—¡Por fin!— Dijo Goku mirando su camión lleno de lechuga recién recolectada de su huerto.
Goku se subió al vehículo azul verdoso con el símbolo de "CC" en él.
El peli palmera condució por la carretera, rememorando en su mente una y otra vez las reglas que con tanto esfuerzo había aprendido, y fácil había olvidado a veces.
Ese día la carretera estaba tranquila, el sol era abrasador, llegó a un punto en el que su traje de trabajo hacía que sintiera cierta incomodidad.
Cuando por fin llegó a plaza de la ciudad, aparco su vehículo de manera torpe, asustando a unos humanos que se quedaron sorprendidos por la actitud despreocupada del Sayayin.
Goku salió del coche y se acercó al señor que atendía el puesto —¡Buenos días! Le traigo mi cosecha, ¿La va a comprar?— Preguntó como si fuera un niño, el hombre rio y asintió —Sí, Goku, como siempre, ¡incluso yo compro mis propias verduras cuando los productos son tuyos! Realmente eres bueno, chico— Dijo el señor palmeando el hombre de Goku como si el fuera un niño, eso confundió al peli palmera, ya que claro, ellos tenían la misma edad.
El de dogi naranja miro como los ayudantes del mercader vaciaban su camión y contaban sus productos, él casi temblaba de emoción, con el dinero que ganaría tranquilizaría a Milk para que lo deje entrenar por fin con Vegeta, hacía tiempo que no entrenaba con él, y por lo que sentía, su ki en este momento era muy poderoso, el peli palmera estaba emocionado por probar la nueva fuerza de Vegeta.
—¡Aaaaah!— Gritó el príncipe Sayayin del dolor al elevar su ki lo más que podía, en su lógica ya bastante dañada por la desesperación, decía que quizás, el calor de una batalla calentaría su helada piel, pero eso solo sirvió para preocupar a Bulma. —¡Detente!— Gritó la peli azul.
Vegeta sintió su ki bajar de golpe, como si se escurriera de su cuerpo, se dio cuenta de que necesitaba aguantar su ki el cual sentía libero y difícil de sostener —¡Vas a quemar las sábanas!— Advirtió Bulma.
El peli flama agarró las mantas terminar y se acurrucó aún más en ellas. —Esto es una tortura...— Admitió el Sayayin, Bulma se sentó al borde de su cama, triste y preocupada por su amigo. —Lo siento... Las esferas del dragón aún no están activas y... No sé qué más hacer... Las mantas no sirven... La calefacción tampoco... Y creo que en este punto tu cuerpo está harto de sopa... ¿Qué más hacemos? Podemos trasladar tu cama a la sala de gravedad y activarla... Quizás eso haría a tu cuerpo sudar...— Sugirió Bulma. —O no— Contesto Vegeta se dio la vuelta mirando a la contraria. —Con este frío no puedo hacer actividades físicas— Los dientes de Vegeta titiritaron —Sin actividad física, no hay sudor... Y sin sudor no hay calor, prácticamente sería congelarme y aplastarme al mismo tiempo— Cuando vegeta terminó de hablar, Bulma se dejó caer en la pared, indecisa.
Lejos de allí se encontraba un feliz matrimonio en las montañas. —¡Esto es genial, Goku! Con esto podré costear los gastos de este mes, muy buen trabajo, Goku. —Felicito Milk, el peli palmera mostró una gran sonrisa mientras frotaba su nuca. —Entonces ¿Puedo ir a entrenar con Vegeta?— Preguntó Goku un poco temeroso por su respuesta, pero Milk asintió. —Claro, pero no te tardes, y recuerda que aún tienes que trabajar, y toma algo de comer antes de irte, no quiero que cuando llegues a casa me supliques por comida— Dijo la peli negra señalando la nevera. —No hace falta, no tengo hambre, gracias Milk, ¡hasta luego!— Y así Goku se despidió ignorando las quejas de su mujer.
El peli palmera llegó a la Capsule Corporation, como siempre entró por una ventana sin avisar, miro a su alrededor y se dio cuenta de que estaba en el laboratorio de Bulma, siguió buscando hasta que encontró a una Frustrada Bulma trabajando en algo en un escritorio. —¡Hola Bulma!— El Sayayin saludo como si nada, la peli azul alzó su cabeza preocupada. —Goku... No deberías estar aquí...— Dijo la contraria tratando de no sonar muy nerviosa, ante esas palabras la científica solo se llevó una mirada confundida. —¿Por qué? ¿Por qué hace tanto calor?— Preguntó Goku mirando al rededor buscando la fuente de ese calor casi incómodo, Bulma no supo qué contestarle. —Hay un problema con la calefacción, por eso no puedes estar aquí, lo están arreglando y no quiero que molestes a los trabajadores— Dijo Bulma claramente en una excusa.
Goku asintió y se dio la vuelta. —Bueno, voy a ir a ver a Vegeta, ¡Adiós Bulma!— Goku se despidió, inmediatamente al escuchar eso la científica corrió hacia él, pero fue muy tarde, Goku ya había volado por la ventana.
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•Demasiado rápido para el amor• °Kakavege°
Fiksi PenggemarVegeta le advirtió a Goku que no se acercara, que no le tocará, pero Goku no hizo caso, lo toco, sólo fue una broma, una broma que le costó a Vegeta y a Goku su libertad, ahora nunca podrían separarse. (Todos los derechos reservados a Tokiyama) Goku...