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Enjolras Point of View

Eran aproximadamente las seis de la mañana y habíamos parado en una posada en nuestro camino a Gordes. No pude dormir en toda la noche. Durante mi corta estancia en casa, mi madre me dió un bello y brillante anillo, esperaba que le propusiera matrimonio a Bri lo antes posible, pero, honestamente, no me sentía preparado.
Mi cabeza repetía una y otra vez la imagen de la chica que una vez ame, en el suelo con su vestido salpicado con sangre, todo lo que tocó se enferma de tristeza. Jeanne era una chica con un cabello castaño, con una mandíbula fina y una expresión alegre en su rostro. Junto a ella descubrí mi adoración por mi patria como tal, pero, al comenzar a observar la cantidad de problemas que aterraban las calles de Francia, la expresión amable de Jeanne desapareció, su rostro se puso gris, pero jamás admitiría que estaba enferma. Una noche que jamás olvidare, estábamos en una manifestación, allí ambos nos sentiamos libres, la policía intentaba detenernos, pero éramos jóvenes altaneros, prepotentes y nos comíamos el mundo de un mordisco. A medida que la policia se impacientaba y empezaba a sacar sus armas, nosotros bajabamos nuestra guardia. Entonces, el primer disparo llegó, acompañado de gritos y revuelo, miré hacia mi costado y Jeanne se encontraba en el suelo con su costado derecho bañado en sangre, me tiré al suelo deseando que todo fuera un mal sueño y comencé a decirle cosas que sabía que no podía escuchar, una de mis lágrimas cayo en su mejilla. Aún puedo escuchar sus últimas palabras.

"Encuentra el amor, Enjolras, por favor"

Encomendé a Dios el alma de una joven apasionada mientras prometía acabar con lo que ambos habíamos empezado.
En mis noches de duelo por mi mejor amiga, reflexione y me di cuenta que ni los reyes, ni la policía, ni una mujer a mi lado me iban a ayudar ni iban a cambiar el roto sistema. La llegada de Brianna me hizo reflexionar sobre esto, me enseñó que incluso la noche más oscura terminará y el sol se levantara.
Me volteé entre mis sábanas blancas y observe a la maravillosa mujer que tenía junto a mí, apreciando sus rojos rizos, sus largas pestañas y su bella tez, miré al cajón de mi mesa de luz y observé el anillo que brillaba bajo el reflejo de los rayos del sol del alba. Quería hacerlo, lo haría, luego de pedirle la bendición a su familia, me casaré con Brianna Dreux aunque sea la última cosa que haga.
Alrededor de las ocho de la mañana el sol estaba alto, partimos hacia Gordes, me encontraba reflexivo, lo que empezo a sembrar la duda en Brianna. La verdad era que estaba pensando como hacer que el momento de la proposición sea mágico, un momento que Brianna no olvidaría.
Llegamos a la casa de Brianna, un maravilloso palacete, con paredes blancas y un techo azul colonial, ventanales por doquier y que, sospechaba, que tenía tres o cuatro pisos. Pero lo que más llamo mi atención fueron cuatro hombres de negro llevando lo que parecía ser un ataúd. ¿Sería lo que yo pensaba? Espero que no. Brianna bajó a toda velocidad del carruaje y fue a hablar con su madre. Yo miraba desde lejos la escena, la madre de Brianna abrazándola y llorando a la par de ella, el hermano mayor de Bri consolando a su padre y un ambiente de angustia y tristeza.

—Mamá, papá, este no es el momento que creí, él es mí amigo, Antoine Enjolras.
—Un gusto, Monsieur Enjolras, mi nombre es Alyssa de Dreux
—Igualmente, Madame Dreux.

El padre de Brianna sólo me miraba, sospechaba que el próxima vestido de Brianna no sería blanco, sería negro. Pero la boda quedaría en segundo plano, en este momento mi prioridad era Brianna y apoyarla.

Brianna's Point of View

La noticia de que mi abuela había fallecido me cayó como un balde de agua fría, mis lágrimas no paraban de brotar. Enjolras me abrazó y estuvo conmigo en todo momento. Me di cuenta de que jamás podría estar completamente feliz, no podía tener una pareja, buenos amigos y todo lo que deseaba al mismo tiempo. Los recuerdos de mi vida junto a mi abuela se convirtieron en memorias tristes, no podía creer que ella ya no estaría conmigo, que no me abrazaría cuando estaba mal, que no me podría ver cambiar el mundo, como ella deseaba haberlo hecho. Me encontraba en la oficina de mi padre y ambos estábamos sentados en el sillón, llorando y abrazándonos. Era su madre la que perdió, después de todo. Era la mujer que nos heredó nuestro cabello, nuestra audaz personalidad y nos enseño como ser.
Sentía una carga conmigo, un cofre de sueños que ella me dejo, que jamás pudo completar. Me dirigí al enorme bosque que era un área protegida por mi familia y observe la pequeña casa del árbol. Me subí y vi todo a mi alrededor. ¿Cuándo fue el momento en que dejé de ver todo con ojos de niña? No sabía como sentirme, era todo tan nuevo y viejo a la vez, mis viejas muñecas, mis intentos de bordado, con mi abuela de ayudante, abrazar a mi madre por las piernas. Solía flotar, pero ahora no paró de caerme, solía saber, pero no estoy segura.
Volví a casa con mis ojos cristalizados, ¿Debía ser fuerte por mí familia o debía quebrarme? Enjolras me dedicó una mirada y en ese momento no pude retener las lágrimas, me rompí en llanto y acudió a abrazarme y a acompañarme a mi cuarto, cada foto, cada muñeca, cada vista linda, me recordaba a ella. El vacío que sentía era imposible de explicar con palabras. Enjolras no necesitaba que hablara, él veía y sabía lo que yo sentía.

𝘛𝘏𝘐𝘚 𝘓𝘖𝘝𝘌 - EnjolrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora