𝑭𝑨𝑺𝑻 𝑳𝑨𝑷𝑺 || 𝐅𝐨𝐫𝐦𝐮𝐥𝐚 𝟏 𝐒𝐡𝐨𝐫𝐭 𝐒𝐭𝐨𝐫𝐢𝐞𝐬

𝐋𝐢𝐬𝐭𝐞𝐧 𝐭𝐨 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐡𝐞𝐚𝐫𝐭

𝑷𝒓𝒐𝒕𝒂𝒈𝒐𝒏𝒊𝒔𝒕𝒂𝒔: 𝑪𝒂𝒓𝒍𝒐𝒔 𝒚 𝑴𝒊𝒓𝒊𝒂𝒎.

Carlos y Miriam se conocían desde que tenían memoria. La chica se dedicaba a ser una escritora de éxito; además lo compaginaba con su gran influencia en las redes. Siendo amigos como eran, ella solía estar bastante presente en el mundo de la Formula 1, perdiéndose tan pocas carreras como le era posible. Se especulaba que era novia de alguno de los pilotos, pero, nada más lejos de la realidad, ella estaba enamorada de Carlos hasta las trancas, solo que su amigo era bastante corto de miras, y ella bastante cortada como para atreverse a decirle nada.

La temporada se encontraba en el descanso de verano y algunos pilotos se habían congregado en Mallorca. Para ser más exactos, Carlos, Charles, Lewis, Danny, Lando, y Sebastian; todos con sus respectivas compañías. Finalmente, Max se había añadido al grupo después de ser invitado por Charles, con quien mantenía muy buena relación.

Uno de esos días decidieron pasarlo en la playa. Carlos, como iba siendo habitual, apareció con Miriam, quien había entablado gran amistad con Charles, pues se entendían a la perfección, y con Lando, quien era para ella como un hermano pequeño.

—¿No te has traído a Luisa? —le preguntó Miriam a Lando nada más encontrarse en el hotel. El chico puso cara de no saber dónde meterse.

—Mimi yo... Es que...

—¿Habéis roto?

Lando asintió y a Miriam se le cayó el alma a los pies.

—¿Puedo preguntar por el tema o aún está muy reciente?

Lando se encogió de hombros.

—Está bien, o sea, creo que no era para tanto como yo creía al principio. Me ilusioné con la idea de estar con alguien, no con ella. Cuando me di cuenta de eso quise acabar cuanto antes, porque yo no estaba bien y además estaba siendo un cabrón.

Miriam abrazó al chico. Parecía muy seguro de lo que le decía y ella lo creía. No estaba triste por haber roto con Luisa, sino decepcionado porque la relación no había ido como él quería.

—Bueno, si te sirve de consuelo, te has psicoanalizado muy bien y has sido muy maduro.

—¿Tú crees?

Miriam asintió y Lando pensó que ya no había más que decir sobre el tema.

—Pasando a un asunto más amable, me parece que tu amigo no te quita el ojo de encima —observó Lando, mirando de reojo tras ella.

Miriam negó, sabiendo que Carlos y Charles estaban hablando a unos metros de allí.

—Será la costumbre —se excusó ella muy pobremente, haciendo que el británico rodara los ojos—. Vamos.

Agarró a Lando por un brazo, llevándoselo a la salida del hotel, el cual estaba en primera línea de playa.

—Venga Mimi, yo creo que tú también le gustas.

—Y yo que Red Bull te da alas. Déjalo ya —le pidió sabiendo que el chico era muy fan del inexistente romance entre su excompañero y ella—. Carlos y yo somos amigos, y me parece que eso es todo lo que vamos a llegar a ser.

El chico clavó los pies en la arena, haciendo que Miriam trastabillara.

—¿Qué haces ahora?

—No puedes hablar en serio.

—Ya te digo que puedo. Llevo toda la vida detrás de él, creo que ya se habrá dado cuenta. Si no hace nada al respecto... en fin, la historia se cuenta sola.