Capitulo 23

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Ya es lunes y vamos camino de vuelta a casa después de mi clase de piano, por la cara que tiene Mew, sé que no quería que saliera de casa.

Se está volviendo demasiado controlador y eso me asusta, aún no olvido el hecho de esa habitación llena de mis fotos, de sólo pensarlo me da escalofríos, aunque ahora analizandolo de nuevo me está asustando.

No he estado tomando la cápsula rosa, que aún no sé que es, no he buscado por internet porque Mew sabe todo lo que hago con el celular y sería muy sospechoso, doy un suspiro distraído y frustrado mientras miro por la ventana, el clima ya está más frío indicando que se acerca el otoño.

-Mi Señor, ¿mañana podríamos ir a algún lugar?- le pregunto de forma espontánea, ni siquiera pensé la pregunta, lo miro de reojo y apretando sus labios, tiene su mirada fija en la carretera.

-No- su respuesta es corta, está enojado, pero no me quedo conforme con su respuesta y eso me impresiona.

-¿Por qué no?- veo que se tensa, nunca había cuestionado alguna respuesta suya, se queda mucho tiempo en silencio y cuando le iba a insistir habla.

-Debo trabajar- ruedo lo ojos por la respuesta, ese no es un buen argumento y menos sabiendo que él es el jefe y puede literalmente hacer lo que quiera.

-Pero usted es el jefe- murmuro un poco enojado.

-Dije que no- su voz sube un par de tonos y me deja en silencio, hago una mueca enojado y miro por la ventana.

-Pero mi Señor, me aburro en casa- vuelvo a insistir, él no dice nada. Da una vuelta en una curva y vamos llegando a casa. Lo miro en espera de alguna respuesta mientras estaciona el auto pero nada. Nos bajamos y caminamos a la entrada, me tiro en un sofá enojado y él está a unos pasos míos viendo su celular.

-Por favor, mi Señor- vuelvo a insistir. Mew levanta la cabeza y está enojado, se acerca a mi pero por alguna extraña razón no siento tanto miedo como antes que hasta temblaba. Mew toma mi cara con fuerza, sus ojos están un poco más oscuros indicando que está furioso.

-Te dije que no, y si me vuelves a insistir te quedarás el resto de la tarde encerrado en tu habitación y con el trasero rojo- dice, me suelta y se va a su estudio, miro como se aleja y me siento enojado.

Se me es extraño sentir tanto enojo, hace meses no me sentía así, estoy cambiando la perspectiva que tenía acerca de Mew. Me dirijo a mi habitación y me pongo algo comodo, acá adentro está mucho más caluroso. Me siento en la silla de mi escritorio sin saber que hacer.

De verdad que estos días han sido un real infierno, y eso sólo puede enojarme más y empezar a sentir una especie de odio por Mew, tomo mi celular y empiezo a buscar un juego para descargar, al no encontrar ninguno que me divierta por más de 5 minutos dejo el celular sobre la mesa y saco una pequeña libreta y me pongo a escribir algunas cosas acerca de cómo me siento y lo enojado que estoy.

Escucho pasos en el pasillo, tomo la libreta y la escondo rápidamente en uno de los cajones del escritorio, corro a la cama y me tiro boca arriba de ésta, de la forma más normal que puedo.

La puerta se abre y aparece Mew lo miro de reojo y tiene el ceño fruncido.

-¿Por qué tenías la puerta cerrada?- pregunta y me encogo de hombros mirando el techo, escucho sus pasos. Chillo de dolor al sentir una palmada en mi pierna.

-Si te pregunto algo, respondes y me miras al hacerlo- demanda, su voz es firme y me asusta un poco, lo miro y me vuelvo a sentir inferior.

-quería estar solo- murmuro y desvío mi mirada, lo escucho suspirar.

-Vamos a cenar- dice y se da la vuelta empezando a caminar a la puerta, no me muevo y sigo mirando el techo.

-No tengo hambre...Mi señor- digo lo último con enojo, deja de caminar y se da la vuelta acercándose, me toma del brazo y me levanta.

-No te pregunté si tenías hambre- mi mira enojado.

-Dije a cenar- lo miro asustado y sólo asiento con la cabeza me lleva casi arrastrando al comedor donde me deja sentado en la silla, él se sienta en el lugar de siempre.

Toma mi plato y me sirve una cantidad grande de comida, voy a replicar pero el me da una mirada que me deja en silencio.

-Te lo comes todo, Allan me dijo que ni probaste el almuerzo- jugueteo con mis dedos, es verdad mi apetito ha desaparecido estos días, pero he estado muy inquieto, inconcientemente muevo mi pie.

Intento de comer aunque sea un poco más de un cuarto del plato, pero al comer un par de cucharadas siento mi estómago lleno y empiezo a jugar con la comida.

-Todo- la voz de Mew es baja y asusta bastante, suspiro e intento de seguir comiendo pero se me hace imposible.

-Si no te lo comes te voy a castigar- me da un escalofrío de sólo pensar en el dolor de sus azotes.

-Pero no tengo hambre- murmuro y jugueteo con mis dedos bajo la mesa.

-No me interesa, debes alimentarte- su tono es duro, intento de seguir comiendo pero se me hace imposible

-A tu habitación- ordena y tiemblo de miedo, me paro de la silla y literalmente corro a mi habitación pensando que Mew viene detrás de mi y que me va a castigar, entro a mi habitación y me siento en la cama pero al cabo de minutos él no aparece lo cual me relajo.

Voy al baño y me lavo los dientes, me atraganto con la espuma al levantar la cabeza y ver por el espejo que Mew está detras de mi, empiezo a tocer y termino de lavar mi dientes rápidamente, me doy vuelta y quedamos frente a frente, me asusta el hecho de no saber que va hacer.

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Psicópata_MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora