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Gulf seguía sin poder dormir bien debido al temor que le generaban las palabras psicópatas que Mew le había dicho. Cada noche, el miedo se apoderaba de él, haciéndolo temblar en la oscuridad de su habitación.

Mew, por su parte, continuaba obsesionado con Gulf y su deseo de que no estuviera con nadie más. Su mente retorcida trazaba planes cada vez más oscuros para asegurarse de que Gulf estuviera solo y completamente bajo su control.

Una mañana soleada, mientras Gulf fingía dormir, Mew se encontraban en su habitación, Mew se inclinó hacia él, su sonrisa siniestra restregándose en su rostro.

-Sabes, Gulf, no puedo soportar la idea de alguien más contigo. Estás destinado a ser solo mío, sin importar lo que tenga que hacer para asegurarme de eso-, susurró Mew, mientras sus ojos destellaban con una mezcla de deseo y obsesión.

Gulf sintió un escalofrío recorrer su espalda y se levantó rápidamente de la cama, retrocediendo. -¡Esto es demasiado, Mew! ¡No puedo seguir así! No puedo vivir con miedo y preocupación constante. Esto no es amor, es control y manipulación-, exclamó Gulf con voz temblorosa pero firme.

-Gulf no entiendes? Es mi forma de protegerte, así me aseguro que nadie más te toque. - dijo con tranquilidad, sin importar que Gulf este asustado por su cambio repentino.

-Nadie me tocará Mew! No sé dónde sacaste esa locura. Ya no te acerques...- Gulf trago en seco cuando Mew extendió su mano con una pastilla

-Toma te ayudará a calmar tus nervios!- dijo sereno, Gulf seguía viendo aquella pastilla.

-No tomare nada que me des,ambos sabemos que no es cualquier pastilla. ¿Acaso volverás a ser el mismo de antes? -

-El de antes ya no existe Gulf, ¿como podemos seguir avanzando si no confías en mí?. Toma te ayudará a relajarte. Confía en mí-

-No la quiero mew, estoy bien así. -

-Vistete entonces, y baja a desayunar espero que no te rehuses a eso Gulf-

-Bajare en unos minutos - dijo seriamente, cuando se fue, Gulf cerro con llave la puerta, maldijo las veces que tuvo la oportunidad de escapar de Mew, pero realmente podía escapar o hacer su vida lejos de Mew. A ese hombre le quedaba corta la palabra loco.

Se puso lo primero que encontro y bajo al comedor. En la mesa ya estaba Mew, observándolo mientras el se acercaba.

-Te ves muy hermoso hoy- le comento Mew. - Te prepare tu desayuno favorito -

-¿Mi desayuno favorito? -

- Come... Luego haremos otras cosas- Gulf miro el plato con dudas, después del incidente de la habitación no confiaba en lo que cocinaba Mew. ¿Y si está vez le puso aquella pastilla al desayuno?

- No quieres ir a desayunar afuera?- preguntó con temor esperando a que aceptará y no desayunar aquella comida. Pero no podía huir siempre.

-Ya tenemos el desayuno frente a nosotros, lo haremos otro día. ¿No te gusta lo que preparé? Es tu favorito.- partió con el tenedor un poco del pancake y lo acerco a la boca se Gulf.

-Nunca te dije que era mi desayuno favorito. - respondió Gulf

-Abre la boca, debes comer algo. - dijo Mew aún con el pancake en su mano. - Gulf si no quieres que lo haga entonces hazlo tu. -

Gulf seguía viendo el plato con desconfianza, mientras Mew lo observaba. Trató de terminar el desayuno lo más rápido posible, sin pasar por alto un solo bocado, antes de dirigirse a la universidad.

Durante toda la mañana, Gulf no podía dejar de preocuparse por si estaba siendo envenenado. ¿Estaba enfermando? ¿Iba a estar bien? No podía disfrutar de su día ni concentrarse en las clases que normalmente le encantaban.

Finalmente, se armó de valor y confrontó a Mew en el almuerzo, preguntándole si realmente había puesto algo en su comida. Mew rió de buena gana y le explicó que no había hecho nada.

-Si no le pusiste nada, entonces porque me siento con náuseas. - explico Gulf, no quería probar otro bocado por miedo a que tenga algo malo.

-Seguramente seas por los nervios que cargas últimamente. Si no estás conforme podemos ir al médico. -

-Un médico? Especialmente contratando por ti seguro. - Se levantó de la mesa, se sentía agotado. Culpaba a Mew por Todo lo que sentía en aquel momento. Seguía con temor, no podía confiar en Mew.

-Gulf vuelve. Todavía no has terminado todo tu almuerzo!- dijo Mew, pero esto no le importo a Gulf,lo ignoro por completo.

Cuando llegó a su habitación, se encerró en su habitación, y se dispuso a dormir en toda la tarde para no verlo. Se cubrió con la sábana hasta la cabeza, se sentía débil, y seguía convencido que su estado se debía por Mew.

-Quiero estar solo, podrías hacerme ese favor al menos?- pudo sentir a Mew sentarse a su lado, no quería descubrir su rostro y que lo vea tan indefenso y sobre todo que había llorado.

-Dejame verte, y te prometo que te dejare descansar. - dijo Mew, intentando sacar la sábanas de Gulf, pero el se rehusaba.

-¡Te dije que quiero estar solo!- volvió a repetir Gulf

-¡y yo quiero verte dije!-

Cuando Mew destapó las sábanas de Gulf, se dio cuenta de inmediato que había estado llorando. Aunque Gulf se giró rápidamente para evitar que Mew viera sus lágrimas, no importó. Mew se acostó junto a él y comenzó a hablar, recordándole que solo era suyo, que solo él podía amarlo.

Gulf se sintió invadido por una sensación de incomodidad. Sabía que Mew tenía un amor enfermizo y posesivo por él, pero últimamente, esa obsesión estaba volviéndose más inquietante. Aunque Gulf lo había amado en el pasado, ahora se sentía atrapado y temeroso de su compañía.

A medida que Mew continuaba sus palabras de posesión y control, Gulf empezó a sentir una sombra de miedo recorriendo su espina dorsal. Sabía que tenía que ser valiente y enfrentar la situación. Respiró profundamente y miró fijamente a los ojos de Mew.

-Mew, necesitamos hablar-, dijo Gulf con voz firme pero temblorosa. -No puedo seguir viviendo así, sintiéndome atrapado y sin libertad. Este amor que tienes por mí, se ha convertido en algo enfermizo y destructivo-

Las palabras de Gulf cayeron como un cubo de agua fría sobre Mew. Su expresión pasó de la confianza y deseo a la confusión y tristeza. Gulf sentia miedo, pero sabía que tenía que romper ese miedo.

-No niego que hubo buenos momentos Mew. Pero necesito tiempo para mí mismo, para buscar mi propia felicidad y bienestar- continuó Gulf, determinado.

Mew omenzó a hablarle, diciéndole que lo amaba y que nunca dejaría que nadie se interpusiera entre ellos.

Gulf empezó a temblar, sin saber qué hacer. La mirada intensa de Mew lo dejó sin aliento. El corazón de Gulf latía con fuerza mientras su mente intentaba analizar lo que estaba sucediendo. ¿Qué estaba diciendo Mew? ¿Cómo podía ser que hubiera llegado a este extremo?

Mew envolvió a Gulf en sus brazos, hablando suavemente al oído de Gulf. Era un sonido dulce, casi como un cántico, prometiéndole amor y protección. Gulf trató de luchar contra los sentimientos y las emociones que lo abrumaban, pero finalmente cedió. Las palabras de Mew lo atrajeron como si fuera un hechizo, un hechizo peligroso, intenso y, en última instancia, imparable.

Mew le besó el cuello, su boca suave y cálida. Gulf cerró los ojos con fuerza, sintiendo un miedo ardiente surgiendo dentro de el.

Sabía que algo andaba mal, que Mew no era normal, pero era incapaz de resistirse. Se sentía atrapado por la oscuridad de Mew, prisionero de un amor que lo estaba asfixiando.

-Eres solo mío Gulf, antes de verte con alguien más te mato...- aquellas palabras dejaron helado a Gulf, ¿En qué momento su vida fue a parar a manos de un demente?-

-No me gusta Mew- dijo Gulf, mientras sentía que su voz se iba apagando poco a poco. - ¿Que me hiciste?- preguntó cuando su vista se volvió borrosa y ya no podía escuchar las horribles palabras de Mew.

-Nada que no hice antes. Mi amor.-

Psicópata_MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora