus.– inmediatamente sus amigos soltaron a Steve logrando que este se golpeara duro contra el suelo.

Ambos amigos pensaban que Stark le estaba contagiando el dramatismo a su amigo, antes de irse Buck le tiro por la cabeza al dichoso señor Ruffus.

—Te lo olvidaste en el salón.

–¡Señor Ruffus!— cómo si fuera la joya más preciada abrazó al muñeco que su Tony le hizo con sus preciosas manos.

Sam creía firmemente que ese horrible y tétrico muñeco era algo de voodoo, si no ¿cómo explicar que Steve este tan idiotizado por Stark? Y Buck lo apoya, además de agregar que Stark debería solo crear tecnología porque las manualidades no son lo suyo.