Cap. 7

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- Entonces, ¿estais en el viejo escampado de tiro al cuál ibas con tu padre? - dijo mitsuki con una ceja alzada.

- Así es bruja, ¿qué parte no captó tu pequeño cerebro? Hablando del viejo ¿dónde está él?

- Respétame mocoso, que sigo siendo tu madre - respondió Mitsuki molesta de que su hijo siga siendo tan grosero, cosa que sacó de ella - Está afuera del despacho con Hisashi -
La mirada del rubio se relajó al saber que su padre también estaba bien, de igual manera con Izuku.

- De acuerdo, una vez las cosas se calmen, mandaremos un helicóptero a buscarlos, quédense ahí,  no garantizamos que sea pronto, así que solo salgan en caso de necesitar provisiones y vayan con cuidado - dijo Mitsuki con una voz serena.

- ¡¿ Quieres que esté aquí atrapado sin salir ?! - exclamó Bakugo sobresaltado.

- No es que quiera, pero, de momento, ahí están más seguros, aquí es un caos, apenas nosotros cuatro y un par de empleados logramos sobrevivir, cuando encontremos un lugar seguro les iremos a buscar - dijo Mitsuki.

Lo único que obtuvo como respuesta fue un "Tsk" como de costumbre, ese chasquido de su hijo que tanto le irritaba, en cambio Izuku fue totalmente maduro y comprendió al instante la situación, este simplemente asintió con euforia y se despidió de su madre recordándole nuevamente cuanto la quería y de la misma manera Inko.

- Por cierto, supongo que se habrán percatado, pero, esas cosas no pueden ver, aunque, tienen un sentido muy agudizado del oído, así que, intenten hacer el menor ruido posible - aclaró Mitsuki antes de colgar la llamada.

Eran las 23:00 p.m, ambos estaban exhaustos, así que, acomodaron como pudieron las mantas y sus mochilas casi vacías las utilizaron de almohada, quitaron los fierros que sujetaban la puerta y cerraron el maletero intentando conservar un poco de calor.

Había pasado media hora e Izuku no había logrado consiliar el sueño, tenía demasiado frío, el cenizo notó al pecoso tiritar.

- Deku de mierda, ¿tienes frío? - susurró Katsuki con una voz adormecida.

- Kacchan, no te preocupes, estaré bien - dijo el peliverde un tanto avergonzado.

- No seas mentiroso, acércate - Insinuó Bakugo agarrando la cintura del más pequeño y jalándolo haciendo que esté quede completamente pegado a él.

- Pero- ¡KACCHAN! - gritó izuku el cuál estaba rojo como un tomate.

- Cállate mierda, o atraerás a los bichos - murmuró el cenizo, este también tenían un tono carmesí en sus mejillas, no sólo era para disminuir el frío, a Katsuki en sus adentros también le agradaba estar junto al pequeño, estaba cómodo.

Izuku no se movió mucho para no molestar al rubio quién yacía durmiendo pegado cómodamente a su pequeño y un poco trabajado cuerpo, realmente pensó que era un sueño, nada de lo que había pasado hoy cobraba sentido por más que lo pensara, aunque se sentía agradecido de poder volver a sentir el calor corporal de su amigo y secreto amor de la infancia, poco después este también cayó ante el sueño.

Permanece a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora