chapter 11

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"fight and kiss"

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"fight and kiss"

Las siguientes semanas la pasé realmente mal, Rachel perseguía a Lynn por todas partes. Era demasiado incómodo y Lynn solo la dejaba estar, también hablé con Kate y Luna sobre si confesarle mis sentimientos a Lynn y ambas me dijeron que sí pero aún dudaba.

—En serio no te incómoda lo qué hace? –Pregunté. Era uno de esos momentos en los que esa chica no rondaba cerca de Lynn y yo podía hablar tranquilamente con ella.

—Ya se le pasará en algún momento, es una chiquilla después de todo. –Dijo mientras alzaba los hombros. Rodé los ojos y caminé rápido dejándola atrás.

Hacía mucho calor así que fui a los baños para mojarme un poco la cara, en la tarde Lynn tenía entrenamiento de hockey y yo había quedado en que iría a verla. Al salir del baño vi a Kate en el pasillo y corrí para alcanzarla.

—¡Sydney! –Exclamó al verme llegar a su lado. Comenzamos a caminar hacía el salón. –Estaba buscándote.

—Estuve con Lynn. –Respondí. Cuándo llegamos a clase, nos sentamos en uno de los asientos de atrás.

—Esa Rachel no estaba con ella? –Se burló. Rodé los ojos mientras negaba, el profesor entró y comenzamos con la clase.

Entré corriendo en el lugar y me senté en una de las bancas, le sonreí a Lynn y ella levantó su mano para saludarme

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Entré corriendo en el lugar y me senté en una de las bancas, le sonreí a Lynn y ella levantó su mano para saludarme. Me extrañé al no ver el brazalete en su muñeca, tal vez lo dejó en su bolso Pensé.

Miraba el entrenamiento concentrada pero una risa a mi izquierda me hizo voltear. Rachel se encontraba sentada a unas cuantas bancas de mí, ella volteó igualmente y se puso sería mientras alzaba una ceja.

—Qué haces aquí? –Soltó secamente. Apreté levemente mis puños tratando de tranquilizarme, me repetía una y otra vez que era una niña. Sonreí amablemente y volteé otra vez hacía Lynn ignorando su pregunta.

La escuchaba reír y solo me puse más incómoda. Rato después el entrenamiento terminó y la escuché hablar otra vez, trataba de ignorar sus palabras pero ver de reojo algo rojo en sus manos me hizo girar.

Se me hundió el corazón al ver el brazalete en sus manos, todo ruido a mi alrededor se apagó y todo lo que veía eran sus manos.

—Te gusta? –Preguntó sonriendo inocentemente y eso me hizo enfadar.

—Qué haces con eso? –Pregunté con el ceño fruncido.

Y para empeorar las cosas, Lynn apareció con una sonrisa, sonrisa que desapareció al ver mi cara de enfado.

—Pasa algo? –Interrogó mientras posaba su mano en mi hombro. Me removí haciendo que la retirara, me levanté y comencé a caminar con intenciones de salir del lugar.

En la entrada del lugar pude notar que estaba lloviendo pero igualmente salí, quería irme rápido de ahí. Al salir escuché el grito de Lynn a mis espaldas, lo ignoré pero no se rindió, corrió detrás de mí y tomó mi brazo obligándome a voltear.

—Sydney, qué pasa? –Preguntó. Sus ojos expresaban confusión, eso me molestó y el hecho de ver que tenía otra vez puesto el brazalete me hizo explotar finalmente.

—¡Estoy molesta! está bien? –Grité. Lynn lentamente soltó mi brazo mirándome sorprendida. –Soporté paciencientemente que Rachel te persiguiera por todos lados pero esto? Esto no. Dios Lynn, ese brazalete significaba algo para mí, por qué dejaste qué lo tomara?

Lynn no se movía, solo me observaba en silencio. Sentí como mis ojos se llenaban de lágrimas y traté de bajar la cabeza pero Lynn lo impidió.

—Estás molesta por eso? –Murmuró mientras limpiaba con sus pulgares las lágrimas que caían por mis mejillas. –Escucha, yo no la invité. Cuándo entre ella ya estaba ahí y antes de que pudiera evitarlo me sacó el brazalete pero se me hacía tarde para entrenar, es por eso que no se lo saqué pero iba a hacerlo, lo juro. –Habló pausadamente. –No sabía que era algo importante para ti, lo siento.

Escuché atentamente todo lo que Lynn dijo y sin poder evitarlo, mi corazón comenzó a latir rápidamente y decidí que ese era el momento de confesarle mis sentimientos.

—Lynn, tengo algo que decirte. –Comencé nerviosa. Lynn asintió indicándome que siguiera. –Yo.. Lynn, tú me gustas.

Al soltar esas palabras supe que no había vuelta atrás. Un silenció se formó entre nosotras, mis nervios crecían a cada minuto y Lynn no decía nada.

—Lynn, no dirás nada? –Pregunté impaciente. Todo lo que se escuchaba eran las gotas caer. –Mira, sé que no sientes nada por mí pero necesitaba decirlo, guardarlo me estaba matando.

Y no pude seguir hablando porque sentí los labios de Lynn posarse en los míos. Mis ojos se abrieron sorprendida, Lynn estaba besándome. Cuándo terminé de procesar la situación, cerré mis ojos siguiéndole el beso.

—Puedes callarte un momento? –Soltó al romper el beso. –Sydney, tú también me gustas. Me gustas desde la primera vez que te vi en una fiesta, me gustas desde hace meses y no lo sabía pero ahora que sí, quiero que estés conmigo.

Sonreí ante lo que dijo y asentí varias veces, feliz porque Lynn me correspondía. Ella sonrió también y se acercó juntando nuestras frentes. Poco después regrese a casa y al entrar en mi habitación sonreí sin poder evitarlo, realmente estaba pasando.

Al siguiente día, Lynn me espero en la entrada de la preparatoria y yo no podía borrar la sonrisa de mi rostro. En la cafetería, Kate y Luna se enteraron.

—¿¡Qué ustedes qué!? –Exclamaron ambas al unísono. Lynn y yo asentimos riendo y ellas comenzaron a gritar emocionadas.

—Ya era hora chicas. –Dijo Luna. Mi risa desapareció al ver a Rachel entrar en la cafetería, Lynn al darse cuenta siguió mi mirada y comprendió.

—Ya vengo. –Avisó. Se dirigió hacia Rachel y ambas salieron de la cafetería. Pasó un rato y al ver que no volvía decidí ir a buscarla.

Al salir, visualice a ambas sentadas en una banca. Rachel lloraba y Lynn trataba de consolarla, ver eso hizo que sintiera lástima por Rachel. Minutos después Rachel se había ido y yo me acerqué a Lynn.

—Está bien? –Pregunté sentándome junto a ella.

—Estará bien, lo superará. –Respondió ella. Volteó a mirarme.

Tomé su mano y le sonreí haciéndole saber que todo estaba bien, Lynn sonrió levemente mientras acercaba su cara a la mía. Cuándo estuvo lo suficientemente cerca, movió levemente su cabeza hacía los lados rozando nuestras narices, una risita escapó de mis labios.

Era el inicio de una relación bonita junto a Lynn Loud.

You. | Lynn LoudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora