HEAVEN | Hazel vive una vida muy alocada pero cuando se trata de meterse en problemas prefiere evitarlos.
Durante sus años en Hogwarts conoce a ese muchacho de Hufflepuff, del cual jamás se le pasó por la cabeza que sería una de las personas más imp...
Me vuelvo tan rápido como puedo durante mi penúltimo castigo del mes.
—¡Neville!— llamo de la misma manera.
Sin embargo, es imposible que reaccione porque mi hermano está corriendo hasta mi y me abraza tan fuerte y rápido que retrocedo apunto de caerme, de no haber sido porque me he agarrado de la pared para balancear mis pies.
—¿Estás bien? ¡Si alguien te hizo algo...!
—¡Tenías razón! Me fue bien en mi examen de aparición.
Eso enciende el foco de mi cabeza —Es verdad, ¿qué tal te fue con eso?
—¡Fue grandioso! Aunque aún no me darán mi licencia hasta que cumpla la mayoría de edad, dijeron que era una suerte que me inscribiera e hiciera mi examen ya que se tardarán un poco ¡Pero lo hice! ¿Estás orgullosa de mi?
Sonreí —¡Claro que lo estoy! Es maravilloso, Neville, no tienes idea de lo feliz que me pone escucharlo.
Se separa de mi y entonces sonríe de lado a lado.
—¿Qué te parece si lo celebramos con unas malteadas en la cocina del colegio?— inquirí.
—¡Suena asombroso! Aunque, estás en castigo aún, ¿no?
Encogí mis hombros —Sí, pero ya casi terminaba, espérame ahí, estaré en cuanto pueda.
Obedece, se va a la torre de Gryffindor por sus cosas y a darse un baño mientras yo termino lo más rápido que puedo ya que la verdad aún me falta demasiado, pero con toda la prisa que puedo y me permite mi cuerpo, termino de acomodar todo y llegar antes que Neville a la cocina del colegio.
—Creí que llegarías antes— le digo cuando lo veo.
—Estaba contándole a Seamus y a Dean lo que paso, están muy felices también.
Sonreí, me alegra el hecho de que Nev tenga amigos aparte de mi que lo apoyen.
—Deberían, eso es un gran logro al primer intento, Nev.
Ambos nos adentramos a las cocinas del colegio, donde elfos domésticos rondan de un lado a otro y al vernos nos ofrecen miles de platillos pero solo nos limitamos a pedir un par de malteadas que traen de inmediato.
Neville y yo nos sentamos uno frente al otro para platicar en paz, cosa que rara vez hacemos.
—¿Y cómo va todo con Hannah?— le inquirí con curiosidad.
—Van bien, también se alegro mucho por la noticia— sonrió al escuchar el nombre de la chica —Aunque no hemos hablado mucho últimamente.
Fruncí mi ceño —¿Por qué no? ¿Ambos están ocupados? Si se puede saber las razones, por supuesto.
