𝐃𝐉 𝐠𝐨𝐭 𝐮𝐬 𝐟𝐚𝐥𝐥𝐢𝐧' 𝐢𝐧 𝐥𝐨𝐯𝐞

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𝑷𝒓𝒐𝒕𝒂𝒈𝒐𝒏𝒊𝒔𝒕𝒂𝒔: 𝑳𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒚 𝑬𝒓𝒊𝒌𝒂.

—¿Puedes poner Wannabe, de las Spice Girls?

Lando se echó a reír cuando la chica le pidió a gritos la canción. El británico, que estaba en la mesa de mezclas esa noche, le sonrió a la rubia que le había hecho la petición y buscó la canción en la playlist que tenía para esas ocasiones. Era el DJ en la fiesta de pretemporada que había organizado la FIA tras las pruebas en Barcelona y parecía estar haciendo un gran trabajo, si la cantidad de gente bailando en la pista era un indicador.

Mientras la chica se alejaba del escenario, Lando la siguió con la mirada y vio que se lanzaba encima de una morena para abrazarla y chillarle algo en el oído a unos cuantos metros de donde él se encontraba. Cuando empezó a sonar la canción que le había pedido, ambas jóvenes empezaron a saltar y a cantar a pleno pulmón el tema de las Spice, provocando las risas y aplausos del grupo de amigos con el que estaban. Aunque no entendía por qué, Lando se había quedado prendado de la chica morena que ahora le bailaba sensualmente a una de sus amigas, cuidando que no se le cayera nada del vaso que sujetaba con la mano izquierda.

Cuando pensó en acercarse a hablar con ella, todos en la pista empezaron a moverse hasta que formaron un círculo. Confundido, Lando se fijó en el centro del gentío desde el escenario, y se encontró con Daniel, que había arrastrado a Horner a la pista y lo obligaba a bailar lo que parecía una Macarena pasada de copas. El joven piloto se carcajeó y sacó su móvil para grabar la escena, sabiendo que sería material suficiente para burlarse de Danny el resto de la semana. Cuando las cosas se relajaron y la gente empezó a dispersarse, Lando buscó de nuevo a la chica de antes con la mirada, pero no lograba verla por ningún lado.

—David, ¿me sustituyes un rato? Necesito tomar algo.

El chico que lo había ayudado a preparar la mesa de mezclas unas horas antes le dio el OK con el pulgar y le tomó el relevo.

Un camarero pasó con una bandeja cargada de copas a su lado, oportunidad que Lando aprovechó para coger un Martini. Después de darle un sorbo, se dispuso a pasear por la amplia sala, decidido a encontrar a la morena de hacía un rato. Tras unas vueltas en las que tuvo que tomarse una decena de fotos y firmar un par de servilletas, por fin la vio hablando con la chica que había ido a pedirle la canción.

Lando se acercó a ambas con una enorme sonrisa marca de la casa e inmediatamente llamó la atención de todos los presentes.

—¿Cómo lo estáis pasando? ¿Disfrutaste la canción?—dijo sonando casual. La última pregunta se la dirigió a la chica rubia, que no tardó nada en ponerse colorada y asentir efusivamente.

—Me encantan las Spice Girls. Y aquí la amiga Erika se sabe todas sus canciones, así que son algo así como nuestra tradición cuando salimos de fiesta —dijo señalando a la morena. Lando hizo nota mental del nombre—. Por cierto, me llamo Nancy, encantada. ¿Te importa si nos sacamos una foto? Eres el piloto favorito de mi hermano, y no se va a creer que te conocí si no le llevo pruebas. —Lando se rio por la verborrea de la joven y accedió al selfie. Después, los chicos que estaban con las que ahora sabía que eran Erika y Nancy lo invitaron a ir con ellos a los sofás que había en la terraza.

Mientras se dirigían al exterior, Lando se incorporó a la conversación del grupo, pero no dejaba de mirar, en lo que esperaba que fuera un acto disimulado, a Erika. Ahora que la veía de cerca, estaba aún más fascinado. Cabello chocolate liso y largo, piel tostada y unos preciosos ojos marrones que aún no se habían enfocado en él más de cinco segundos. Cuando llegaron a los sofás, el británico se las ingenió para acabar sentado a la izquierda de la chica, lo que consideró un buen primer paso.

𝑭𝑨𝑺𝑻 𝑳𝑨𝑷𝑺 || 𝐅𝐨𝐫𝐦𝐮𝐥𝐚 𝟏 𝐒𝐡𝐨𝐫𝐭 𝐒𝐭𝐨𝐫𝐢𝐞𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora