U N O

116 6 0
                                    

Kim Jiwoo salió corriendo de la tienda de discos, con el corazón latiendo a mil por hora. Acababa de ver a Jeon Jungkook, su ídolo, su amor platónico, su sueño imposible. Estaba allí, frente a ella, tan cerca que podía tocarlo. Pero no lo hizo. No se atrevió a decirle nada. Solo lo miró con los ojos llenos de admiración y de vergüenza.

- ¿Qué hago? ¿Qué hago? - se repetía Jiwoo, mientras se alejaba de la tienda. - ¿Por qué soy tan tonta? ¿Por qué no le hablé? ¿Por qué no le pedí un autógrafo? ¿O una foto? ¿O un beso?

Jiwoo se detuvo en una esquina y se apoyó en la pared. Respiró hondo y trató de calmarse. Recordó lo que acababa de pasar.

Había ido a la tienda de discos después de clase, como solía hacer cada semana. Le encantaba ver los nuevos lanzamientos, escuchar las canciones de muestra y hojear las revistas de música. Era su forma de escapar de la realidad, de olvidarse de sus problemas y de sus sueños frustrados.

Ese día, había visto el nuevo álbum de BTS, **Map of the Soul: 7**, que había salido hacía unos días. Era el séptimo álbum del grupo, y el más esperado por los fans. Jiwoo lo cogió con cuidado y lo abrió. Dentro había un CD, un libro con las letras y las fotos de los miembros, y una tarjeta coleccionable. Jiwoo miró la tarjeta y se llevó una gran sorpresa. Era la tarjeta de Jungkook.

- ¡No puede ser! - exclamó Jiwoo, emocionada. - ¡Es la tarjeta de Jungkook! ¡La que más quería! ¡Es una señal!

Jiwoo abrazó el álbum contra su pecho y sonrió feliz. Sentía que era su día de suerte. Quizás el destino le estaba dando una oportunidad. Quizás ese día podría cumplir su sueño.

Fue entonces cuando lo vio.

Estaba al otro lado de la tienda, junto a un estante de DVDs. Era él. Jeon Jungkook. El mismo que estaba en la tarjeta, en el álbum, en las revistas, en los vídeos, en su mente. Pero no era una imagen. Era real. Estaba allí.

Jiwoo no podía creerlo. Era como si hubiera salido de un sueño. Se quedó paralizada, sin saber qué hacer. Quería acercarse a él, pero también quería huir. Quería hablarle, pero también quería callarse. Quería mirarlo, pero también quería esconderse.

Jungkook parecía ajeno a su presencia. Estaba concentrado en los DVDs, buscando algo que le interesara. Llevaba una gorra negra, una mascarilla blanca, una sudadera gris y unos jeans azules. Un atuendo sencillo y discreto, pero que no podía ocultar su belleza y su carisma.

Jiwoo se armó de valor y decidió acercarse a él. Tal vez nunca tendría otra oportunidad como esa. Tal vez era su momento.

Pero justo cuando iba a dar el primer paso, alguien se le adelantó.

- ¡Jungkook! - gritó una voz femenina.

Jiwoo se sobresaltó y miró hacia la voz. Era una chica rubia, alta y delgada, vestida con un traje rosa y unos tacones altos. Llevaba unas gafas de sol y un bolso de marca. Parecía una modelo o una actriz.

La chica se acercó a Jungkook y lo abrazó por el cuello.

- ¡Qué sorpresa verte aquí! - dijo la chica, con una sonrisa falsa.

Jungkook se quedó sorprendido y se apartó de ella.

- ¿Quién eres? - preguntó Jungkook, confundido.

- ¿Cómo que quién soy? - dijo la chica, ofendida. - Soy Lee Sooyoung, la actriz principal del drama **Love Alarm**. ¿No me reconoces?

Jungkook frunció el ceño y negó con la cabeza.

- Lo siento, no te conozco - dijo Jungkook, sincero.

La chica se enfadó y le dio un golpe en el pecho.

- ¡No seas mentiroso! - dijo la chica, histérica. - ¡Sé que me conoces! ¡Sé que me admiras! ¡Sé que me deseas!

Jungkook se asustó y se alejó de ella.

- ¿Qué dices? - dijo Jungkook, nervioso. - Estás loca. Déjame en paz.

La chica no se dio por vencida y lo siguió.

- No te hagas el difícil, Jungkook - dijo la chica, coqueta. - Sé que te gusto. Sé que quieres estar conmigo. Vamos, no seas tímido. Dame tu número de teléfono. O mejor aún, vámonos de aquí. Te invito a mi casa. Te haré pasar un buen rato.

Jungkook se horrorizó y sacudió la cabeza.

- No, gracias - dijo Jungkook, firme. - No estoy interesado en ti. Por favor, déjame solo.

La chica se enfureció y le gritó.

- ¡Cómo te atreves a rechazarme! - dijo la chica, furiosa. - ¿Sabes quién soy? ¿Sabes cuántos hombres matarían por estar conmigo? ¿Sabes lo que te pierdes?

Jungkook suspiró y se puso la gorra más abajo.

- Sí, lo sé - dijo Jungkook, cansado. - Eres Lee Sooyoung, la actriz principal del drama **Love Alarm**. Eres famosa, rica y guapa. Pero también eres arrogante, egoísta y molesta. Y no me gustas. Así que por favor, déjame en paz.

La chica se quedó sin palabras y se puso roja de rabia.

- ¡Eres un idiota! - dijo la chica, histérica. - ¡Eres un ingrato! ¡Eres un desgraciado! ¡Te arrepentirás de haberme tratado así! ¡Te haré la vida imposible! ¡Te arruinaré la carrera! ¡Te haré sufrir!

Jungkook la ignoró y se dirigió a la salida.

- Adiós, Lee Sooyoung - dijo Jungkook, indiferente.

La chica lo siguió y le tiró del brazo.

- ¡Espera, Jungkook! - dijo la chica, desesperada. - ¡No me dejes así! ¡Dame una oportunidad! ¡Te lo suplico!

Jungkook se soltó de ella y salió de la tienda.

- Lo siento, Lee Sooyoung - dijo Jungkook, compasivo. - Pero no puedo darte lo que quieres. No siento nada por ti. Adiós.

Jiwoo observaba la escena con incredulidad. No podía creer lo que acababa de pasar. Había visto a Jungkook rechazar a una actriz famosa y hermosa. Había visto a Jungkook ser sincero y educado. Había visto a Jungkook ser perfecto.

Y se había enamorado aún más de él.

Pero también se había dado cuenta de que nunca tendría una oportunidad con él. Si él había rechazado a Lee Sooyoung, ¿qué haría con ella? ¿Qué pensaría de ella? ¿Qué sentiría por ella?

Nada.

Jiwoo sintió un vacío en el pecho y una lágrima rodar por su mejilla.

Se dio la vuelta y se fue de allí.

Se fue sin haber hablado con él.

Se fue sin haberle dicho lo que sentía por él.

Se fue sin haberle dado el álbum con su tarjeta.

Se fue sin saber que él la había visto.

Se fue sin saber que él se había fijado en ella.

Se fue sin saber que él se había interesado por ella.

Se fue sin saber que él se había enamorado de ella.

The Song;JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora