𝑭𝑨𝑺𝑻 𝑳𝑨𝑷𝑺 || 𝐅𝐨𝐫𝐦𝐮𝐥𝐚 𝟏 𝐒𝐡𝐨𝐫𝐭 𝐒𝐭𝐨𝐫𝐢𝐞𝐬

𝐋𝐨𝐨𝐤 𝐔𝐩 𝐀𝐭 𝐓𝐡𝐞 𝐒𝐭𝐚𝐫𝐬

𝑷𝒓𝒐𝒕𝒂𝒈𝒐𝒏𝒊𝒔𝒕𝒂𝒔: 𝑷𝒊𝒆𝒓𝒓𝒆 𝒚 𝑳𝒂𝒚𝒍𝒂; 𝑴𝒂𝒙 𝒚 𝑴𝒊𝒂.

—Te juro que estoy por ponerme a bailar descalza.

Layla dejó de bailar y se enfocó en su amiga, que parecía estar hablando en serio.

—¿Seguro que quieres arriesgarte a perder un pie por culpa de pisar lo que sea que haya en este suelo?

Mia puso cara de pensar en ello y, para evitar una posible amputación, señaló a la barra.

—¿Nos tomamos una copa mejor?

—Y has recobrado la cordura.

Layla enganchó el brazo de Mia y se dirigieron hacia la barra. La fiesta ya había pasado su punto álgido. Todo el que tenía algo que ver con la Formula 1 se encontraba en aquel momento en Barcelona y, más concretamente, en aquella fiesta, que se había dado para celebrar el final de los entrenamientos de invierno. La temporada empezaría dentro de un par de semanas y todos agradecían un último momento de diversión antes de pasar a la acción. En especial los pilotos. Prueba de ello era Daniel Ricciardo, quien, si bien no competiría esa temporada, se tomaba el ritual inicial más en serio que nadie: había arrastrado a Christian Horner con él a la pista y no parecía ir a dejarlo marchar pronto.

—¿Ya os habéis cansado de bailar? —preguntó Charles divertido mientras las dos chicas llegaban hasta el pequeño grupo de tres amigos.

—Nos unimos a la conversación un rato, sí —confirmó Layla llegando junto a Pierre, que se giró en su asiento, rodeando a la chica con su brazo y besándola castamente en la mejilla.

El francés había sido la razón de que Layla y Mia se hicieran amigas. Él y Mia se conocían desde siempre y, cuando Layla apareció en la vida de Pierre, él tuvo que presentarlas, sabiendo que se adorarían al instante. Ahora su novia y su mejor amiga formaban un equipo al que esperaba no tener que enfrentarse nunca.

—¿Queréis tomar algo? —preguntó el francés mientras Mia se sentaba en el taburete junto a Max, quejándose de cuánto le dolían los pies. Su novio solo pudo apiadarse de ella y hacer que apoyara la cabeza en su hombro.

—Dos de lo que sea, pero sin alcohol, que ya llevamos varias.

La respuesta de Layla sacó una sonrisa a todos y Pierre se giró hacia uno de los camareros para pedir Dios sabe qué.

—¿De qué estabais hablando? —preguntó Mia sin separarse del hombro de Max.

—De cuánto va a tardar Horner en despedir a Danny después de esto —repondió el holandés.

—Y también le buscamos pretendienta a Charles —añadió Pierre sin poder ocultar su sonrisa. El monegasco se ofendió al instante.

—No es tan fácil, ¿vale? Tú llevas más de un año prácticamente casado y ya no te acuerdas de la experiencia.

Pierre soltó una carcajada tremenda y Layla respondió en su lugar.

—Parece mentira que yo diga esto, pero mira a Lando.

Los otros cuatro se giraron al mismo tiempo a ver al británico, que hablaba con una chica morena no muy lejos de allí.

—Menuda discreción —se quejó Mia del poco disimulo de sus compañeros. Sin embargo, Lando estaba tan ensimismado que no notó las miradas sobre él.

—Así no me animas —se lamentó Charles. Layla estiró el brazo y palmeó un par de veces la pierna de su amigo.

—Paciencia, pequeño saltamontes.