HEAVEN | Hazel vive una vida muy alocada pero cuando se trata de meterse en problemas prefiere evitarlos.
Durante sus años en Hogwarts conoce a ese muchacho de Hufflepuff, del cual jamás se le pasó por la cabeza que sería una de las personas más imp...
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𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍 ꒰ ۫₊˚ɞ capítulo 33 .˚ׅ🦋 ຊ ҂ ❝ out of the fire ❞
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LA HISTORIA DE CÓMO Fred y George salieron volando en sus escobas de forma épica se recorrió por el colegio por varios días, pues se les creía una leyenda por los pasillos.
A decir verdad tuvieron razón cuando dijeron que su ida jamás se olvidaría, pues en primer lugar, no habían dejado instrucciones de cómo quitar el pantano que ahora llenaba el corredor en el quinto piso del ala este. Umbridge y Filch habían sido vistos probando diferentes métodos de eliminación pero, sin éxito.
Conforme los días pasaron el área tuvo que ser acordonada.
—¡Ay, no! Mejor hay que rodear— pidió Cho cuando llegamos al quinto piso.
—No creo que se pueda a menos que te salgan alas y vueles como un hada— respondí.
Ella suspiró frustrada al cruzarnos con Filch, él tuvo que darse a la tarea de dar un puntapié a los estudiantes que solían pasar por ahí.
—Estoy segura de que el profesor Flitwick ya hubiera resuelto el pantano si Umbridge no tuviera un ego tan enorme como...-
—Cuidado, señorita Longbottom— la voz chillona de la profesora me hizo parar —Recuerde que para usted soy directora.
Aquí espantan.
Miré a Cho y ella a mi, mientras me negaba con la cabeza una y otra vez en silencio. Mordí entonces mi lengua para no decir algo que me dejaría en detención durante una semana o aún peor, que me expulsara.
—Si, señora directora— respondí.
Ella me dio una sonrisa satisfecha y se marchó, haciendo ahora si que el humo saliera de mis orejas.
—¡Señora mis b...!
—Hazel— interrumpió Cho.
—¿Qué? ¡Ella se lo busco!
Señaló lo que pasaba cerca de nosotras, era Peeves, el chismoso de Peeves más bien. Este se había tomado muy en serio las palabras de Fred ya que cacareando locamente, volaba a través de la escuela, volteando las mesas, saliendo precipitadamente de los pizarrones, volcando estatuas y jarrones; dos veces encerró a la señora Norris dentro de una armadura de la que fue rescatada, aullando ruidosamente por Filch.
Solía quebrar las lámparas y soplaba las velas, hacia malabares con las antorchas ardientes encima de las cabezas de estudiantes chillones, causando que montones de pergaminos pulcramente apilados fueron arrojados al fuego o a través de las ventanas.
Yo fui uno de esos alumnos, por la tarde cuando iba de regreso de mi clase de Pociones junto a Eugene, pues logró atraparnos y comenzó a hacer dichos malabares, casi deja a Eugene sin cabeza.
